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-Vaya, si que estas guapo.-Fue lo primero que dijo al abrir la puerta.

El chico sonrió sumamente avergonzado.

-Solo me bañé.-Confesó jugando con el moño que llevaba al cuello.

-Pero mira nada mas, el agua y el jabón hacen maravillas.-Cerró la puerta detrás de si y le saludo como era debido, con un beso en la mejilla.

-Como sea, usted se ve radiante. Esta noche señorita.-Extendió su mano para que ella la tomase.

-Lo sé, lo sé.-Respondió aceptando su mano. Comenzaron a bajar los escalones del pórtico.-¿En que vehículo nos transportaremos my lord?.

-En ese sofisticado vehículo de dos ruedas.-Mencionó caminando en dirección a la bicicleta que había dejado estacionada en la acera.

-Genial, pero, ¿puedes pedalear con el traje?.

-Si, no te preocupes, lo importante es que tu vestido no se atore en la rueda trasera.

-Oh aguarda.-Dijo antes de subir a la parrilla trasera de la bicicleta. Dio unos cuantos pasos dentro de su jardín.-¡Papá, ya me voy!.-Gritó. Vio por la ventana que daba a la sala un porrón de cerveza elevándose en el aire en señal de aprobación.-Genial.-Subió a la bici.-Andando.

El camino fue bastante divertido. Mas de una vez el peliazul tomo adrede algunas calles con imperfecciones o pozos con la intención de molestarla, (Tn) no paraba de gritarle que se detuviese, tantos saltos le estaban arruinando el peinado.

El clima esa noche era de lo mas agradable, no hacia mucho calor y tampoco estaba fresco, el tiempo estaba ideal para usar vestido y en cuanto al cielo, la noche estrellada se prestaba para una velada de lo mas encantadora.

El silencio reinaba entre los dos chicos, no era un silencio incomodo, sino uno mas bien de pausa después de haber reído tanto.

Heat pedaleaba cuesta arriba en una calle empinada, sus flacuchas piernas temblaban pero no se atrevía a darse por cencido frente a ella, evitando hacer evidente su esfuerzo, se mantuvo normal y continuo pedaleando en silencio.

(Tn), por otro lado, miraba los faros de las calles con pequeños atisbos de tristeza en sus ojos y con la melancolía instalada en su corazón.

El nombre de Nojiko no dejaba de dar vueltas en su cabeza, no podía caer en cuenta aun de que ella hubiese mentido con respecto a las cartas.

Era mas que obvio que no le caía bien la pelivioleta mas allá de que nunca hubiese hecho nada en contra de ella, el hecho de llamarle la atención a su amor platónico era el problema.

"¿Como lo hace?" pensaba "¿Que es lo que tiene ella que le llama tanto la atención?" volteo el rostro hacia la izquierda, vio su reflejo en la vidriera de una tienda "¿No soy lo suficientemente linda?" pensó.

Era lógico, que a esa edad ella no lograba entender que su apariencia no era el problema, de hecho, no había nada de malo con ella porque sin que ella lo supiese, el corazón del pelirrojo ya le pertenecía.

Es algo muy común en los adolescentes, mucho más en esta etapa de la pubertad en la que todo parece ser una carrera por desarrollarse en el que la apariencia parece serlo todo, el compararse con la otra persona.

Mirarse a uno mismo y compararse con alguien mas el primer paso a abandonar el amor propio.

¿Por que quieres ser como él?, ¿Por que quieres verte como ella?, ¿Por que no te ves a ti con la misma admiración con la que ves a los otros?.

¿Por que te sientes insuficiente?.

Entre los muchos factores que conforman esta sociedad, entre las miles de miradas que se posan en ti a diario, ¿Realmente crees que nadie te ve y quiere ser como tu?.

Co-workers (Kid y Tú)Where stories live. Discover now