- Si... - concluyó Carl - pero no puede ser siempre así

Mantuve la guía del grupo, iba por delante y no tenía ganas de hablar con nadie. No sabía como sentirme, como le dije a Carl antes, tomar una vida humana que aún respira era mucho cargo de conciencia y no estábamos listos para eso, pero yo había tomado mis palabras atrás y había matado a alguien agonizante pero vivo. No sabía como afrontar eso ni mucho menos hablarlo

Cuando volvimos por el pasillo secundario de la prisión al bloque de cuarentena, me paré en la entrada y miré directamente a Hershel y Carl, no quería entrar a ese lugar y encerrarme, sabía que lloraría más y no podía permitírmelo, tenía que ser más fuerte

- No puedo... - dije

- ¿Quieres hablarlo? - preguntó Hershel

- No puedo... - repetí, mi respiración era entrecortada

- Entremos y veamos como solucionar esto ¿te parece?

- No, no quiero entrar - contesté, recién estaba sintiendo el dolor de lo que acababa de hacer - no le digan a nadie lo de mi padre, por favor

- ¿Estas segura? - preguntó Carl

- Lo estoy, ni siquiera a Rick o a Maggie. Nadie puede saberlo

- Y nadie lo hará si no quieres, pero debes recostarte, fueron muchas emociones para ti

- No puedo...

Salí corriendo de ahí, no me adentré en la prisión, sino que fui por afuera y corrí al jardín. Ni me esforcé en mirar hacia los costados, no quería mirar a nadie, solo correr y estar sola. Llegué al jardín, donde antes estaba el corral de Violet la cerda y ahora solo habían escombros quemados, me senté en el césped y miré el cielo, todo estaba pasando muy rápido... Encontré a mi padre y lo maté porque se contagió del virus, me prometí que si lo encontraba otra vez no obedecería ni una sola orden más y lo hice, luego me vengué

Hershel tenía razón, esto era mucho para mi y necesitaba descansar, me recosté en el césped y cerré los ojos, tenía que dejar esta pesadilla ahora


(...)


Desperté con la respiración entrecortada, cuando me dormí no era más de medio día y ahora no llegaba a ser el atardecer, no dormí ni cinco horas. Tenía la frente mojada y sentía la garganta seca, el pecho estaba por explotarme y sentía un cansancio que quería hacer que cerrara los ojos, pero ahora no podía, la cabeza me daba vueltas. Puse mi mano sobre mi frente y estaba ardiendo, de forma terrible

No, no, no, no, no... intenté regularizar mi respiración, no pude contagiarme del virus tan rápido... no tenía sentido. Hershel me dijo que para cada persona el virus avanza diferente pero no había pasado ni un día. Claro, mi padre me tosió a la cara y él estaba en la última fase antes de morir, pronto iba a ser el anochecer y no podía estar aquí, no podía tener el virus

Intenté ponerme de pie, pero toda mi visión se balanceo. Estaba mareada y sentía que mi cuerpo quemaba mi ropa, también sentía como me iba deshidratando de a poco por todo el sudor que corría por mi piel y empezaba a pegarse a mi ropa. Tomé otro impulso e intenté levantarme pero era muy difícil, ni siquiera pude recoger mi lanza del suelo. Medí mis movimientos y tomé el palo, lo amarré a mi cintura y me concentré en caminar

Avancé pequeños pasos, tenía la garganta tan seca que tosía y tosía sin parar. Llegué con mucha dificultad a la puerta de la prisión, pero lo hice, abrí la valla y por poco perdía el equilibrio, pero la volví a cerrar. Tomé tres respiraciones rápidas y seguí avanzando, no podía estar contagiada tan rápido pero si lo estaba tenía que ir al pabellón donde cuidaban a los enfermos

Unidos En El ApocalipsisWhere stories live. Discover now