Capitulo 1

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•Vampiros•

Luego de la batalla contra los cazadores, los Vampiros tomaron camino a su hogar, a sus tierras, que se situaban algo retirado de los territorios lobunos. Los Vampiros eran seres de la noche, que se caracterizaban, no sólo por beber sangre la cual les daba energía y fuerza, sino también por su rapidez, su aguda visión y sus pieles pálidas, por su porte lleno de elegancia, la única diferencia que tenían con sus amigos-rivales, los lobos, era que no tenían un olfato y audición tan desarrollada como ellos, si bien era más desarrollada que la de los mortales. En el Reino de los vampiros existían clases, esto se debía a que algunos vampiros, los más viejos, solían tener las costumbres de sus épocas, donde los Reyes, príncipes y monarcas aún mandaban. En sus tierras, había casas con diferentes rangos, que trabajan en armonía para poder llevar a su gente por el buen camino.

La primera casa de nombre Black, era el hogar del Líder Zack, quien en los últimos siglos había reinado lo suficientemente bien, como para seguir en el puesto hasta el final de los tiempos. 

En la segunda casa Devil, segunda casa a cargo, casa pues en esta habitaban, Jonás mano derecha de Zack, amigos desde que se habían conocido hace ya más tiempo del que uno puede contar, Jonás un hombre alto de cabello rubio, lacio que le llegaba a los hombros y sus característicos ojos rojizos, un hombre que no era del todo guapo pero si atractivo, y quién también estaba casado con Artemis, hermana menor de Zack. Artemis una mujer de un porte muy elegante, que siempre sabía que vestir y cómo peinar, muy educada y con una belleza envidiable, alta, de cabello negro como la noche, ojos café, piel blanca.

Y por último la tercer casa, Blood casa encargada de recibir las órdenes de las otras dos, y hacer que el pueblo las cumpla, casa donde Mark un hombre alto de cabello corto, muy educado pero serio a su vez, junto a su hijo Arturo físicamente parecido a su padre, a diferencia del carácter, pues él era muy alegre y siempre con una sonrisa. 

Las tres casas trabajaban en conjunto, para poder llevar a su pueblo por el buen camino, incluso hacerles saber el tratado que tenían con los hombres lobo, y hacerlo respetar, pues aún había muchos Vampiros que se rehusaban a hacer las paces con ellos. 

Luego de la guerra, las bajas no eran tan considerables, solo unos pocos habían muerto en batalla, dispuestos a volver a casa, y dejar lo antes ocurrido en solo un recuerdo, la nieve comenzaba a caer con mayor intensidad. La plática era muy agradable, recordando tiempos que para muchos eran historia, pero para ellos como si fuera ayer.

Artemis, caminaba tomada de la mano Jonás, sin duda un gran amor, cuidando el uno del otro, apoyándose en los momentos difíciles, siempre estado el uno para el otro, o como los humanos lo llamarían, el amor de sus vidas. 

A los oídos de Artemis, llegó un ruido, pero no cualquier ruido, uno muy peculiar, el llanto débil de un pequeño bebé. Al oír aquello el corazón se le encogió, pues pensó "que hacía un bebé en medio del bosque y con la nieve cayendo". 

—Guarden silencio, por favor– habló, quería comprobar, si ese ruido era real, sin decir más, camino un poco por aquel bosque, en busca de otro llanto. 

—Artemis, hermana,¿qué pasa?– pregunto Zack un poco preocupado por el comportamiento de su hermana, la siguió con la mirada. 

—He escuchado a un bebé– apenas terminó de hablar cuando otro llanto se hizo presente, esta vez siendo escuchando por todos.

—!Lo oí¡– gritó Jonás y siguió a su esposa, quien se encontraba a sólo un metro de él, Zack no dijo nada, y solo los miro en silencio como los demás Vampiros. 

Artemis siguió caminando, hasta que encontró al bebé, estaba envuelto en una tela vieja, junto a un cadáver, que por lógica era la madre de aquella criatura, Jonás alcanzó a su mujer, y presenció la escena con cierto remordimiento.

—Es una niña– le dijo a su esposo, la levantó, acunó en sus brazos y la miró más a detalle, era una bebé de piel clara, y ojos color miel, cabello rojizo, que apenas era visible, estaba helada. A causa de ello y del hambre, la niña lloraba. 

—Es humana– dijo Jonás, sin despegar la vista del bebé, sabía que su esposa siempre había anhelado ser madre, no podía negar que él también soñaba con una familia, pero al ser vampiros le fue imposible.

—No importa que sea, está sola, ha perdido a su madre, y si la dejamos aquí morirá por el frío– informó, mirando con adoración al bebé, era como un regalo de la vida.

Regresaron con los demás, quieres miraron con asombro al bebé y que fuera humana, pero nadie dijo nada, pues el único que tenía el derecho ha decidir si se quedaba o no era Zack, y él no decía Nada. Luego de un par de horas, llegaron a su pueblo. Artemis bañó con delicadeza al bebé, la arropó y dejó dormida en su cama. Y salió a enfrentar a su hermano quién la había seguido hasta su casa.

Zack sabían bien que su hermana y Jonás, siempre desearon una familia, sabía que su hermana no se apartaría del bebé, al llegar a sus tierras, ordenó a cada vampiro ir a sus hogares, en silencio siguió a Jonás y Artemis, hasta su hogar, tenían que decidir el futuro de ese bebé. Esperó una media hora junto a su cuñado, a que su hermana apareciera en la sala, para dialogar. 

—No me desharé de ella– le informó Artemis, apenas entrando al salón, tomó lugar junto a su esposo, y miró a su hermano de forma seria y autoritaria.

—Es una humana, sabes cómo son, o ya se te olvidó lo que ha ocurrido hace horas atrás– hablo molesto, su hermana podría ser muy terca y siempre conseguía lo que tenía. 

—Los humanos no nacen siendo malos, ellos son muy lindos al nacer, pero su entorno los vuelves como suelen ser, estoy segura de que ese bebé será muy bondadoso– tomó la mano de su marido buscando su apoyo y como siempre lo encontró.

—La criaremos como uno de nosotros, un Vampiro– aseguro Jonás, él tampoco estaba dispuesto a dejar ir la pequeña. 

Zack no dijo más, por un largo rato, pensando en la situación, sabía que no tenía otra opción más que aceptar al bebé en su pueblo.

—Se quedará, será criada como uno de nosotros, pero jamás se le ocultará que es humana, y cuando cumpla 22 años será transformada en Vampiro,¿Quedó claro?– esas eran las condiciones que ponía para que aquel ser indefenso, pudiera seguir viviendo, su hermana y cuñado lo abrazaron en muestra de agradecimiento.

Al caer la noche, Artemis junto a Jonás, miraban a la bebé, que dormía tranquila y ajena a todo lo ocurrido, la idea de tener una familia murió hace tiempo, pero ahora ahí estaba y se sentían muy felices por ello. 

—¿Que nombre te gusta para ella?– preguntó Jonás, besando la cien de su esposa. 

—Me gusta Dazz, cuando era niña, oí ese nombre y siempre quise que mi primera hija se llamar así– dejo de ver a la bebé y volteó a ver a su esposo, lo abrazó por el cuello. 

—Entonces se llamará Dazz, Dazz de la casa Devil– 

Ambos sonrieron ante eso, sonaba demasiado lindo y tierno, con un gran beso de amor, se dirigieron a descansar de todo lo ocurrido y felices de la nueva vida que tendrían a partir de ese momento. 

Qué tal?, Qué les has parecido?, Dazz ha salido en la historia, espero les guste mucho, gracias por leer.


A Lunas De Ti (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora