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"—Prueba con éste —le dijo una joven pelirroja, entregándole una jeringa por la mitad de un líquido rosa fluorescente.

Max lo tomó, y le inyectó aquella muestra en uno de los brazos, al medio cuerpo que tenía sobre una mesa de exámen. Al cabo de unos segundos, éste se empezó a mover violentamente, hasta producir la desintegración del tejido por dónde había pasado el líquido, desde su brazo, hasta el corazón.

Pero unos minutos después, el tejido sanó, volvió a crecer, y el corazón retomó sus pulsaciones.

—Prueba T300, fallida también —pronunció molesta la mujer."

"Habían decenas de cápsulas de contención de crecimiento por toda aquella habitación, con diferentes tipos de fetos y niños, que presentaban malformaciones, enfermedades sin cura aún, y otro tipo de afecciones, con quiénes se estaban probando nuevos fármacos.

La mujer se acercó a uno que tenía un identificador que decía "S37" y observó al pequeño de unos ocho años. Estaba dormido, sumergido en aquel líquido transparente amarillento, y sus venas estaban marcadas por toda su piel.

Pero no eran de un color verde, eran un rojo fluorescente, palpitante. El niño tenía el pecho abierto, para poder observar en primer plano su corazón.

Era imposible negar que esas facciones, eran de él. Habían creado cientos de fetos y niños, con su ADN... Habían creado cientos de sujetos de prueba con su material genético, para probar nuevas drogas y buscar asesinarlo."

Llegó a la casa de Adam, luego de haber visto todo eso en la mente de aquella fría y deshumanizada mujer, completamente desquiciado.

Tiró todos sus sistemas abajo, y entró como si nada al hogar, tomando por sorpresa a Adam, su mujer e hijo.

—Vaya, que bonita escena, que hermosa familia —sonrió—. Qué lindo es poder dormir tranquilo por la noche ¿Verdad?

—¿Qué quieres aquí? ¿Cuándo llegaste? —le inquirió serio el moreno, poniéndose de pie.

—¿Cómo puedes vivir tranquilo cuándo aquí adentro se tortura, mutila y asesina? Una y otra vez, una y otra vez ¡Una y otra vez sin descanso! —exclamó con rabia—. ¡Tú fuiste creado en un laboratorio también! ¡Sabes lo que es vivir ese calvario! Pero claro, ¿Por qué te importaría eso a ti? ¡Si no son tus genes los que mutilan! ¡Usaste mí ADN para provocar sufrimiento!

—Mamá, ¿De qué está hablando? —le preguntó asustado Ethan.

—Ve a tu habitación, cariño, no te preocupes por nada ¿Sí?

—Claro, escondan al niño, ocúltenle todo como a los demás —sonrió—. ¡Si esta es la nación de la felicidad! ¡Aquí sólo se busca la paz del mundo!

Se acercó a Adam y lo miró con rabia, apretando los dientes.

—Mañana no sólo me darás el cargo, sino que también le darás paz a todos esos experimentos que crearon a base de mis células ¿Entiendes? Y el mundo enteró sabrá de la mierda que tú y todos los del alto mando que hay aquí, hacen, promueven y avalan. La Artificial Life, es una partícula, comparada con toda la mierda que tienen aquí adentro. Ustedes han creado un infierno de tortura aquí.

***

Estaba en su habitación, preparando informes de todo lo que había visto para presentar como pruebas a la nación, para hacerles entender porque el gobierno de Adam ya no era factible, cuando una joven entró.

Él no necesitaba cerrar sus puertas ni nada parecido.

—¿Te volviste loco? ¿Cómo se te ocurre aparecerte en casa de mis padres y tirar toda esa mierda en frente de mi hermano? ¡Ethan no tiene nada que ver con todo esto!

Neal la ignoró, y continúo con las imágenes, videos, hechos con las mismas memorias de Melanie. Contra eso, no había nada que pudiera negar.

—¡Te estoy hablando, Neal!

—Si tú defiendes el modelo de gobierno hermético, controlador y experimental que tú padre avala, entonces eres más estúpida que un humano común. Sabes muy bien lo que se hace aquí adentro, y te da lo mismo.

—Son sujetos de prueba usados-

—¡Son niños! —le gritó poniéndose de pie para acercarse a ella—. Son niños, son bebés, son criaturas que no pueden defenderse, utilizadas para probar todas sus mierdas y ver como su organismo responde. Son criaturas inocentes CREADAS A PARTIR DE MÍ ADN ¡Para asesinarme! ¡¿Quienes se creen qué son para tener la libertad de elegir quien vive o muere?!

—Se han encontrado curas mortales gracias a esos experimentos.

Neal la miró decepcionado, con rabia, y proyectó la imagen de un bebé de unos ocho meses de edad, encerrado en una cápsula, con su piel completamente negra, con un tumor enorme en su cerebro, y una expresión en su rostro que expresaba más que mil palabras lo que estaba sintiendo.

—Mira eso.

—Neal.

—¡Míralo, Martina! ¡Esa criatura tiene consciencia de todo! ¡Fue creado a partir de mí! ¡Entiende todo lo que está pasando, lo que le harán  y seguirá sufriendo! ¡¿Puedes entender eso?! ¡¿Puedes sentir siquiera un poco de empatía?!

—A-Acabarán con la vida de ellos, les darán paz como tú querías —le dijo sin poder mirar las imágenes o videos.

—¿Cómo yo quería? —rio cínico—. Cómo yo quería, porque ellos no quieren lo mismo, porque ellos no sienten lo mismo. Son todos unos completos hijos de putas, y tú también lo eres —masculló decepcionado—. Te idealicé más de lo debía, creí que eras como yo, que me entenderías... Pero me equivoqué, tenías razón, el amor no existe. No para ti. Tú no necesitas un hombre a tu lado, y yo una mujer como tú a mi lado.

La tomó de uno de sus brazos, y la sacó fuera de su habitación, cerrando la puerta con el sistema de seguridad.

¿Cómo alguien podía mostrarse indiferente ante el sufrimiento? Era muy diferente utilizar partes de cuerpos, para probar drogas, a usar niños y bebés para lo mismo.

¡¿Cómo a ella podía darle lo mismo?!

...

Mío por derechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora