bumzu

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Además de todos los chicos, incluso para Bumzu serías su pequeña bebé

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Además de todos los chicos, incluso para Bumzu serías su pequeña bebé

...

El ambiente del estudio estaba repleto de solo una cosa: tensión. La chica se había encerrado en este hacía varias horas para lograr su cometido y cumplir con su deber, auto impuesto, de escribir una canción, cosa que no había hecho por su cuenta en todo lo que llevaba de carrera. Puede que antes haya ayudado con pequeños aportes a sus mayores en el proceso de creación de grandes canciones del grupo, sin embargo era una historia completamente diferente el tener que hacer este recorrido por su cuenta.

Lo admitía, era muchísimo más difícil de lo que había imaginado, pero su orgullo le impedía ir en busca de los chicos para pedir ayuda. Ya se había metido hasta el fondo en eso y no veía otra forma más que hacerlo por su cuenta.

—Piensa, piensa, piensa —se decía una y otra vez a sí misma, golpeando su cien con el borrador de su lápiz.

Subió sus piernas hacia la silla para cruzarlas, a la vez que dejaba caer su mejilla sobre su mano dejando a su vista la gran cantidad de hojas arrugadas que adornaban una porción del suelo, siendo todos intentos fallidos de inicios de la canción.

Un suspiro que sonaba a fracaso salió de entre sus labios. Apretó con fuerza sus ojos pensando en lo estúpida que había sido al comprometerse a tal responsabilidad.

—Lee Jiho... Oh, Sujinie, no sabía que estabas aquí —dijo el compositor amigo del grupo. A pesar de que claramente a quien buscaba no estaba allí, cruzó la puerta para acercarse a ella—. ¿Qué haces?

Se quedó mirando por unos segundos la hoja en blanco antes de levantar la mirada hacia él, poniendo sus mejores ojos de cachorro antes de ponerse a lloriquear—. Oppaaa.

—Ya, ya. Tranquila, ¿qué sucede? —se apresuró en decir, tratando de aguantar la risa, mientras palmeaba y acariciaba su cabeza.

—Es que tengo que escribir una canción y no soy Woozi oppa, ese es mi problema—comenzó a quejarse luego de lanzar contra la mesa el pobre lápiz.

Tal acto le arrancó una risita al chico. Siempre que veía a la cantante la única palabra que venía a su mente era: ternura. Sin importar si estaba feliz, triste, entusiasmada, enojada o simplemente fastidiada, para él seguía viéndose tierna lo que lo llevaba a querer cuidar de ella todo el tiempo. O abrazarla, cualquiera de los dos.

Risueño tomó una silla vacía para rodarla hasta poder sentarse a su lado—. Veamos, ¿tiene que ser de algo en específico?

Así pasaron horas encerrados en el estudio tan siquiera para pensar en la idea principal de la canción, y ni siquiera salieron de este por su cuenta, más bien fue la aparición de los demás chicos quienes, preocupados luego de no ver por tanto tiempo a la chica, comenzaron a buscarla por todos lados en la agencia. Encontrándola en el estudio, recostada en el suelo con los pies sobre el sofá mientras Bumzu se hallaba en la silla dando vueltas sin parar a la vez que tarareaba una melodía que ni él mismo conocía.

[...]

Era una gran diferencia a la primera vez que la agrupación había estado en Los Angeles. En comparación con su primera estadía, esto pues en vez de estar el sol inclemente había estado lloviendo a cántaros desde que llegaron.

Sin embargo esto no le había quitado a la chica las ganas de salir a explorar la ciudad. La intensidad de la lluvia había disminuido desde esa mañana por lo que, luego de ver el clima por la ventana, se había puesto aquel outfit hecho a base de imágenes de Pinterest cuando buscó "L.A street style". Lo único que le faltaba era un acompañante, aunque conseguirlo no era realmente algo complicado.

—Sigo sin saber cómo acabé aquí —masculla el chico quien tuvo que apresurar sus pasos para que Sujin no saliera debajo del paraguas y terminara empapada—. Yah, deja de correr.

—No actúe como un viejo, oppa —le dijo con burla viendo por la vitrina de una tienda.

—Estoy a dos segundos de renunciar y dejarte aquí a tu suerte —aseguró tratando de sonar lo más sincero posible, pero solo logrando que este se riera con ganas.

Aún con una gran sonrisa en su rostro se giró, alzando su rostro hacia él poniendo las palmas en sus mejillas—. Oppa quiere demasiado a Sujinie como para dejarme.

Bumzu tan solo pudo arrugar la nariz tratando de controlarse a sí mismo de no soltar un chillido en el medio de la calle, pues sabía que era cierto y que sin importar cuánto quisiera evitarlo, siempre terminaría aceptando a todo lo que la chica le dijera. 

『Si estuvieras en...』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora