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Mi móvil vibra insistentemente sobre la cómoda. Trato de llegar a él mientras me seco con la toalla. Ni ducharme tranquila puedo. Descuelgo sin mirar quién llama.

—¿Si?

—Amore, ¿qué es eso de que te mudes y no avises?

—¿Paula?—cuestiono extrañada—No entiendo, vives en Barcelona, mi mudanza a Madrid no debería repercutirte. ¿Cómo estás?

—Nein, respuesta errónea. Me he mudado a Madrid.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Mario ha fichado por el Atlético, así que aquí estoy. ¿Por qué no venís Irene, Angy y tú a casa esta noche? Podemos hacer una barbacoa.

—Suena tentador. No sé si ellas tienen planes, pero les comento y luego te digo algo. Conmigo cuenta de todos modos.

—Perfecto. Tengo que colgar, me está llamando mi padre, ¿me avisas después?

—Claro, nos vemos.

Cuelgo y vuelvo a dejar el teléfono sobre la cómoda. Paula es una gran amiga que, sorprendentemente o no, también conocí por internet. Solo que ella sí que es famosa, o muy conocida, pues es una WAG, la novia de Mario Hermoso. Llevan saliendo casi dos años, aunque lo hicieron oficial hace seis meses.
Siempre supe que Paula iba a acabar siendo famosa, pero esperaba que fuese por sus dibujos.

Cuando salgo al pasillo, me encuentro a Ángela calzándose apresuradamente.

—¿Te vas?—cuestiono

—Sí, tengo una cita. Nada importante, creo. Lo he conocido por Tinder. No volveré hasta tarde. Irene tampoco está, han venido sus padres. Hay cena en la cocina y... Bueno, ya te arreglas.

—Yo también voy a salir.

—Genial, nos vemos mañana entonces.

~

Termino de pintarme los labios y cojo mi bolso. En teoría, Mario debería estar abajo, pues Paula lo ha mandado a buscarme porque se negaba a dejarme ir en autobús tan tarde. Cuando suena el timbre sé que debo bajar.
Desciendo por las escaleras, algo apurada, y no me caigo gracias a mis deportivas. Cuando llego abajo, al que encuentro no es a Mario, por lo que frunzo el ceño.

—¿Quién eres?

—Marcos, Paula me ha mandado a recogerte de paso que pasaba por aquí. Noa, ¿verdad?

—Sí, soy yo. Supongo que tendré que fiarme de ti. No tienes pinta de psicópata, la verdad.

Esboza una sonrisa y se encoge de hombros. Camina hacia el coche y me abre la puerta del copiloto.

—Vamos, nos están esperando.

~

Marcos resulta ser todo un misterio. Casi no habla durante el trayecto, simplemente mira a la carretera y da toques con sus dedos en el volante. En la cadena de radio que está puesta suena una canción de Imagine Dragons que tararea entre dientes.

—¿Eres así de callado siempre?—cuestiono

Me mira de reojo y suspira.

—No normalmente. No estoy acostumbrada a la compañía femenina últimamente. Mi novia me dejó en junio.

—Vaya, lo siento.

Vas a quedarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora