《Capítulo 14》

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Ponte bien los ovarios.

Estaba nerviosa, quiero decir, estoy nerviosa. He esperado mucho tiempo para saber sobre el chico del tatuaje pero justo ahora las palabras no salen. Es como si no quisiera saber la verdad, quizás deba quedarme con la idea de que ella se quitó la vida por baja autoestima. Quizás fue un error abrir esa caja. Quizás deba irme corriendo a mi casa y poner Bob esponja en YouTube. Quizás...

¡Nada que Quizás, esperaste mucho tiempo para saber esto y ahora ponte bien los ovarios!

Yo puedo hacerlo, solo debo abrir la boca y esperar que salgan las palabras. Es fácil, siempre me ha gustado hablar con las personas. Vamos, yo puedo.

— Ya sé. — dice Don Emilio y yo abro la boca por la sorpresa.

— ¿Así? — pregunto algo confundida.

¿Qué sabe?

— Claro que si. — da un aplauso. — Extrañaste mi comida y quieres comer. — señala a un mesero. — Busca una mesa para estos 3 chicos.

— No es eso, Don Emilio... — trato de decir pero levanta la mano para que me calle.

— Estás muy delgada Mikela, come algo que te va preparar este viejo. — nos guía hasta una mesa y nos sentamos. — Les voy a preparar mi especialidad.

Se va y me golpeo la cabeza con las manos. He fallado, diablos, ni siquiera puedo decir algo y ahora tendré que comer... bueno, eso no es tan malo.

— Al parecer vamos a almorzar aquí. — dice Lucas relajado.

— Tú pagas. — le dice Mia a Lucas.

— Claro, aprovechen que me tienen aquí para pagar su comida. — dice Lucas y me río por la manera en que lo dice.

Busco con la mirada a ese chico del tatuaje pero no lo veo. Solo hay personas nuevas que no he visto nunca, supongo que después de dos años decidieron buscar otro trabajo porque la mayoría eran universitarios. Espero que Don Emilio tenga su número de teléfono o una dirección.

— ¿Lo ves? — me pregunta Mía.

— No, de seguro no está aquí. — digo poniendo la cabeza en la mesa, tan dramática siempre.

Saco mi celular ya que necesito ver la hora, cuándo lo prendo veo que tengo 10 llamadas pérdidas de Valentina.

¿Le habrá pasado algo?

Decido llamarla y lo contesta al primer timbre.

— ¡Mik, te extraño! — se escucha música muy alta.

Valentina está es una fiesta, ruedo los ojos porque ella siempre haga lo mismo. ¿No se aburre?

— ¿Estás ebria? — pregunto sobando mi cabeza.

— ¿Yo? ¿Ebria? — bufa. — Claro que no... bueno, si. — se ríe y empieza a cantar la canción que esta sonando.

— Valentina mejor sube a una habitación para que duermas. — le sugiero ya que no quiero que le hagan algo estando ebria. Ella sabe defenderse pero igual me preocupa.

— ¿Dormir? Pero si yo quiero bailar. — dice emocionada. — ¿Por qué no estás aquí? Dijiste que ibas a venir hoy y no te veo. Armé una fiesta solo por ti y no estás. — se escucha su voz un poco quebrada.

Valentina no es de llorar nunca, pero cuándo alguien está ebrio eso suele pasar.

— Ay Valentina. — Lucas y Mía me están viendo y no debo decir nada de lo que me pueda arrepentir después.

Enamorándome de alguien más (Olvidarte para siempre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora