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Se escucho un fuerte ruido. Las bolsas habían se fueron directo al suelo.

Jimin se sentía perdido, no podía entender nada y sus ojos estaban viendo la misma oscuridad, se estaba preguntando si en verdad seguía respirando, si su corazón latía, todo era lejano, escuchar la voz de Jungkook que trataba de calmarle o no, pero, era peor. No podía ver a Jungkook, y su voz, su voz se encontraba tan lejos que quería llorar. Deseaba llorar como un pequeño perdido en medio de un caos, tratando de aferrarse a su oso de felpa para calmar las aguas de su mente, que todo se iba a calmar, pero nada parecía ser así, porque todo se encontraba en llamas y solamente se demostraba el cultivo del caos. Entonces, sus manos se aferraron a algo cálido, mientras comenzaba a llorar e incluso llamaba a su madre, deseaba que Jungkook estuviera ahí, necesitaba de alguien, se ahogaba, moría de a poco.

—Jimin... cariño, estoy aquí, respira conmigo ¿bien?

La imagen de un Jimin volviendo a destruirse le hizo querer tomarle en sus brazos y correr a cualquier lugar para que estuviera a salvo, pero eso ya no era una opción, debía de calmar a Jimin de aquel ataque de pánico. Aguantó que Jimin le enterrara sus uñas en los brazos, eso no significaba nada para él, porque podría aguantar mucho más por Park Jimin.

—¡Es en serio! ¿Estás teniendo un ataque de pánico, Jimin? —la risa de Taehyung es fuerte y rebota en en el lugar, la gente alrededor solo se concentra en el muchacho que está temblando en el suelo, haciendo caso omiso a las palabras de crueldad hacia Jimin.

Jungkook, aunque tenga muchas ganas de hacerle algo a Taehyung, tiene que abstenerse de esa idea, solo se tiene que concentrar en Jimin, quien es su prioridad.

—Jimin, escúchame, estás bien... toma mi mano, eso es, aprieta si es necesario, vamos a charla un rato, ¿si? —le vio asentir—, concéntrate en mi voz solamente —acaricia la espalda del más bajito, quien ahora solamente llora.

—Por favor... haz que pare —se ahoga en el llanto, mientras aprieta con mucha fuerza la mano de Jungkook, la aprieta porque es su salvavidas, tampoco quiere que se vaya, y si llegara hacerlo, que ambos huyeran lejos, a un lugar donde podrían estar de forma pacífica.

El soñar es gratis y para quienes no tienen un límite de la imaginación, quienes rompen su realidad a tal punto de vivir en ficción.

Solo lograr que el llanto se logre apaciguar son cosas que complican y varían en cada persona en tener su ataque de pánico. La sensación de muerte y los niveles de ansiedad son algo desmotivante al recordar estos episodios, sintiéndote inepto en el futuro, un bueno para es no poder salir de las cadenas que tú mismo te colocaste, pero no es ser inepto el tener problemas más de toda compresión, quien fuera el daño no fuese uno mismo, sino quienes te miran a lo lejos al punto de hacerte vomitar y que tus oídos solo perciban el latir de tu corazón.

El qué quedar o hacer en cada momento se pone en duda. Salir de casa no es opción, porque prefieres encerrarte para evitar más daños colaterales que volver hacerte daño, que tu sistema te dañe.

Quienes suelen intentarlo, quienes salen porque quieren vivir, más de un tropiezo se darán, más, no es el final hasta que uno lo decide.

Y él aún no quiere ser vencido. No quiere ser pisoteado nunca más.

Jimin entonces se obliga a sí mismo en relajarse, su voz va al compás con la de Jungkook para relatar los números del uno al diez, del diez al uno, en sentir su aroma y presencia cerca son algo suficiente para ya tener un ancla y que no se vaya al mar, derecho a una perdición.  Quiere ser fuerte, y es complicado, no tiene valor, pero se equivoca, cuando alguien lo intenta, quien se levanta ante burlas, quien se levanta ante cada palabra que le arrastra al fondo y sigue escalando, esa persona, es el mismo valor. Jimin quiere ser el valor de levantarse, que su corazón comience a latir al mismo ritmo que el de Jungkook. Su palma de calienta al escuchar su corazón recitar una canción para dejarle adormilado.

EX'S @kookmin.fanfic.Where stories live. Discover now