Curación Y Rechazo

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Antonio y María Paula estaban llegando a su casa, con el primero antes mencionado bastante molesto, tanto que lo primero que hizo en cuanto entró a su casa fue quitarse el saco que traía puesto y arrojarlo a un rincón de la morada.

MariPau: Amor cálmate ¿Que tienes?

Antonio: ¿Que qué tengo María Paula? Pues nada, sólo que me acabo de quedar sin el trabajo que más nos ha dejado desde que llegamos a este maldito país 

MariPau: Bueno amor tranquilo, además los clientes te han llovido independientemente si trabajaste con los Montenegro ¿No es así?

Antonio: Bueno sí querida, el trabajo con ellos me ha sido útil para ganar cierta popularidad aquí en la ciudad, y me han llovido varios pedidos de zapatos y trajes

MariPau: Ahí está, no necesitas de ellos para que podamos seguir adelante

Antonio: Pues no necesariamente María Paula pero ellos eran los que mejor pagaban 

MariPau: Pues sí amor pero piensa que aparte de todo eso, defendimos una causa noble

Antonio: Más bien tú defendiste María Paula, aunque estuve de acuerdo contigo en apoyar y ayudar a los chicos, por su culpa me quede sin un cliente

MariPau: Pero Antonio....

María Paula no terminó de hablar ya que la puerta de su casa fue tocada

Antonio: ¿Quien será? 

MariPau: No sé, ¿Será un cliente que viene a verte?

Antonio: No lo creo, porque sino se hubiera dirigido directo al taller

MariPau: ¿Entonces quien será?

Antonio: Pues abre la puerta mujer

MariPau: Ya voy

La española abrió la puerta encontrándose con cierto joven rizado con un pequeño niño rubio tomando su mano

MariPau: ¿Mauro? ¿Oliver? ¿Pero que estáis haciendo vosotros dos aquí? ¿Y esas maletas?

Mauro: ¿P-Podemos pasar María Paula?

MariPau: Eh.... Claro adelante, pasaos estáis en vuestra casa

Mauro y Oliver entraron dejando las maletas en la puerta por cualquier cosa

Antonio: ¿A que vinieron?

Mauro: ¿P-Podemos hablar?

MariPau: Em claro.... -Se inca- Oliver, ¿Recuerdas en donde quedaba la habitación en donde durmieron cuando se quedaron aquí con nosotros?

Oliver: Sí

MariPau: Necesitamos que vayas y te quedes ahí un rato en lo que la gente mayor habla de unas cosas ¿Sí?

Oliver: ¿Hermano?

Mauro: Obedece chaparro, por favor ve

Oliver: Está bien -Se va-

MariPau: Siéntate Mauro

Los tres tomaron asiento frente a la mesa, con María Paula y Antonio juntos y Mauro enfrente de ellos.

Antonio: ¿Y bien?

Mauro: Pues como ya vieron Don Fulgencio nos corrió a Oliver y a mí sólo porque me enamoré de su hijo, y lo peor de todo es que Saúl no hizo nada para impedirlo, yo creí que él también me quería

MariPau: Ay Mauro lo sentimos mucho de verdad, pero ¿A que has venido? ¿Necesitas nuestra ayuda para algo?

Mauro: Pues ahora que lo dicen sí, S-Si no es mucha molestia, M-Me gustaría pedirles asilo para Oliver y para mí

Mal Visto (Aristemo/Sauro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora