III

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Pasado


Como cada viernes, JungKook olvida la universidad, el equipo de fútbol y su noviazgo para ser él, totalmente él frente a una modesta audiencia que lo acompaña durante los veinte minutos que dura su rutina de música. A menudo lo acompaña SeokJin, su amigo de antaño y barman del lugar que los acoge. Juntos disfrutan de la emoción que implica ser cegados por las luces y el cómo su creciente fanaticada parece deleitarse con lo que escuchan.

En esta noche, JungKook baja del escenario entre aplausos. Más atrás, Jin recibe propuestas indecentes que rechaza, pues está absorto en seguir al menor hasta la barra y ahí, recibiendo como pago un par de cervezas, es momento en que Jin diga lo que segundo a segundo pensó sobre el escenario, mientras tocaba los acordes en guitarra que JungKook le envió el día anterior.

— ¿Por qué me miras así? —se harta JungKook ante la sonrisa burlesca que decora el rostro de su amigo.

"Pensé que te vi ahí llorando, pensé que escuché que llamabas mi nombre" —repite parte de la canción que interpretaron antes, como broche final a esos veinte minutos en que cada día viernes se expresan sobre el escenario de ese bar.

— ¿Qué? —insiste el menor y luego se lleva el vaso a los labios, para beber de aquel amargo líquido.

— Hace tiempo que no cantabas con tanta pasión, Jungkookie... Dime, ¿a quién le rompiste el corazón esta vez?

— ¿De qué mierda estás hablando?

Ante el enfado del menor, Jin ríe de buena gana y bebe un sorbo antes de hablar.

— Ayer me mandaste los acordes sin darme explicaciones y ahí arriba... —señala el escenario— no me digas que cantaste sólo por cantar, porque todos tendrían que ser bien idiotas como para no darse cuenta de que se la dedicabas a alguien.

— Nunca dedico canciones, lo sabes.

— Lo sé, por eso quiero saber en quién pensabas mientras cantabas.

— No seas molesto, hyung.

— Anda, dime... ¿Con quién engañaste a Lisa esta vez?

— ¡Que no la engañé!

— Ah, entonces es alguien con quien todavía no te has acostado.

Ante aquella afirmación, JungKook permanece en silencio y prefiere beber de un solo trago lo que resta en su vaso. Luego, se pone de pie y se marcha del bar, molesto con SeokJin por mal interpretar sus intenciones o, en realidad, molesto con SeokJin por verbalizar lo que se obliga a reprimir en su corazón, pues el día anterior tras la "cena familiar", podría asegurar que escuchó a TaeHyung llorar. Más que mal, sus habitaciones quedan una al lado de la otra y, cuando abrió la ventana para tomar aire, unos cuantos sollozos lo sorprendieron desde la habitación contigua y a la vez hirieron su corazón.


Tenía que hacer algo, pensó JungKook mientras caminaba por las calles. El vaho salía de su boca y pronto su nariz se volvió roja. Si su frialdad había dañado a TaeHyung el día anterior, ahora mismo la frialdad lo estaba matando, literalmente. Por tanto, ingresando a la primera cafetería que encontró abierta, se refugió en ella y, una vez que se hubo sentado con el humeante café entre sus manos, recordó aquella juventud perdida en que TaeHyung lo era todo para él.

Si pudiera retroceder el tiempo, sonríe ante su ingenuidad, sería capaz de disfrutar de aquellos abrazos que lo avergonzaban, correspondería a las caricias que su primo dejaba sobre su cabello y, por sobre todo, trataría de explicarle a ese niño de trece años que todo lo que estaba sintiendo era amor. Pero no, jamás podría retroceder el tiempo y comprender que la ira que sintió al ver a TaeHyung y YoonGi besarse se debió a los celos, celos de verlo besar a otro y no a él.

BAD BYE │KOOKV。o○.。o○.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora