XXXVI

7K 933 196
                                    




Odio




Perderlo por segunda vez resultó en un desastre, acabó en agonía, en no encontrar los motivos del porqué TaeHyung lo traicionó y de no entender cómo no vio venir aquella puñalada directo al corazón.

JungKook sólo se rebatía en lo que estaba sintiendo en esos momentos y se dejó llevar como si fuese un maniquí hasta el punto en que ni siquiera recuerda muy bien cómo fue el proceso de ingresar al recinto militar, sino que solo recuerda el estar tendido boca arriba en una cama, con el pelo rapado y un uniforme monocromático mientras se convencía de que cuando la persona que te hiere es la que más amas en este mundo, de algún u otro modo no te queda más remedio que ser indiferente a todo lo demás.



JungKook no pudo evitar el abandono de TaeHyung, así como tampoco pudo evitar odiarlo, odiarlo como jamás pensó que llegaría a odiar a alguien. Incluso, con el transcurrir del tiempo evitó retornar a su hogar durante las festividades y en cada visita de su madre le rogó para que no hablara de lo que ocurría con los hombres de su familia, pues ellos, cada uno de ellos había sido partícipe de convertirlo en una persona apática, que sólo seguía órdenes y cuyo pasatiempo favorito fue contar cada hora que faltaba para el término de sus días como militar.

Cada visita de su madre implicó llantos de parte de ella, quien pedía que los visitara aunque fuese sólo una vez. Pero no, JungKook prefirió apuntarse en cada actividad del ejército, compitió en cada evento deportivo e incluso se transformó en uno de los protagonistas de un musical que organizaron sus superiores. De algún modo, mantenerse ocupado a como diera lugar fue el único medio que le permitió a JungKook no ceder a la locura, pues cumplir con su deber como ciudadano coreano lo salvó de caer en los impulsos y vivió su proceso al máximo sin reclamar, asumiendo el día a día sin oponerse a nada, sin reclamar nada.

Aun así, cuando su servicio militar comenzó a acercarse a los dos años de cumplimiento, JungKook tuvo días en que cayó en el pánico de volver a enfrentar la realidad, de preguntarse cómo sería salir a la calle sin uniforme, de qué ocurriría una vez que retomara sus estudios universitarios y de cómo sería comenzar de cero, lejos del hogar.

Y entonces, como si hubiese sido un pestañeo, JungKook se dio cuenta que dos años pasan más rápido de lo que uno espera, tanto que sigue teniendo miedo de cómo después de la traición de TaeHyung aún existen noches en que sueña con él, sueños en que por más que lo ha insultado hasta que su garganta no da más y en donde su primo no hace más que llorar, al despertar se da cuenta de que siempre se ha sentido débil ante las lágrimas del mayor. Lo odia, se convence entonces, pero por más que lo odia se sigue preguntando el cómo estará, el si sigue trabajando para la empresa de su padre y si es que está en una relación. Al pensar en lo último, JungKook siempre se pregunta si TaeHyung también traicionará a quien ahora le dedica sus "te amo".

Luego de que su corazón se ha destrozado, JungKook sabe que no es el mismo. Y conforme los días pasan y se ve preparando junto a su madre su llegada a un nuevo hogar, JungKook se cuestiona el hecho de que sus heridas sigan ardiendo cada vez que TaeHyung retorna a sus pensamientos.

Así, cuando JungKook termina su servicio militar, reincorporarse a la sociedad lo sorprende, pues lo hace creer que todo siguió su rumbo como si nada, como si él no hubiese pasado por el infierno de sentir que todo su ser se destrozaba. Al contrario, todo siguió igual e incluso sus amigos de universidad se decidieron a llamarlo para invitarlo a fiestas, como un modo de hacerle ver que el curso de las cosas es el mismo. Incluso SeokJin ha dicho que vaya al bar a que se reencuentre con su fiel fanaticada que ha esperado dos años para volver a escuchar su voz. Sin embargo, JungKook cree que no podrá volver a interpretar las mismas canciones de antes, no cuando cada una de ellas siempre tuvo como destinatario a su primo.



Empezar de cero es su mejor opción y aunque algunas noches sigue viendo a TaeHyung en sus sueños, JungKook está seguro de que lo olvidará, está tan convencido de ello que no sabe cómo reaccionar cuando a dos semanas de su nueva vida su tío aparece en su hogar. Está más que claro que su madre tiene que ver en cuanto a la entrega de su dirección, pero lo que realmente enfada a JungKook es no saber para qué su tío lo busca cuando tiempo atrás dejó más que claro que no lo deseaba volver a ver.

— Necesito que me escuches —pide el hombre mayor y, aunque estaba dispuesto a cerrar la puerta, JungKook se queda pasmado en su lugar cuando su tío se arrodilla en el suelo para hacer una reverencia—. Te lo suplico —pide en medio de un llanto ahogado que obliga a JungKook a levantar al hombre del pasillo con tal de hacerlo entrar al departamento.

Después, los minutos se tornan eternos, cada uno sentado frente a frente en medio de tazas vacías de té. A su favor, JungKook se siente un poco más calmado cuando el llanto de su tío cesa, pero por algún motivo los latidos de su corazón continúan su rápido latir. Parece una premonición de que una tormenta volverá a abrir las heridas que se obligó a cicatrizar, parece que la tormenta llamada TaeHyung volverá a herirlo a tal punto de perder la esperanza de que algún día será feliz sin él. Y así, rogando para que su tío vaya directo al grano, JungKook no sabe cómo reaccionar apenas el tortuoso silencio se rompe.

— ¿Qué sientes por mi hijo?

Como si fuese una broma de mal gusto, JungKook sonríe de medio lado y, aunque está dispuesto a evitar la respuesta que espera el hombre mayor, pronto se da cuenta de que debe decir algo, que debe expresar lo que realmente siente.

— Lo odio, tío. Lo odio por haber jugado con mis sentimientos.

— Entonces Tae tenía razón.

— ¿Razón en qué? —cruzándose de brazos, se exaspera por no comprender por qué su tío vuelve a derramar lágrimas.

— Porque... porque si lo odias tu podrías amar a otra persona.

— ¿Amar a otra persona? —Ríe JungKook— Lo que menos quiero es amar a alguien en estos momentos.

— Mi hijo sólo quiere que seas feliz.

— ¿Y amando a otra persona él cree que seré feliz?

— ¿Lo serías? —Lo observa el hombre mayor por una respuesta, pero JungKook sólo mira hacia otro lado y se encoge de hombros— ¿Hasta qué punto odias a mi hijo?

— Hasta el punto de haberme negado a saber de su existencia, por eso le pediría que si sólo vino a hacerme estas absurdas preguntas, lo mejor será que se vaya y me deje continuar con mi vida.

— ¿Serás feliz si nunca más sabes algo de mi hijo?

— Mierda, sí, ¡¿qué más quiere que le diga?! —JungKook se enfada a tal punto de alzar la voz— Su hijo me arruinó la vida, tío, así es que para mí TaeHyung está muerto, me he convencido durante estos dos putos años de que su maldito hijo está muerto.

— Pues lo estará dentro de poco —expresa el hombre mayor con la voz quebrada.

BAD BYE │KOOKV。o○.。o○.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora