Capítulo 3

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Frank aún seguía avergonzado por la tarde en la que tuvo que darle seis besos a Gerard. Juraría que el pelirrojo no sabía nada sobre el curso que estudiaban cuando empezaron.
Por otro lado, Gerard no quería que llegara la hora de irse de la universidad, hoy empezaba el ya mencionado club en el que estaba inscrito con su hermano.

El reloj marcó las 4:30, hora de salida de la universidad.

Todos se fueron del salón rapidamente, mientras que Gerard metía los libros a su mochila lo más lento que podía. Frank lo esperaba en la puerta.
Cuando tuvo todos sus libros en la mochila, la cerró lentamente, hasta se podía escuchar el sonido que producía el cierre.

–¿Te apuras, Way?

Gerard simplemente se colgó la mochila al hombro y caminó arrastrando los pies hasta donde estaba su amigo.
Ambos caminaron por el pasillo, bueno... Frank caminó. Gerard iba en
cámara lenta.

Al llegar a la puerta, Frank se despidió de Gerard. Al de ojos avellana le sorprendió que el pelirrojo no haya hecho ninguna broma antes de irse, y, de cierto modo, le preocupó.

El oji-verde llegó a su casa y ahí lo esperaba Mikey, ya listo y con una cámara colgando de su cuello por una correa. A Gerard en serio le daba pesar tener que ir al dichoso club, sentía que era una completa pérdida de tiempo.

Gerard se dio una ducha rápida, se vistió y salió al encuentro con su hermano.

Los dos subieron al auto, pusieron algo de música y partieron.
Donde se daba el club era realmente cerca, como a unas 13 cuadras de su casa. Entonces si Gerard quería escapar, podría ir corriendo hasta su casa. En verdad, odiaba la idea de ir a ese club.
Ambos bajaron del auto y vieron el lugar en donde se reunirían con los otros integrantes del taller, era un establecimiento grande y bastante decorado.

Entraron y se percataron en que todos los que estaban allí eran igual de jóvenes que ellos. Eso era algo que le daba cierto alivio a Gerard, ya no se aburriría tanto.

Pasaron unos cuantos minutos, los que pasó hablando con su hermano.
Luego de ese tiempo, llegó un castaño que Gerard conocía a la perfección.

Club de fotografíaWhere stories live. Discover now