1. Secuestro

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Capítulo 1

—[6 años antes]—

Sólo sentía frío. Un frío infernal.

Y un miedo que nunca había sentido antes.

Su pequeño cuerpo temblaba en aquella habitación sin ventanas. Era una jaula al fin y al cabo.

Y afuera no era mejor.

Habían un montón de hombres que le gritaban cosas en un idioma que no entendía. Pero le daba miedo.

Mucho, mucho miedo.

Su tía siempre le decía que avisara cuando tenía ganas de orinar. Pero en ese lugar... De sólo pensar en intentar hablar hacía que se le fuera la voz completamente.

Abrazó su pequeño cuerpo, apoyándolo a su vez contra la pared, intentando resguardar el calor. Pero con la camisa y pantalones de tela delgada que le habían dado, le era imposible.

El único recuerdo antes de acabar allí, era haber estado en la exposición de los Hammerdroides, añorando conocer a su ídolo. Y lo hizo por unos pocos segundos, cuando le disparó al robot que le iba a hacer daño.

Estuvo andando perdido, sin encontrar a sus tíos en ninguna parte. Hasta que alguien le había inyectado algo en el cuello y simplemente se desmayó.

Despertó rodeado de personas grandes que decían cosas que no podía entender. Y lo encerraron en aquel lugar con mucha brusquedad.

La puerta finalmente se abrió bruscamente, y de esta entraron tres agentes.

–Se orinó de nuevo.

–¡Argh! Maldito niño ¿Por qué mierda Pierce quería tanto a un niño? Ya tenemos al soldado de Invierno, ¿qué carajos?

–Deja de quejarte y agarra ese niño —el agente obedeció y tomó del brazo al pequeño niño.

Pero se resistió.

Las palabras de su tía se escuchaban en eco en su cabeza.

"Si alguien te quiere llevar, debes gritar lo más fuerte que puedas. Y yo llegaré a salvarte".

Pero no sucedió.

Solamente recibió un golpe que le reventó el labio y finalmente dejó que lo llevaran.

Nadie lo salvaría.

Lo sentaron en una silla de metal y amarraron sus manos y piernas. Esa misma silla estaba a su vez rodeada de vidrios blindados.

Estaba llorando a mares, pero no lograba decir nada por el miedo. Su labio temblaba exageradamente al igual que todo su cuerpo.

Observó a un hombre entrar en la habitación y ponerse al lado de la puerta abierta. Su cabello era castaño y tenía un brazo de metal. Mirada imponente y seria.

Hasta que otro hombre, mucho más pequeño y con traje elegante entró y se acercó a la pequeña compuerta abierta que daba justo al frente del muchacho.

–Vaya... Sí que eres muy pequeño —habló ese hombre poniéndose frente a él—. Serás perfecto para nuestro experimento —estiró su mano y tiró suavemente la mejilla del niño.

Él se quitó con miedo.

–¿D-Dónde...? Quiero a mí tía.

–Wow, en verdad eres adorable, ¿cuál es tú nombre?

–P-Peter.

–Okey Peter, tú nos ayudarás.

–¿Q-Qué? ¿C-Con qué?

ᏞᎾsᏆ ᏟhᎥᏞᎠWhere stories live. Discover now