6- Lagartos y lagartas.

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Antes de nada perdón, un problema familiar me ha teñido ocupada y sin muchas ganas de nada durante este tiempo, así que siento mucho no haber aparecido por aquí.
La buena noticia es que os traigo un capítulo nuevo, y que retomo la historia con el ritmo de siempre :)

Muchísimas gracias por manteneros a la espera y por los comentarios de animo. Nos leemos! ☺️☺️☺️☺️

Allí metida en el agua con sus ojos enrojecidos por la cólera, veía como la miraba divertida. Natalia se había cruzado de brazos sentándose en una roca justo al lado de su ropa.

- ¿Qué haces aquí? –le dijo enfadada
- He venido a salvarte
- ¿Esta vez de que? –le preguntó irónica-. ¿Qué te vas a inventar?
- Nada, solo que no me gustaría que al segundo día tuvieras la desagradable visión de un cocodrilo ir hacia ti.
- Ya... los de mi ropa ¿no? –sonrió.
- No, los de verdad, los que ahora mismo deben estar frotándose las patas porque te huelen, y deben estar llegando desde la otra orilla
- ¿Esperas que me lo crea?
- Como tú veas, no te queda mucho tiempo hasta que aparezca el primero
- Vete de ahí –le dijo molesta, aunque de repente sintió un miedo desconocido recorrer sus venas... se giró con desdén.
- Si, me voy, porque no es agradable ver como un cocodrilo se come a una persona, al menos, me hubiera gustado comerte a mí antes.
- Eres una gilipollas... –no se lo pensó y comenzó a nadar a toda rapidez hacia la orilla-. ¡Largo!
- ¿Qué pasa te da vergüenza que te vea? –seguía manteniendo una sonrisa irónica mientras en su mano sujetaba la camiseta de la rubia.
- Eres lo peor...
- Mira... ya tienes compañía –dijo señalando hacia dentro.

Alba sin pensarlo salió corriendo mientras se tapaba como podía y Natalia se sentaba muerta de risa de ver el apuro que estaba pasando ante su presencia. La más bajita mascullaba en su contra mientras se volvía de espaldas y se ponía la ropa, justo en el momento en que veía atónita como se acercaba a la orilla un cocodrilo.

- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!
- Pobre animal lo has dejado sordo para los restos –decía la morena riéndose-. No sabe lo gritona que nos ha salido la pija
- Asquerosa, ¡dame la camiseta!
- No, no –dio un chasquido a su lengua-. Así no se me agradece haberte salvado la vida
- No pienso agradecértelo, dame la camiseta- le dijo entre dientes bajando la voz con sus manos puestas sobre las caderas con el pantalón puesto y sujetador
- Vamos... ven... y te la doy a cambio de...
- A cambio de nada -llegó y se la arrebato con rabia diciéndole de carrerilla con voz ofendida-. Idiota... eres lo peor que he conocido en mucho tiempo
- Gracias
- O sea, nadie me dice que es peligroso venir aquí, seguro que es lo que estabas esperando
- O sea... –le imitó la voz
- Eres lo peor joder-le dijo poniéndose las botas ante la mirada divertida de la morena
- ¿Y no piensas agradecerme lo que he hecho por ti?
- No –le dijo enfadada
- Me debes una...
- No te debo nada –le respondió con fuerza aunque en su interior respiraba aliviada porque hubiera aparecido
- Creo que si –le dijo sonriendo mientras se acercaba a ella
- Está bien... gracias –dijo sin mirarla a la cara
- No... no... –emitió dos sonidos guturales con gracia mientras se pasaba la lengua por los labios-. Me debes una, en África cuando salvas la vida de alguien es tu siervo durante muuuuuuuuucho tiempo –le decía entrecerrando los ojos ante la mirada dura de la otra-. Pero para que veas que yo no soy tan mala ni me aprovecho de la situación, tan solo te pediré una cosa a cambio
- Vas lista si crees que voy a hacer algo
- Esta noche, antes de dormir, me darás un masaje en mi espalda... me muero por un masaje –ponía gesto de suplica y gusto
- Ni loca –comenzó a andar con nervio
- Eh, no te vayas –le cogió del brazo pero la pequeña se soltó con rabia-. No me hagas contar lo que has hecho, ¿quieres recibir una buena reprimenda de Manu?
- No –suspiró cerrando los ojos
- Muy bien –asintió mientras contraía graciosamente su barbilla-. Entonces... está noche me darás un masaje con aceite de palmera, no te pido nada del otro mundo
- Está bien –admitió  suspirando con la rabia encendida en sus ojos
- Trato hecho –le extendió la mano pero ella no le devolvió el saludo y se dispuso a caminar con rapidez y gran malestar. Natalia se puso a un paso de ella mientras le miraba el culo-. Me encanta como andas, nunca he visto a nadie con ese andar tan... tan...
- ¡Quieres callarte ya! –se giró molesta mientras entraba en la parte del camino en la que había que ir apartando las ramas para pasar.
- Nunca te han dicho que tienes un culo muy mono?. ¡Ay!

África // AlbaliaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin