–¿Por qué dices eso...? —preguntó casi en un susurro. Steve lo iba a ignorar, pero Bucky se detuvo, obligándole también.

–... Maté a su familia.

–Oh, al parecer haces eso con todos tus objetivos.

–Tony —el capitán habló amenazante.

El Stark sólo le dio una mirada de asco y tristeza y bajó la cabeza, no podía sostener encontrarse con los ojos azulados del capitán. Eso, hasta ver pequeñas gotas en el suelo. Al volver a mirar, supo entonces que aquel James estaba sollozando.

Era una expresión real, estaba llorando a mares mientras apretaba los dientes. Aguantaba la respiración, clara señal de que le dolía demasiado y que no quería mostrarlo.

Se sintió reflejado en aquel sentimiento. Recordó a la madre que lo culpó de asesinar a su hijo.

Suspiró sin que ninguno de los dos presentes lo notara.

–Hey, Rogers —Steve se giró y alcanzó a agarrar lo que sea que le había lanzado—. Señal cerrada. Puedes hablar con Nat.

–Tony- —el nombrado lo miró a los ojos. Su expresión estaba cansada y triste—. Graci-

–Ya váyanse. Ross los estará buscando.

Ambos soldados se retiraron y el Stark cayó de espaldas en el suelo, desganado e intentando controlar su respiración, sin entender muy bien lo que había hecho o porqué lo había hecho...

Señor Stark.

–¿Mh?

Si sigue tirado allí acabará enfermándose.

Claro que sí sabía porqué lo había hecho.

–Nena, trae el helicóptero. No creo que el traje vuele.

–En efecto. De inmediato, jefe.

Tony se había metido a la boca del lobo. Era solitario, ahora no tenía cómo contactarse con Natasha o cualquiera de lo que alguna vez fue su equipo.

Y ahora tendría que lidiar con Ross para que no mantuviera encerrado a aquel chico.

No tenía ni idea de cuántas veces suspiró antes de llegar al complejo.

Lo primero que hizo fue silenciar el número de Ross y se metió a la ducha.

Al pasar el agua por sus heridas recientes dolió como el infierno. Pero no se permitía quejarse, sabía que Peter debió sufrir cosas mucho peores.

Necesitaba verlo, verificar que estuviera bien.

El plan que quería idear era el más loco y suicida que nunca hubiera hecho. Si no hubiera encontrado al chico en tales condiciones, seguramente sólo agacharía la cabeza y se haría el tonto frente a los medios, firmando los acuerdos y siguiendo su plan inicial de obedecer medianamente.

Pero este no era el caso. Tenía al pequeño Parker de por medio, un chico al que le quitaron la infancia de la forma más horrible y lo transformaron en un arma.

Fue a visitarlo.

–¿Supiste algo de él?

Tony lo miró con tristeza. Tomó disimuladamente su reloj y accionó un botón que desactivaba el sonido por unos minutos.

–Tenemos 2 minutos para hablar.

–... ¿Escapó?

–Sí, niño. Lo lamento —el chico agachó la cabeza y observó el suelo—. Pero él no lo quería hacer. Sólo... Es complicado y-

ᏞᎾsᏆ ᏟhᎥᏞᎠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora