Carta abierta

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" Unámonos, paisano mío, para batir a los maturrangos que nos amenazan: divididos seremos esclavos ; unidos , estoy seguro de que los batiremos ; hagamos un esfuerzo de patriotismo, depongamos resentimientos particulares y concluyamos nuestra obra con honor .
Mi sable no saldrá jamas de la vaina por opiniones políticas; usted es un patriota y yo espero que hará en beneficio de nuestra independencia todo género de sacrificios..."
Carta de San Martín a Estanislao López, bregando por la pacificación interior del país, amenazado por las luchas entre caudillos (1.819)

Querido Amigo:

Recibí tu carta y me alegró saber que estás bien. Es un alivio enterarme que tus hijos se adaptaron a las costumbres y al idioma de ese país, me hace inmensamente feliz el hecho de que hayas superado los problemas económicos, que te sientas tranquilo y que tu mayor problema sea no conseguir yerba.

Imaginaba que las cosas en el primer mundo eran tal cual me las contás. Que la gente no pasa tantas penurias, que es más fácil conseguir trabajo, que hay más seguridad y orden.

Lo que me resulta más satisfactorio, aunque estaba seguro que así sería, es saber que allí la medicina y la educación, alcanzan un excelente nivel, y que tenés acceso a ellas.

Acá en cambio, como ya sabes, las cosas no están bien. De los chicos de la barra, la mayoría está sin trabajo, algunos tienen pero cobran con bonos y el resto, lleva varios meses de atraso en el sueldo.

La gente, en general, los que no están enfermos de los nervios o estrés, lo están por falta de alimentos, abrigo o medicamentos; y los más, estamos enfermos del alma, de ver lo que pasa con nuestro país y el pueblo. No sólo se robaron nuestra plata, también se robaron nuestra esperanza.

En nombre de una dignidad, que se supone confieren los reclamos, expresados en manifestaciones, pacíficas o violentas, cacerolazos o tomas de edificios, piquetes o sentadas, o cuanta acción se les pueda ocurrir, los dirigentes políticos y sindicales, y casi cualquier supuesto líder, nos usan con fines egoístas y corruptos, enseñándonos, en lugar de la grandeza del trabajo honesto, el facilismo de la vida a costa del estado, convirtiéndonos en haraganes, parásitos que viven a costa de los trabajadores, al igual que ellos, con la sola diferencia de lo miserable de nuestra limosna y lo insultante de su riqueza.

Nos hacen creer que somos libres, al gritar nuestra indignación, mientras que en realidad, nos esclavizan evitando que pensemos por nosotros mismos. Pero, por sobre todo, nos esclavizamos nosotros mismos, al contentarnos con el facilismo de protestar y exigir cambios, en lugar de convertirnos en los ideólogos de la patria libre y en ejecutores de su construcción.

Debemos construir un país donde seamos verdaderamente libres, con todo lo que la libertad concede y exige. Un país donde se respeten la constitución y las leyes, donde todos seamos iguales de verdad, donde nadie pisotee tus derechos, ni siquiera para defender los suyos.

Mirar la tele te mata, los chicos desnutridos, que cada día son más y más, y viven de comer de la basura. La desocupación es de terror, crece día a día y en todos los niveles sociales.

Todos los días ves a la Argentina sangrar por las heridas de los enfermos, morir en cada anciano abandonado, caer al suelo sin vida con el cuerpo de cada inocente, de cada policía asesinado. La ves llorar con los ojos de sus niños desnutridos.

Ya no soporto más la insensibilidad de sus dirigentes. Sus industrias están cerradas y los obreros con hambre. Su corazón ya casi no late.

La nueva ArgentinaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora