XLV

8.5K 868 102
                                    




Presente



Viviendo en una constante repetición, TaeHyung suspira cada noche y ruega al cielo que al despertar pueda ver a su primo a su lado, pues desde que el azabache expresó en un mensaje que necesitaba tiempo para pensar, el de cabellos castaños se cuestiona el por qué este verano no brilla como lo hacía en su niñez, donde ambos pasaban tardes enteras jugando en el jardín, riendo por todo al no pensar en nada, al no esperar nada, sólo viviendo como si las vacaciones fuesen infinitas. Sin embargo, estar juntos en estos momentos no es una opción, debido a que JungKook fue claro al reconocer que, estando a su lado, no podía pensar con claridad.

Tal vez su primo tiene razón, piensa TaeHyung, pues cuando están juntos se dejan llevar por los impulsos y no saben qué decir o cómo actuar. Es cierto que las cosas han cambiado entre ambos, pero también es cierto que cada noche, antes de cerrar los ojos, tanto JungKook como TaeHyung se dicen te amo sin estar juntos.

A veces, tal como en esta mañana en que abre los ojos y ve que el sol se cola a través las cortinas entreabiertas, TaeHyung siente que es momento de salir de su letargo y rearmar su vida, encontrar sus prioridades y asumir, de una vez por todas, que la enfermedad que lo tuvo al borde de la muerte ya no significa un peligro, sino sólo un mal recuerdo del que a ratos saca conclusiones y nuevas motivaciones para enfrentar cada día con una sonrisa. TaeHyung siente que es momento de que su primo regrese para poder amarlo como es debido, sin miedo a ser descubiertos, sin miedo al qué dirán.

Existen siete billones de personas en el mundo y el de cabellos castaños ríe ante el hecho de que el amor de su vida es alguien de su misma familia, de que por sus venas corre casi la misma sangre que acaricia el cuerpo del azabache. En ese punto, TaeHyung detiene sus risas y recuerda que existe algo más que los une genéticamente, cuando rememora que dos días atrás fue su padre el que reveló que JungKook fue su donante de médula y entonces TaeHyung creyó perder el aliento y tuvo que tomar asiento para recuperarse del impacto.

— ¿Por qué no me lo dijo? —cuestionó al borde del llanto, aunque en realidad no sabía si sentía pena, dolor o alegría.

— Yo le pedí que guardara el secreto porque en ese tiempo estabas muy débil y no sabía cómo reaccionarías.

Luego, su padre lo estrechó entre sus brazos y, acunándolo como lo hacía cuando quería conseguir que el castaño se durmiera, preguntó el por qué no estaban juntos, que él había aceptado hace mucho tiempo atrás que no podría cuestionar un amor como el de ellos, mucho menos al sentir que estaba en deuda con su sobrino.

— JungKook sigue dolido por haberlo alejado cuando más lo necesitaba.

— ¿Crees que volverán a estar juntos? —cuestionó el hombre mayor luego de haber estado minutos en silencio, sólo acariciando el cabello de su hijo mientras éste se perdía en sus pensamientos.

— Eso es lo único que pido antes de dormir, pues sé que estoy dispuesto a lo que sea con tal de recuperar su amor.







A tres semanas de que acabe el verano, el cóctel que se lleva a cabo en el hogar es el motivo para que todos parezcan ir de un lugar a otro con prisa, donde los empleados de la casa se ven en la necesidad de atender a las visitas y TaeHyung, ajeno al festejo del cumpleaños de su tío, se aparta de todos y ve con indiferencia el cómo el hermano de su padre parece disfrutar de las atenciones, sin la más mínima muestra de que extraña a su único hijo y eso, de algún modo, enfada a TaeHyung, pues no es justo, piensa con el ceño fruncido, que aquel hombre haga como si JungKook no existiera a pesar de que sabe, gracias a su tía, que continúa depositando sumas de dinero en la cuenta del azabache.

BAD BYE │KOOKV。o○.。o○.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora