Capítulo XVII Hago lo que creo correcto

19 2 12
                                    

El bosque creado mágicamente empezaba a bajar de tamaño, hasta que no quedó nada; las miradas de los peleadores estaban cruzadas, y su respiración agitada...

-Tengo que matarte- dijo Tsubaki acariciando el rostro del chico

-Y yo a ti...- respondió sintiendo la cálida mano de la chica -Aunque nocreo que quieras-

-Podría decir lo mismo- declaró, usando algo de magia para dejarlo dormido, huyendo al Placidium con un inconciente Zero

~x~

-Madre... Tengo un prisionero, a juzgar por su modo de pelear y ciertos rasgos corporales, teorizo que es un intruso noxiano- dijo Tsubaki, mostrando a un Zero atado con cadenas. Le habían quitado su prótesis para asegurar que no usara alquimia

-¿Por qué no lo has matado aún? Es un intruso noxiano, se acercaba aquí, no puede tener nada bueno en mente- dijo Irelia, observando como el chico empezaba a despertar

-Argh... ¿Qué pasó?- se preguntaba, observando sus alrededores

-Identifícate, noxiano- dijo la mujer acercándose poco a poco

-Me llaman Zero... ¿Dónde demonios están mis brazos?- dijo al intentar moverlos y darse cuenta que no los tenía

-Yo soy quién pregunta aquí. ¿Cuántos de ustedes son? ¿Por qué has venido?- dijo Irelia levantando sus espadas amenazante

-No te importa.- fue lo único que respondió -Estoy seguro de que me matarás apenas hable. Y creo que lo harás aunque no diga nada. Por lo tanto, no veo factible decirte-

Irelia lo tomó del cuello de la negra camiseta, halándolo a su altura

-No tengo tiempo para interrogarte, ¡¿sabes lo que tu patria hizo aquí?! ¡¿Sabes lo que le hizo a Ionia?!- gritaba Irelia histérica

-No, no lo sé mujer- dijo Zero fríamente -Ni me interesa-

Ella lo miró enojada y lo lanzó al suelo, las cadenas que le ataban lo hacían algo pesado.

Su caída también, le lastimó la espalda, y las cadenas de su cuello lo apretaron momentáneamente. Zero escupió algo de sangre

-No tardarán en venir a buscarme...- pensó Zero hiperventilando un poco

-Noxus... Fue el causante de las más grandes desgracias de Ionia. Esa invasión, ¿tienes la más mínima idea de lo que se perdió?- esta vez, la voz de Irelia era más calmada, hasta que Tsubaki decidió intervenir

-Madre... Nadie nace malo, no creo que él sea un enemigo real, seguro sigue órdenes- la joven espadachín de mantra se acercó lentamente a su madre, quién la miró algo alterada -Mamá... Cuéntale lo que pasó, quizás así coopere-

-Noxiano... No; Zero... Lo que estoy a punto de contarte no debe salir de este cuarto- dijo Irelia observándolo de pies a cabeza -Tienes pinta de saber guardar secretos...-

-Nadie conoce mi nombre deade hace 28 años. Puedo con esto-

Irelia cerró sus ojos, recordando lo que ocurrió en ese tiempo, una pequeña lágrima pudo escaparse de su mejilla

Era un día hermoso... Las aves cantaban, las flores florecían... Era un día perfecto para jugar a la pelota, o para tirarse en la hierva a sentir la agradable brisa...

Pero, su ejército, su ejército penetró en la costa, matando los campesinos de la zona, eliminando humanos y vastayanos por igual. Muchos corrían hacia aquí, el Placidium buscando refugio, los bombardeos no cesaban, se notaba a leguas que no habría paz ni tregua; varios de los campesinos tomaron sus armas, estaban listos para defender su tierra, nada los detendría de ello; así que yo misma me puse en acción, tomé las Espadas Eternas y fui liderando el combate...

La batalla estaba siendo perdida, a fin de cuentas, ellos eran soldados, de nosotros solo yo tenía entrenamiento real en armas, pero, en un destello, todos nuestros enemigos cayeron

-¡¿Quién eres?!- le pregunté al hombre que salió del dorado destello

-Mi nombre es Yi, del Wuju- recuerdo que dijo eso antes de irse, derrotó a 100 hombres noxianos en un instante

Ví  como se fue a seguir masacrando enemigos, pero, mientras yo cortaba con gracia otros atacantes que no se rendían, fui embestida por un coloso, conocido como Sion...

Intenté atacarlo, pero fue inútil, la resistencia de esa cosa era enorme y exagerada. Verme en el suelo, intentando levantarme, hizo que mi gente perdiera el valor, estaba a punto de partirme en dos con su enorme hacha, cerré los ojos para sentir menos dolor...

Pero, un escudo color verde me cubrió del hachazo, pude observar que fue mi amiga Karma quién me salvó en ese momento, un fuerte tornado apareció de la nada, barrió a toda la brigada frontal de noxus, revelando a un tipo pelo de arbusto, semi desnudo, cubriéndose con una especie de manto azul, una kunoichi de verde también me acompañó, segando al coloso con bombas de humo, y un yordle vestido de morado utilizó un fuerte relámpago, pudo hacerle daño a Sion

-Karma... ¿Quienes son?- le pregunté al ver la ayuda

-Son los alumnos de Shen, junto a Yasuo, está aprendiendo a usar el viento- respondió ella, ayudándome a levantarme

-Si eso es aprendiendo...-

Comenté, pero me mantuve firme, estaba preparada para este combate de 5 contra 1, contra un coloso... Que se veía más enojado luego de recibir el relámpago

Los cinco cargamos contra él...

-Y vencimos, forzamos una retirada, pero, Swain, en esa época un simple soldado, peleó contra mí-

Fue un fuerte y complicado uno contra uno, para ser un soldado más, era bastante fuerte... Me llevé su brazo como recuerdo...

Luego de que Iralia terminase su historia, miró a Zero -Logramos hacer que se retiraran, pero vivimos con el miedo constante de su regreso, nerviosos todo el tiempo, algunos siguen afectados por eso-

-Mis padres... Los reales, Irelia me adoptó- dijo Tsubaki de repente -Murieron en la invasión; por culpa de tu gente-

-¿No se preguntan por qué llevo una prótesis?- dijo Zero, observando a las mujeres -Un ataque demaciano a Noxus. Perdí mis brazos y a toda mi familia... Escuchen, les ayudaré, a cambio de que ustedes me digan qué tienen los templos vastaya-

-¿Ese es el objetivo?- preguntó Tsubaki levantando una ceja

-Así es, no sé porqué, pero Swain lo quiere, les toca explicarme ahora-

El Eco AlquímicoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz