Capítulo 7: Fiesta

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- No puedo obligarte a ir, Chuuya-kun, pero ¿No es una buena oportunidad para que hagas amigos? No sabes cuánto tiempo estará tu madre fuera ¿No sería agradable tener a alguien con quien conversar?

- Tengo al monstruo - murmuro Chuuya

- Me refiero a alguien real - espeto Mori

- El monstruo es real

- Entonces alguien de tu edad - insistió Mori, ya acostumbrado a la conversación sobre el monstruo

- Los niños de mi edad me odian - espeto el pequeño con un puchero. Luego suspiro - pero si tío quiere que vaya, lo hare

- ¿Enserio? Te prepare un regalo para que lleves - comento alegre mientras se alejaba.

Chuuya lo miro con una mueca. No quería ir. Siempre eran crueles con él. Subió la escalera para tomar a su conejo en un abrazo. Pensó que podría llevarlo con él, así se sentiría más seguro.

Habían pasado unos 15 minutos cuando Mori subió a buscarlo. Chuuya se veía realmente nervioso con el conejo en sus brazos.

- Estarás bien, te iré a buscar a penas quieras - le dijo pasándole un teléfono celular con botones. Chuuya sabia marcar el numero ya que estaba programado que con solo apretar el botón verde marcaba a su tío - Así que intenta divertirte

El cachorro asintió alcanzando con su mano derecha la de Mori y llevando en la izquierda a su conejo.

Caminaron por la manada con calma. El sol ya comenzaba a ocultarse creando un bello atardecer, así que no era desagradable caminar por aquí.

Las personas que se cruzaban con ellos hacían una reverencia o saludaban a Mori con respeto. Pero no dirigían una segunda mirada en su dirección. Casi como si Chuuya tuviera alguna enfermedad contagiosa.

Mori les gruño a más de uno por no saludar a Chuuya, quien se apresuraba a esconderse detrás de su tío para no seguir recibiendo esas miradas.

Finalmente llegaron a la casa donde se celebraba el cumpleaños. Chuuya se quedó estático. Realmente no quería entrar.

- Tío...si te llamo, tienes que venir por mí, no puedes dejarme aquí - le dijo con seriedad

- Si, Chuuya, estaré aquí

- ¡Promételo! - dijo con las orejas atentas. Su cola igual estaba en modo alerta

- Lo prometo - le reitero.

Chuuya suspiro más cómodo. Instando a que Mori golpeara la puerta.

Abrió una mujer con cabello rubios y ojos negros. Quien, apenas vio a Mori hizo una reverencia

- Jefe, es un honor que haya decidido venir- dijo la mujer sonriendo luego miro a Chuuya, sin mostrar alguna emocion desagradable solo interés por el cachorro - Y tú debes ser Chuuya-kun

- Buenas tardes - dijo el pelirrojo con educación

- ¡Que educado! Me llamo Amanda y soy la mamá del cumpleañero, espero que se lleven bien, pasa - le comento sonriente.

Chuuya miro una última vez a su tío que lo despedía con el mano confiado. Le devolvió el gesto, pero con menos ánimo, antes de dar un paso dentro.

Mori lo miro hasta que desapareció en la casa. Luego miro fijamente a la señora

- Esta sano ¿Verdad? -dijo con una sonrisa. La mujer asintió respondiendo la sonrisa - Así quiero que me lo devuelvan- espeto antes de marcharse.

Lo Que El Corazón Anhela - Soukoku//ShinsoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora