《Capítulo 62》

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Una verdad dolorosa.

Narrador Omnisciente.

Tate empieza a moverse contra Mikela, su excitación ya empezó. Tan solo verla en ese top lo prendió más que nunca, el deseo de tenerla se hace más grande que la posible lástima que siente. Mikela empieza a patear pero no obtiene ningún resultado, las manos de Tate aprietan su cintura desnuda y suben hasta el top para apretar sus senos haciendo que Mikela suelte un grito de temor y asco. Los dos en un solo frasco, el miedo de que Tate la toque, el asco de que tenga grabado sus manos en todo su cuerpo llenándola de odio.

— ¡Ya, basta! —grita ella para luego golpear a Tate con su rodilla.

El golpe cae en su miembro haciendo que el retroceda con sus manos en ese lugar donde le duele, Mikela se incorpora limpiando sus lágrimas y luego se acerca a Tate. Una sonrisa en los labios de Mikela aparece.

—Vas a lamentarlo, no debiste tocarla. —espeta ella y ahí se puede comprobar que no es Mikela.

Es su otra identidad, la más fuerte y la más vengativa.

Mikela lo coge por los hombros y con su rodilla vuelve a golpearlo en su miembro una y mil veces más hasta que logra hacerlo caer, levanta su pie para ponerlo en sus labios y apretar con fuerza. La sed de venganza está presente en todo su cuerpo, no debieron tocarla, no a la más débil. Tate logra coger la pierna de Mikela pero ella pone más fuerza haciendo que Tate ahogue un grito de dolor por la presión en su rostro.

— ¡Mikela, ya! — se escucha un grito detrás de ellos.

En la puerta principal se puede ver como Mía, Valentina, Loyd y Lucas se quedan observando la imagen.

—Aléjate, quien sea que eres. — habla con la voz ronca la identidad metida en el cuerpo de Mikela.

Ella vuelve a presionar su pie contra el rostro de Tate y luego con la punta de su zapato lo patea una vez en su columna, un grito escapa de la boca de Tate ya que el dolor es grande. La fuerza de ella es grande, cosa que nadie sabía.

—Mikela no querría que hagas esto. — Loyd habla dando un paso al frente mientras Lucas y Valentina ayudan a que Ian se ponga de pie.

La castaña le da una última patada a Tate para luego caminar hasta Loyd, al parecer sus palabras si le afectaron a ella.

— ¿Cómo sabes que no soy Mikela? — pregunta ella mirándolo de pies a cabeza.

—Porque lo hablamos, Mikela quería que vinieras. — la castaña enarca una ceja desconfiando de Loyd pero termina encogiéndose de hombros.

—Saquemos a Ian de aquí, luego me explican porque la zorra que es rubia viene con ustedes. — dice ella mirando a Mía y luego saliendo de la casa sin esperarlos.

***

En todo el camino nadie dijo nada, la castaña se encargó de recostar la cabeza de Ian en sus piernas para calmarlo. Al llegar ya a la casa, la que estaba en el cuerpo de Mikela dudó porque esa no es la casa donde ella se crió.

— ¿Debería empezar a desconfiar? Esta no es la casa de Mikela.

Joshua y Lucas se encargan de bajar a Ian con cuidado mientras Mia abre la puerta principal. Todos entran a la casa y rápidamente Atenea empieza a ladrar frente a la castaña.

—Adivino, esta bola de pelos es de Mikela. ¿La encontró o se lo regalaron? — pregunta mientras se adentra a la casa y observa los cuadros.

Ve muchos donde aparece toda la familia completa, sale mucho Mikela con su madre y luego salen Pablo, Amy y Lucas. En un cuadro esta solo Zeus por lo que la castaña coge el cuadro y luego mira a Atenea entendiendo básicamente lo que pasó.

Enamorándome de alguien más (Olvidarte para siempre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora