CAPITULO 3

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A la mañana siguiente Baekhyun se levantó más temprano que de costumbre. El sol ni siquiera pensaba en asomarse, cuando dejó a su sobrino en brazos de su madre y se aventuró en la fría mañana con un canasto a cuestas.

Ese día no sólo recogería leña, sino también castañas.

Cuando era pequeño su abuela le había enseñado hacer hotteok, una especie de panqueque relleno de dulce de castañas; su dulce favorito. Claro que no tenía todos los ingredientes, pero al menos podía preparar el dulce de castañas y regalárselo a Chanyeol en forma de agradecimiento por la ayuda que le había dado el día anterior.

Estaba seguro que le iba a gustar.

Ya que los árboles de castañas se encontraban lejos de la aldea, decidió ir recogiendo leña a medida que iba hacia ellos, para así aprovechar el tiempo. Si se apuraba alcanzaría pasar al templo a su regreso y ver a Chanyeol antes de que anocheciera.

Con eso en mente y una sonrisa en su rostro, Baekhyun se internó en el bosque.


***


Chanyeol estaba nervioso.

Solo cuando había sido joven se había sentido así de ansioso y eso fue hace décadas. Literalmente.

Esa inquietud recorriéndole el cuerpo, sus ojos volviendo a rondar el templo sin ver el conocido cuerpo encorvado de Baekhyun, sus manos arrastrándose por la nieve cuando no estaba seguro por donde pisar, su gesto de alivio cuando tocaba el templo.

Ya era mediodía y su pelinegra cabellera no se hacía presente.

Cruzándose de brazos, se sentó en el suelo enfurruñado, la nieve derritiéndose a su alrededor, su cuerpo irradiando su frustración en olas de calor.

¿Lo habría asustado?

No, Baekhyun le había dicho ayer que no le tenía miedo. Aun sabiendo que era un dios, él no había mostrado signos de querer apartarse, es más, por voluntad propia Baekhyun había estirado sus brazos para conocerlo, para tocarlo.

Aunque ahora Chanyeol había adoptado una forma humana, bien podía recordar la sensación de los dedos de Baekhyun recorriendo su plumaje, conociendo su forma original. Sus dedos tan finos, tan fríos, ásperos por la inclemencia del clima, pero aun así tan amables. Reconfortantes.

Había cedido ante su toque, antes sus palabras y acciones, hasta que al final le había pedido que fuera su amigo, ¿Y cómo le correspondía?

Dejándolo abandonado.

Debería estar furioso, indignado por su comportamiento hacia él, un ser alado, pero en vez de eso no podía evitar sentirse preocupado.

Negó con la cabeza.

- ¿Qué me sucede?- espetó de repente, el sonido silbante del viento siendo su única respuesta.

Tamborileó los dedos sobre su rodilla, su mentón apoyado en la otra mano.

Era sólo un humano, había conocido muchos en su vida, ninguno había merecido su completa atención. ¿Por qué ahora era diferente?

Baekhyun tenía algo especial, de eso no había duda. Tal vez su testarudez y tesón lo habían asombrado, su buen corazón por buscar una manta para su sobrino, o tal vez simplemente, porque era con la primera persona que tenía una conversación decente.

Sin deseos, sin codicia, sólo una conversación normal...

Frunció el ceño. Levantándose de su lugar, decidió adoptar la forma de una ave para recorrer el bosque, tal vez de esa forma lo encontraba.

El Joven y el Fénix [ChanBaek/BaekYeol]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ