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—¿Irnos a dónde?—cuestiono mientras Marcos pone la maleta encima de la cama

—Por ahí. El destino es sorpresa. Paula y Mario vienen también. Son... vacaciones en pareja.

Suspiro.

—Eres un liante.

—¿Perdona?—alza las cejas—Aún por encima que te saco de la monotonía de todos los días...

Me coge por la cintura y me da un beso.

—No sé, Marcos. La última vez que estuvimos los cuatro solos acabasteis borrachos. No quiero que vuelva a pasar eso.

—No va a pasar. Te lo prometo.

—Aish, vale.

Sonríe satisfecho y me besa.

—Te quieeeero.

~

Paula arrastra su maleta por la pista mecánica mientras yo camino a su lado pero por la parte no mecánica. Marcos y Mario van con ella.

—Joder, menos mal que sois futbolistas—me quejo

Marcos llega antes que yo al final de su pista y me abraza con fuerza.

—Te quiero, aunque seas una quejica—frunzo el ceño

—¡Oye!

Se ríe y me besa con dulzura.

—No seáis ñoños—Paula tira de mi y se engancha a mi brazo—. Venga vamos a pensar qué planes hacer. Ir a la playa o a la piscina, ir de compras...

~

Marcos se tira sobre la cama mientras yo me miro en el espejo.

—¿Este vestido está bien?—cuestiono

—Estás preciosa, amor. De verdad.

Suspiro.

—¿Desde cuándo te importa tanto la ropa que llevas?—me coge por la cintura

—Me gusta verme bien.

Pone los ojos en blanco.

—Siempre estás bien. Venga, vamos a cenar.

~

En cuanto sale el sol, Marcos me despierta con besos en el cuello. Intento apartarlo, pero no me deja.

—Marcs... quiero dormir...

—Hemos quedado en media hora con Mario y Paula.

—¿Por qué tan temprano?

—Porque si no, no salen de la cama.

Me incorporo un poco y abro un ojo cuando dejo de sentir la presión de Marcos sobre el colchón. Deja caer su bóxer en el suelo y se mete en el baño. Suspiro.

Busco en el armario un bikini y un mono blanco. Mientras me cambio, Marcos sale duchado y listo para desayunar.

—Estás preciosa—me da un beso en la mejilla—. ¿Nos Vamos?

—Voy. ¿Me atas los cordones?

Me mira medio riendo y se agacha para atármelos. Cuando estoy lista salimos de nuestra habitación. Nos encontramos con Paula y Mario al llegar al ascensor. Se están besando, como de costumbre.

—¿No podéis estar separados un ratito?—cuestiono levantando una ceja

—Todo lo que queramos—Mario se separa de Paula

Vas a quedarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora