A partir de entonces volverían cada día a la misma hora a ese rio y pasarían gran parte del día platicándose solo como ellos podían hacerlo. Cada día tardaban un poco más, cada día les era más difícil separar sus ojos de los del otro, pero que en algún momento ya no pudieron hacerlo. Permanecieron en su correspondiente orilla del rio, diciéndose lo mucho que anhelaban estar juntos hasta que sus cuerpos se volvieron rígidos cual madera y se hundieron profundo en la tierra donde anclaron sus raíces, y se alzaron alto para seguir viéndose pese a todo. Ellos habían sembrado amor y el fruto que había resultado era la oportunidad de tener una vida más para encontrarse. Así pues, en el lugar donde aun permanecían uno frente a otro, se hallaban arboles llenos de vida y color que alzaban sus raíces y las entretejian para tocarse, cuando esto finalmente ocurrió de las ramas más altas descendieron niños con ojos de rio sereno, que cruzaron el puente obsequiado por madre y padre con el propósito de llevar unificación al otro lado.

Bien, quizás lo que Travis y Maya tenían para decirse no estaba precisamente relacionado con amor, pero no se ignora el llamado de una mirada y eso él lo sabía tan bien como yo lo sé. Así la siguió en su auto luego de que las clases llegaran a su fin por esa semana.

"Sí, soy un completo acosador" . Hizo un ruido hueco al dejar caer su frente sobre el volante.

¿Por qué su hermana había tenido que mencionar precisamente aquello ese día? De entre todos los temas de su vida personal en la que ella metía su nariz, ¿por qué había sacado a relucir aquel? Pudo haber mencionado su usual reclamo acerca de que debería pasar más tiempo en casa para ayudar con los qué haceres o el tan repetido discurso que hacia que él cerrara las puertas en su cara: "trabajas demasiado, hermano, ahorras y ahorras para tus tan deseados viajes. Luego te arrepentirás de no haber aprovechado la adolescencia como deberías". Y lo que más raro le parecía era que ya había transcurrido año y medio desde la ultima vez que ella intentó que él confesará, ¿por qué volverlo hacer ahora?

Un golpeteo ligero hizo que Travis girara peresozamente su cabeza aun sin despegarla del volante para luego dar un brinquito en su asiento al darse cuenta que se trataba de Maya. Sentía su corazón golpetear contra sus oídos, ¿ahora qué hacia? No le dio mucho tiempo de pensar en ello cuando un gesto con la cabeza de parte de la rubia le indicó que saliera del auto.

- ¿Qué estás haciendo por acá, Travis? - una pregunta bastante lógica teniendo en consideración que él vivía prácticamente en el polo opuesto a ella, y más lógico aun el tono hosco que había utilizado. No podía imaginarse cómo reaccionaria él si alguien lo estuviese siguiendo y acosando con la mirada tal como lo estaba haciendo él mismo.

Buscando las palabras adecuadas para contestar, Travis se tomó el tiempo para observarla mejor. Los brazos cruzados, los labios fruncidos, la mirada vacilante, hasta un imbécil se daría cuenta de que ella no estaba cómoda, no estaba cómoda con él y se pregunto si se debía a que a esa altura de sus vidas eran prácticamente desconocidos, a las circunstancias o había algo que estaba pasando por alto.

- ¿Hay algo que tengas para decirme, Travis?

No, no podía decirle, después de años sin pensar en aquello, ya ni siquiera se sentía atraído por ella, ¿cual sería entonces el propósito? Y más importante aún, temía a la reacción que esta pudiese tener. No parecía estar llevando la situación muy bien y ¡demonios! Él tampoco, pero Maya simplemente no lucia como Maya y no solo por lo pálida de su piel, las ojeras bajo sus ojos y la mirada agotada; era el cabello sucio sujeto en una apretada cola, la simple camiseta unicolor y el hecho de que no llevaba ningún bolso. Maya Marquéz jamás descuidaba su apariencia, no, ella siempre vestía pulcra y femenina, su ropa debía combinar y llamar la atención; y más que nada ella siempre llevaba a la escuela un bolso como si fuese a la guerra, "lapiceros, colores, cinta adhesiva, grapadora, cuerda, nunca sabes qué podrías necesitar" - volvió a decirle la dulce voz de una niña de doce años en su cabeza.

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⏰ Last updated: Dec 18, 2020 ⏰

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