Capítulo 4
Su rostro estaba totalmente ensangrentado y sus brazos llenos de moretones. Una rodilla la tenía lesionada.
–Por favor —jadeó—. No... No puedo más —una patada en su rostro. Lo que más le dolía, no eran precisamente los golpes, sino que la mirada neutral de aquel soldado de brazo de metal en la distancia, al lado del agente que lo supervisaba.
No podía describir la felicidad que sintió cuando lo volvió a ver luego de tanto tiempo, y lo confundido que estaba cuando ni siquiera lo miró.
Se quedó en el suelo tomando sus costillas.
–Aufstehen. Dritte.
–No puedo... Por favor —sollozó el pequeño. El agente apretó el botón y las descargas recorrieron toda la espina de Peter, quien se retorció en el suelo en completa agonía.
–Aufstehen. Dritte.
Peter gruñó con impotencia y se levantó luego de que el dolor agonizante parara.
Tosió sangre y se limpió con la manga el sobrante en la boca. Tambaleante levanto los puños.
Los dos soldados lo rodearon nuevamente, dispuestos a golpearlo as veces que eran necesarias.
Uno, dos, tres.
–¿Ves? Es muy fácil bailar, ¿no es así?
–¡Sí! Es muy fácil. Mira, tío Ben.
–Lo estás haciendo excelente, campeón.
Golpes y estampó a uno contra el piso, noqueándolo.
Eins zwei drei.
El otro atacó más bruscamente. Pero Peter, igual que una araña, se movía ágil, sigiloso y hábil entre la gran muralla de los músculos ajenos.
Cuatro, cinco, seis.
–¿Ahora sí me puedo casar con tía May?
–Ah-Ah, ella es mí esposa, Peter.
–¡No es justo!
–Ya, no peleen. Jaja.
Una patada en el rostro. Un golpe en los riñones. Otro golpe en el pecho.
Vier fünf sechs.
Se puso en su espalda y empezó a ahorcarlo con su propio brazo haciendo palanca. El soldado se movió golpeando el pequeño cuerpo contra la pared, logrando que lo soltara.
Siete.
–Ya bailamos lo suficiente. ¿Quién dijo helado?
–¡Yo, yo!
Tomó al niño del cuello. Pero antes de poder hacer otra cosa. Peter generó unas telarañas de sus muñecas, logrando que el puño que iba hacia él para golpearlo, quedara pegado a la pared.
Sieben.
Tiró al niño a un lado para poder usar ambas manos para intentar zafarse. Pero el chico se subió a su espalda nuevamente, saltando y pateándola con ambos pies, tiró al tipo al suelo, rompiendo a su vez su brazo.
Ocho.
–¡Los quiero mucho!
–Y nosotros a ti, P̶e̶t̶e̶r̶.
Puso telarañas en todo el cuerpo del tipo, inmovilizando por completo. Puso las manos y brazos para sujetar su cuello al ver que seguía moviéndose.
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ᏞᎾsᏆ ᏟhᎥᏞᎠ
FanfictionÉl era sólo un niño que le arrebataron la infancia. Y él daría todo por proteger lo único que le hacía sentir humano.
