Capítulo Cinco

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Al día siguiente, ignoré a Josie por toda la mañana. La niña pareció darse cuenta de mi enojo, pero no hizo caso y siguió siendo la misma. Me siguió hasta que subimos a la van, y los chicos de adelante hablaban sobre un mapa, que sostenía Charles con sus lentes gigantes.

Ruby y yo compartíamos miradas, sin saber que decir. No teníamos el tipo de confianza para comenzar a hablar normalmente, pero éramos las únicas "mayores" y las dos niñas estaban jugando a un lado con el cuaderno de Zu.

— Megan, ¿Cuántos años tienes? — Le preguntó Ruby, captando la atención de los dos chicos de adelante. Ella creía haber comentado ya todo eso, pero creyó que Ruby hacia esa pregunta solo para quitar la incomodidad.

— Creo que... 20 — No sé el mes, el día o la hora. — ¿Qué año es?

— 2019. Febrero 24. — Le dijo Charles, mientras el otro comenzaba a manejar. — ¿Cuando es tu cumpleaños?

— El 1ero de Enero — Ya había pasado mi cumpleaños. — Probablemente ya tenga 21.

— Somos de la misma edad — Comentó Liam, y yo solo asentí ligeramente.

— Tenías 14 cuando entraste al campo, ¿cierto? — Asentí a la nueva pregunta de Ruby. — Entonces, si tienes 21. Si cumpliste el mes pasado, y eres cuatro años mayor que yo, entonces los tienes.

Me encogi de hombros. Mi edad nunca había sido de importancia.

— ¡Oh, entonces Jonas debe de tener 25!

El nombre de mi hermano me causó escalofríos, y más con la normalidad en que la niña lo dijo.

— ¿Jonas...? — Ruby lanzó la pregunta, pero al ver la cara apenada de Josie decidió dejarla ahí. — Bueno, no importa.

— Es mi hermano mayor.

No sé si había sido muy ruda, pero me molestaba un poco la dirección de la conversación. Hablar de mi hermano... No era algo que podía hacer con facilidad.

Mientras Ruby preguntaba algo a los chicos, observé de reojo el ángel que colgaba ahora de mi cuello.

Las fotos siguen en mi mochila. La cámara igual. Y estoy completamente segura que fue Jonas quien envió esa advertencia, y fue él quien envió todas esas cosas conmigo pues supo que estarían más seguras.

Porque esas fotos no pueden ser alguna coincidencia.

Decidí que, mientras ellos hablaban, revisaría las imágenes en la cámara.

Me alejé de Josie así no miraba lo que hacía, y comencé a pasar las imágenes.

Rápidamente conté cinco imágenes. Cuando las devolví, la primera era solo mi hermano.

Un autoretrato de él, con el cabello un poco más largo de lo que recordaba, y la misma cortadura en su mentón. Estaba sonriendo.

Pocas veces había vuelto a verlo sonreír desde la muerte de mi hermana. Creo que, en mayor parte, era por mí. Nunca acepté la muerte de mis padres hasta que sobreviví a la enfermedad. Y aún así, trabajando con mi hermano, no tenía la mejor actitud.

Sólo quería luchar, pelear, sin pensar en los demás.

Observé a Josie por unos segundos, suspirando.

Creo que, si no hubiera sido por esa niña, jamás habría cambiado.

Dejé de lado esa imagen, y la segunda no era muy distinta.

Jonas estaba al lado de un chico con cabello azabache, y ojos azules. Entrecerre los míos al verla, reconociendo al chico en ella.

Sentí las lágrimas intentar bajar de mis ojos.

Dear, Utopia - the darkest mindsWhere stories live. Discover now