El nuevo estado

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"La libertad de usar y disponer de su propiedad es un complemento de la libertad del trabajo y del derecho de propiedad; garantía adicional de grande utilidad contra la tendencia de la economía socialista

de esta época, que, con pretexto de organizar esos derechos, pretende restringir el uso y disponibilidad de la propiedad (cuando no niega el derecho que esta tiene de existir), y nivelar el trabajo del imbécil

con el trabajo del genio."

Juan Bautista Alberdi

Obras Completas de Juan Bautista Alberdi

(Buenos Aires, La Tribuna Nacional, 1886)

Tomo IV

Aún hasta este momento todo esto no son más que sueños traducidos a palabras, ahora hay que ver el como, y para eso repasaremos algunas de mis ideas. Sólo son esbozos de proyectos, que los técnicos deben analizar y convertir en proyectos de leyes, por ahora, no constituyen, más que ideas generales de cómo transformar nuestra realidad en un futuro promisorio.

Cabe acotar que, en su mayoría, son proyectos que tienden a reformas estructurales, por lo que hay que considerar que su resultado es lento, no podemos esperar resultados inmediatos, sin embargo, todo cambio estructural, en el largo plazo, tiene efectos coyunturales en el corto y mediano plazo, y el ideal es que esos efectos inmediatos contribuyan a solucionar la crisis por la cual esta atravesando nuestro país. Sin embargo, deberemos complementarlo con otras medidas coyunturales, pero sin perder de vista el objetivo estructural, es decir, aún a costa del sacrificio en el presente, debemos enfocarnos en el objetivo de largo plazo, y desde ningún punto de vista, sacrificar el futuro con medidas que contribuyan a solucionar la crisis actual, modificando la situación estructural futura en otro sentido.

Toda medida de coyuntura, que no signifique una corrección estructural, tendiente a lograr el objetivo de largo plazo, no constituye más que un parche, y todos sabemos que, a mediano plazo, los parches siguen siendo nada más que eso y la estructura se sigue deteriorando, por lo que las consecuencias terminan generalmente siendo peores.

Es claro que a pesar de esto, debemos atravesar esta recesión y poner al país de pie y en marcha, con medidas de ejecución y resultados inmediatos, además de las de largo plazo, pero siempre teniendo especial cuidado, en que tiendan al cumplimiento del objetivo final, o si no, de cambiarlas a tiempo, antes de que se transformen en cambios estructurales.

Por todo esto, no debemos nunca perder de vista el modelo de país que hemos definido al comienzo, por ejemplo, si lo que queremos es un país de pleno empleo, tenemos que salir de la crisis generando empleos, y nunca con subsidios a la desocupación. Ya que a estos, los paga la población con empleo, trasformándose en un círculo vicioso, porque a medida que el gasto social (léase subsidios) crece, debemos o aumentar la carga impositiva lo que reduce los ingresos de la población, o directamente reducir estos últimos, lo que lleva a menor consumo, mayor recesión, aumento del desempleo, mayor necesidad de subsidios, disminución de ingresos, y así el circulo continúa. En lugar de ello, debemos romper esa cadena, logrando el aumento de los ingresos, que genere mayor consumo, impulse el crecimiento, genere mayor empleo, etc. Y habremos invertido el sentido del círculo.

Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo, ya que esto último representa decisiones de alto costo político, puesto que significa destinar cada vez más recursos al sector productivo y menos a lo social (una vez más léase subsidios). A primera vista, parece significar dejar personas sin atención, en cierta forma es así, pero más que nada significa cambiar los tiempos, es decir, llegar a menos personas en un primer momento, y logrando que los recursos destinados a estas personas, sean productivos y reinvertidos en más empleos y producción, que llegará a nuevas personas y así hasta completar, a largo plazo, el circulo de pleno empleo.

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