Capítulo XXI La Batalla entre Paracelso y Zed

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-Sí, cualquiera que conozca esto, no saldrá vivo-

-Te entiendo, Zero, yo también e estado ante el infierno-

Zero chocó sus palmas entre sí y convirtió sus brazos en dos cuchillas, lanzándose al ataque contra Zed, quien desenvainó sus armas para enfrentar al alquimista

-Adelante, Paracelso- dijo Zed, cruzando sus dagas -Te reto-

-GRUAAAAA!!!- gritó Zero (en mi barato intento de imitar un grito) lanzándose contra el Shinobi, sin pensar en nada más que matarlo

Zed respondió a esto cambiando de lugar con una sombra, la cual giró y dañó un poco al alquimista, quién corrió contra Zed nuevamente

-Eres demasiado lento- decía Zed esquivando todos sus ataques con suma facilidad -¿Seguro quieres matarme?-

-¡CÁLLATE!- respondió Zero, a punto de clavar su cuchilla en la frente de Zed, pero este volvió a cambiar su lugar con una sombra, la cual, fue destruida por el golpe de Zero

-Increíble. Eres suficientemente fuerte para eso- dijo el shinobi mirándolo desde arriba de un árbol

-¡¿No vas a atacarme?! ¡¿Acaso huirás de mis golpes por siempre?!- le gritó el peliblanco de vuelta, a lo que Zed respondió

-Cuando te calmes. No voy a pelear contra alguien segado por la ira de esa forma-

-¡Vaya hipócrita! ¡¿Por qué tú no te calmas cuando peleas contra Shen?!- le respondió Zero tratando de provocarlo

El shinobi apareció enfrente suya, y, usando sus sombras, sostuvo las brazos de Paracelso, este finalizó sosteniéndolo firmemente del cuello

-Di ese nombre una vez más...- los ojos de Zed brillaron en un tono más profundo de carmesí, apretando el cuello del alquimista con más fuerza -Te reto...-

Zero respondió con una patada justo en su pecho que hizo que lo soltara y lo alejó un poco, luego lo miró y dijo, calmadamente -Shen.-

Zed convocó un ejército de sombras en todo el escenario, quienes empezaban a preparar los alrededores para su truco más reciente, mientras estas preparaban el lugar, Zed notó como Zero se lanzó encima de este usando su "Sendero del Alquimista"

Mientras se lanzaba a atacar a su rival, Paracelso, quien al usar esa habilidad suele crear cinco pilares, esta vez creó siete puños de piedra, los cuales eran destruidos por Zed a medida que llegaban a este

Uno solo de los puñetazos de piedra alcanzó el rostro de Zed, por mala suerte para el shinobi, el alquimista noxiano estaba sobre este puño en específico, y procedió a aprovechar el aturdimiento de Zed para hacerle un corte con sus cuchillas

Zed esquivaría el golpe por poco, pero Zero lograría alcanzar su brazo, dejando un corte tan profundo que fue capaz de romper el guardabrazo del ninja, algo de sangre salía del corte del traje del ioniano

-Nada mal para una sombra de Shen- le dijo Paracelso a modo de burla, lamiendo la sangre de Zed que había quedado en su hoja para poder limpiarla, lo hacía con una mirada psicótica

-Je... Nada mal para un cerdo noxiano- le respondió Zed, cortando parte de la tela roja de su traje y usándola como una venda, logrando parar la hemorragia

-Basura traicionera- dijo Zero caminando hacia el ninja

-Nigromante- le respondió acercándose al alquimista con un poco más de velocidad

-No soy. Un nigromante- le dijo aumentando su propia velocidad, de hecho, había empezado a correr

-Trataste de revivir a tu madre- le respondió provocándolo a atacarle

-¡NO SOY UN NIGROMANTE!- gritó Zero, girando a la derecha a último segundo de chocar con Zed nuevamente, lanzándole un Kunai hacia una parte expuesta de su traje

Zed rompió el kunai con sus navajas, para responder lanzando sus shurikens hacia el asesino, el cual, lograría esquivarlos a duras penas, para luego notar que Zed había vuelto a cambiar su lugar con una sombra, al girarse para poder seguirlo con la mirada, Zero recibió una potente patada justo en su estómago, para luego caer entre varios árboles

Paracelso se levantaba con dificultad, ni siquiera podía pararse, sólo veía el suelo y escupía sangre sobre este, algo de esta también salía por su nariz, este mantenía una respiración agitada

-Maldición... No puedo vencerlo, es muy fuerte...- Zero pensaba levantando su cabeza un poco para tratar de pensar mejor -Debo pensar en algo... Puedo matarlo si encuentro una apertura...- Los ojos del alquimista se cerraban lentamente, pero, los abrió violentamente al darse cuenta, pudo ponerse de pie a duras penas y apoyarse de un árbol que estaba a su lado -¡Una apertura!-

-Esto acabó, joven Paracelso. Una lástima, tenías potencial- dijo Zed haciendo unos sellos de manos mientras veía al alquimista -Ni~you meteru Kage no Shuriken-

Para usted que no sabe japonés, ahí dice "Shuriken de Sombra en 20 metros

Los pergaminos previamente colocados por Zed empezaron a disparar montones de Shurikens contra un cansado Zero, quién veía cómo se acercaban hacia él

-Por favor Zed... Esa técnica ha sido usada varias veces en esta historia- Zero chocó sus palmas entre sí, y luego contra el suelo, empezando a formarse un domo de roca alrededor del alquimista -¡Y no ha funcionado ni una vez!-

Una vez el domo recubrió a Paracelso por completo, los shurikens simplemente rebotaban sobre la dura superficie, pero, estos la agrietaban poco a poco

Zero, conciente de esto, creó un túnel debajo de él, por el que empezó a andar hacia su oponente, sintiendo dónde estaba a base de las vibraciones de la tierra

Una vez encontró al shinobi, salió rápidamente bajo tierra, con sus palmas chocadas entre sí, a lo que dijo

-Oye Zed, ponerme a buscarte por 20 metros a la redonda...- Zero tomó una pausa para sostener el rostro de Zed -¡No es divertido!-

La alquimia de Paracelso hizo lo suyo, haciendo hervir toda el agua del interior de Zed, llevándola al punto de ebullición casi de inmediato

-¡AAAAAAH!- gritaba Zed de dolor, mientras su armadura humeaba

-¡¿Qué se siente estar hirviendo?! ¡Quiero conocer los detalles!- gritaba Zero, ambos caían del árbol en el que se mantenía el shinobi, esta fue suficiente para desarmar la armadura de Zed y mostrar al totalmente deshidratado y caliente cadáver de este último

-He... He ganado...- Zero golpeó el cuerpo de Zed en la cara por la frustración que le dio la pelea recientemente acontecida -Si no se hubiese confiado en mi cansancio... Probablemente el muerto sería yo-

Zero se lanzó al suelo un rato para pensar en lo ocurrido, sin darse cuenta, se quedó dormido

El Eco AlquímicoWhere stories live. Discover now