Capítulo 8
Peter miraba todo el lugar con mucha emoción. Básicamente porque se sentía alejado de todo el tema de HYDRA.
–¿Te agrada?
–Me agrada, ¿cómo era que se llamaba este lugar?
–Bucarest —sonrió Leyna. Se volteó a ver a Bucky, quien también miraba todo mientras tenía su mochila en la espalda y en la mano la de Peter—. ¿Y a ti?
–Si no nos encuentran, estará bien —es todo lo que dijo con su tono neutral de voz.
Leyna empezó a contar su dinero y el soldado también lo hizo.
–Nos alcanza para rentar un departamento mientras encontramos trabajo, ¿si?
–¿Puedo tener mí propia habitación? —preguntó Peter.
–Ya lo veremos, ya lo veremos —la mujer le acarició la cabeza.
El departamento era pequeño, pero suficiente para ellos.
Mientras Leyna salió en busca de trabajo, Bucky ayudó a Peter a desempacar y acomodarse, elegir la camas y espacios. Para luego ponerse a escribir en su desgastada agenda.
Peter intentó mirar, pero el soldado retiró el libro de su mirada.
–¿Por qué siempre haces eso? Nunca me dejas ver lo que escribes.
Bucky lo miró un largo rato.
–Intento recordar.
–¿Recordar qué, soldat?
Casi nunca lo llamaba con aquel apodo, porque lo evitaba.
–Mí nombre, mí hogar... Mí mejor amigo.
–Oh... —exhaló Peter—. ¿Haz... Haz recordado algo?
Bucky lo miró un largo rato, y luego le mostró una página en específico de la agenda. Había una fotografía pegada sobre el capitán América, una foto sacada de algún libro de historia.
–Él me conoce, pero yo recuerdo muy poco.
–¿Qué... Qué recuerdas?
–Mí caída al vacío... Y sus ojos azules —alzó la vista nuevamente y observó los ojos castaños del chico—. ¿Tú recuerdas algo... De tú vida pasada?
–No... Es como si toda mí vida hubiera estado encerrado allí —se rascó el cuello por debajo del collar de metal—. Pero no es así, ¿o si?
–No, pero eras pequeño.
–¿Tenía familiares? ¿A eso que le llaman mamá o papá?
El ceño de Bucky se frunció mucho, y sintió una gran culpa caerle encima como un balde con agua fría.
–Peter, yo-
–¡Buenas tardes, familia! Están viendo a la nueva conserje de la institución a unas cuadras —interrumpió Leyna abriendo la puerta de pronto. Su verdadera personalidad había salido a flote por aquellos meses, ya ni siquiera se molestaba demasiado en tapar su rostro. HYDRA se sentía muy lejos de ella, de todos en realidad, era como una mala pesadilla—. Me pagarán un poco más que en mí anterior trabajo.
–¿Osea que nos quedaremos aquí más tiempo? —preguntó Peter al recordar cuánto se han tenido que mover, y cómo no se quedan en un mismo lugar por más de un mes.
–Puede ser... —respondió ella—. ¿Tus sentidos están tranquilos?
–Eso creo... Sí, están tranquilos —asintió el chico.
–Bien, eso es excelente —sonrió la contraria—. ¿Qué les parece si les hago una rica cena? ¿Uh? Compré provisiones —mostró la bolsa de la compra.
Ambos hombres asistieron hacia ella, el menor con una gran sonrisa y el mayor con una mirada suave, pero aún así seguía su semblante serio.
–¿Vas a hacer tortillas?
–Yep.
–¡Yay!
Peter ya era un adolescente de 14 años, pero se comportaba con la inocencia que le habían quitado. Se emocionaba y curioseaba como un niño de 7 u 8 años.
Estaban felices. Los tres lo estaban.
Leyna, desde que tiene memoria, se ha estado preparando para trabajar en HYDRA, sus dos padres eran parte de ella, era un legado que no podía evitar. Pero ahora estaba tranquila, podía reír, relajarse, bromear, comportarse como una persona normal y no como una soldado más.
James, no recuerda mucho su pasado. Tiene constantes pesadillas que lo mantienen despierto la gran mayoría de veces, pero ellas le ayudan a recordar a aquel rubio que sentía conocer. El estar con Peter y Leyna, le hace ver que aún hay esperanza, de que no tiene por qué volver un asesino, puede ser algo más, y las personas pueden verlo como ese "algo más".
Y Peter. Aún tiene deseos de volver a algún lugar, pero nunca sabe cuál es, y le da miedo preguntarle a Leyna, porque cada vez que tocan un poco el tema de HYDRA, ella se pone muy tensa. Pero el estar en aquel ambiente. Con el soldado escribiendo, Leyna cocinando, se le hacía extrañamente familiar... Agradablemente familiar.
Era una lástima que ese ambiente no duraría demasiado.
Leyna pronto empezó con aquel nuevo trabajo así que estaría menos tiempo en el departamento. Así que el soldado y Peter se encargarían de las compras del día.
–¿Cómo se llamaban?
–Son ciruelas —Peter observó cómo el soldado, con su mano de metal, tomaba uno de los frutos suavemente, y él le imitó. Ambos se vieron un momento, y se sonrieron amistosos.
El soldado habló con el vendedor en un idioma que Peter no conocía. Así que sólo miraba con curiosidad.
Luego de la compra, esperaron en la calle para cruzar. A Peter le dio un escalofrío en su antebrazo derecho, que lo hizo voltear. Supo entonces que el soldado también miraba a esa dirección. El tipo que vendía los periódicos miraba al mayor con miedo.
El soldado tomó la mano de Peter para cruzar la calle y acercarse al negocio, y lo vieron. La noticia en primera plana que culpaba al castaño de causar terrorismo.
–Pero... Tú estabas con nosotros —exclamó el niño con nerviosismo y confusión.
–Debemos llamar a Leyna y volver. Creo que ya no será seguro estar aquí.
Ambos regresaron al departamento velozmente luego de llamar a Leyna, ella también volvería, pero tardaría un poco por la distancia.
Apenas el soldado puso una mano en el picaporte, Peter sintió un escalofrío pequeño, apretando la mano humana del hombre.
Él le dirigió una mirada que le hacía entender que comprendió el mensaje, pero al mismo tiempo que debían entrar.
Y lo hicieron.
Vieron al capitán América ojeando la libreta que el castaño había conservado esos 3 años.
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ᏞᎾsᏆ ᏟhᎥᏞᎠ
FanfictionÉl era sólo un niño que le arrebataron la infancia. Y él daría todo por proteger lo único que le hacía sentir humano.
