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Marcos me sube la cremallera del vestido con delicadeza y besa mi hombro desnudo.

—Estás preciosa. Irene tenía razón, este vestido te queda de maravilla.

Sonrío de lado.

—Pues entonces estamos listos. ¿Me haces una foto para mandársela?

Asiente con la cabeza y saca su móvil. Hace la foto y se la manda a Irene. Después baja la cremallera del vestido y este cae al suelo.

—Nunca lo he hecho en un probador—confiesa

—Ni vas a hacerlo—pongo los ojos en blanco—. ¿Desde cuándo estás tan salido?

Se encoge de hombros.

—No estoy salido. Solo digo verdades.

Me pongo la camiseta y los vaqueros. Marcos coge el vestido y lo pone en la percha.

—Mientras te calzas voy pagando.

—Que el vestido lo pago yo...—pero ya no me escucha

Me calzo de forma apresurada pero cuando salgo ya está pagado.

—Te odio—mascullo quitándole mi bolso

—Claaaro—sonríe de lado y se inclina para besarme, me aparto—. ¡No me hagas la cobra!

Le echo la lengua y cojo el vestido.

—Vámonos, anda.

~

Irene se mira en el espejo y se pasa las manos por el vestido.

—¿De verdad que estoy bien?

—Estás preciosa—Paula la abraza—Ya no seré la única casada de mis amigas

—La verdad es que va todo súper rápido en vuestra relación—murmuro mientras le coloco el velo—. ¿Tenéis complejo de carrera de coches?

Irene sonríe de lado y niega.

—Marco es el hombre de mi vida y quiero pasar el resto de mis días con él. Simplemente eso.

—Estos lo que quieren es tener críos—Paula pone los ojos en blanco—. Es la hora.

Angy se levanta y coge la mano de Irene.

—Todo va a ir bien—le sonríe y luego nos mira—. Voy delante. Vosotras le lleváis el vestido.

Asiento con la cabeza y me coloco detrás de Irene. Paula coge parte de la cola del vestido y yo la otra parte, evitando así que se tropiece.

Marco la espera en el altar y se le ilumina el rostro el verla. Paula y yo nos hacemos a un lado al llegar a las escaleras y la ceremonia da comienzo.
La mano de Marcos se entrelaza con la mía y le da un apretón.
Se inclina sobre mi oído.

—Los próximos seremos nosotros.

Pongo los ojos en blanco y sonrío. Me apoyo en su hombro. La verdad es que me hace ilusión pensar que nos casaremos pronto, aunque aún no se lo hayamos dicho a nadie.

~

Marco e Irene entran en el comedor entre aplausos. Mario y Marcos silban y sacuden sus servilletas.
Paula me mira riéndose y yo me encojo de hombros.

—¿Has visto el estanque que hay fuera?—cuestiona Marcos—Tiene velas y está precioso.

—¿Luego me acompañas a verlo?—cuestiono haciendo un puchero

—Claro. En cuanto acabemos de cenar.

—¿Habéis visto la cantidad de periodistas que había fuera de la Iglesia? Ni Sergio Ramos en su boda.

—A nosotros nos han pedido que posemos—dice Mario—. Y eso que íbamos solos, parecíamos pareja.

Suelto una carcajada.

—Claro, es que nosotras llegamos con la novia. Igual se inventan un romance entre vosotros, que no os extrañe.

~

—Lo que ha ocasionado la foto son rumores de doble ruptura—Marcos me enseña su móvil mientras caminamos hacia el estanque

—Madre mía no saben ya qué inventar.

—Espera, espera, ven aquí.

Me atrae hacia él, me besa y hace una foto. Después la sube a sus stories de Instagram. "La dama de honor más bonita ❤️"

—Nada, tienes que responder a la prensa con una foto.

—Luego te quejas si viene alguna rubia a hablarme pensando que estoy soltero.

Golpeo su pecho y se ríe.

—Es broma, amor. Mira, es ahí.

Me acerco al estanque, como ha dicho Marcos está lleno de velas que cuelgan de los árboles e incluso sobre un nenúfar. Marcos me abraza por detrás y besa mi mejilla.

—No Es tan precioso como tú.

—No me hagas la pelota, Marcos.

Arruga la nariz y la frota por mi cuello, haciéndome reír. Su mano derecha coge la mía y siento sus dedos colocar algo en el mío. Frunzo el ceño y levanto la mano. Un anillo con una piedra del color de mis ojos.

—Marcos...

—Te dije que te daría un anillo de verdad—sonríe—. Quería oficializarlo.

—¿Por qué ahora?

—Puede que se me escapara hablando con tu padre.

—¿Con mi padre?

—Me manda fotos de Sirius y me preguntó que qué tal estábamos. Se me escapó y bueno... Sé que vamos a ir en un par de semanas.

—Madre mía...—me río—Eres un desastre.

—Lo siento—sonríe de lado—, pero sigues queriendo casarte conmigo, ¿verdad?

—Siempre voy a querer casarme contigo, Marcs—lo cojo por los mofletes y lo beso

~

No dejo que nadie vea el anillo durante el resto de la celebración. No quiero robarle protagonismo a Irene en su día, así que aunque Marcos saca una foto de mi mano y de mi rostro sonriente no dejo que la suba hasta llegar a la habitación del hotel.

Nos despedimos de todos alrededor de las cuatro, cuando mis pies ya no aguantan más en los tacones y Marcos está demasiado cansado para seguir bailando.
Que la boda se haya celebrado en Sevilla nos ha obligado a coger una habitación de hotel una noche, al igual que cuando se casaron Paula y Mario. Marcos abre la puerta de la habitación mientras mira su móvil.

—Te has tomado al pie de la letra lo de subirla al llegar a la habitación.

—Es que no quiero callármelo más.

Mi móvil vibra y Marcos sonríe inocente. Ya ya subido antes una foto de ambos con Irene y Marco, pero ahora soy la única etiquetada. Primero la foto en la que salgo sonriente y luego mi mano con el anillo.

¡Ha dicho que sí! Me va a aguantar toda la vida... Te quiero, mi amor 💚

Sonrío de lado.

—En realidad me vas a aguantar tú a mí—me subo a su regazo—. Te quiero muchísimo.

—Y yo a ti, mi vida.

Vas a quedarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora