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Idea original: Kazuki-taichou.

Escrito por: Kazuki-taichou.


La locura y el pánico en el país nipón, y el resto del mundo, era palpable; no era para menos a pocos días del incidente que marcó un antes y un después para la humanidad acaba de suceder. Un extraño objeto no identificado literalmente se estrelló en una de las calles más importantes y concurridas del país sin previo aviso.

Para suerte de todos fuera de los daños causados a edificios y calles, sin contar algunos coches, no hubo víctimas humanas milagrosamente; sin embargo el suceso llamó la atención de todo el mundo que de inmediato grabó todo lo que pudo subiéndolo a sus redes sociales virilizándose en cuestión de horas.

Policías y médicos acudieron rápidamente al lugar trasladando a la misteriosa mujer y un grupo de niños al hospital más cercano, el cual ha mantenido puertas cerradas para cualquier curioso que buscara información de esas personas a tal grado de que el mismo ejercito desplegó sus fuerzas militares en dicha área.

El extraño objeto sigue en el mismo lugar y las autoridades han anunciado que cualquier civil debe mantenerse alejado, al parecer dicho objeto es demasiado pesado para que maquinaria común pueda hacer algo, y las calles son demasiado estrechas para equipo más capacitado por lo que ha sido imposible moverlo.

Desde entonces gobiernos del mundo han presionado a Japón para que comparta la información que posee de ese extraño objeto y quienes se encontraban dentro pero ellos han guardado silencio de todo.

Tres días más tarde, daría inicio una nueva página en la historia de la humanidad.

— ¿Cuánto más le tomará despertar? —Preguntó un hombre uniformado, por el número de condecoraciones y estrellas en su traje se podía deducir que era de alto rango.

Su mirada se mantenía fija en la ventana especial colocada especialmente en esa habitación donde descasaba una mujer de cabello jengibre, su respiración y rostro tranquilo dejaba claro su estado de reposo.

— No estamos seguros —A su lado el doctor analizaba los datos del último estudio al cuerpo de esa mujer.

Le resultaba increíble que tras ese atroz accidente saliera solo con algunos raspones y golpes menores, igual que las niñas, pero el que no despertaran era un misterio aún mayor.

— ¿Qué hay del dispositivo en su brazo? —Preguntó el militar, sus ojos se enfocaron en el brazalete en su muñeca.

A simple vista era un simple accesorio, pero cuando intentaron removerlo el objeto parecía adherido a su piel como si previamente le hubieran colocado un poderoso pegamento, además de eso las fibras eran flexibles como el plástico o la goma, pero ningún aparato fue capaz de cortarlo, al menos no uno que fuera seguro para la paciente; como resultado, se rindieron de intentar removerlo, lo extraño era que las niñas también portaban su propio brazalete.

— Es imposible removerlo, al menos no sin lastimarla —Contestó el médico.

— Entonces ampute su brazo —Dijo el militar sin titubeos.

— ¿De qué está hablando? —Inquirió indignado el doctor.

— Digo que le corte el brazo para tomar el dispositivo que lleva —Repitió sin escrúpulos.

— No lo haré —Contestó firme — Este es un hospital de renombre y alta reputación, no voy a mancharla al cortarle el brazo a una mujer inconsciente.

— Parece que aún no comprende su situación doctor Nishikino —El militar lo encaró — Este dejó de ser su hospital en el momento en el que nosotros llegamos, ahora haga lo que le pedí.

Encuentro de mundos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora