Capitulo Úno (EDITADO)

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Soledad...

Era lo único aquel joven de cabellos azabache podia sentir en un momento como aquel.

Los errores eran aquellos que meemaban nuestra vida al actual de manera incorrecta a aquello que debería de ser, hay errores que pueden ser solventados, palabras dichas, disculpas dadas. Más en aquel momento no era algo que diera tener en la mínima consideración.

Los recuerdos le inundaban, de los errores que había cometido para aquel con el cual había comenzado "algo", si así podía referirse a aquellos intensos sentimientos que ahora le hacían preguntarse por qué había decidido acabar con aquello.

El verano había pasado más rápido de lo que había pensado, siendo que su cuerpo finalmente y su cuerpo habían decidido ponerse al día con su edad. La madurez había mencionado una de aquellas vecinas que comúnmente le evitaba. Había duplicado aquella altura que siempre le había avergonzado, sobrepasando a Dudley, cosa que había acabado por detener los constanres abusos de autoridad de su tía y "pasatiempos" que su primo había adquirido al molestarle constantemente.

Su olfato se había agudizado, picaba ligeramente, así como su vista había mejorado al punto que aquellos desgastados anteojos no eran necesarios.

El regreso a Hogwarts había conllevado comentarios, sobre su cambio notorio aunque el mismo le había restado importancia a ello, aunque en su paso por
Gringotts le habían sugerido una prueba de herencia mágica, seguramente algún tipo de sangre de criatura en la sangre de su padre habían generado aquel cambio significativo.

Contemplo su horario de clases. Suspirando ligeramente ante la consideración de comenzar con aquel encuentro con las serpientes en pociones. Malfoy había alzado su ceja en su dirección, con curiosidad, el mismo sentía una inquietante familiaridad en el.

Había ingresado al salón de Pociones, distrayendose ligeramente hasta la llegada de Snape, su mirada fijándose en este, tenso, había algo, particular, ligeramente brillante que no había notado antes. Le gustaba, más que nada, su nariz captaba un aroma ligeramente dulce, agradable que llamaba su atención como si de miel a una abeja se tratara.

Acababa dicha clase cuando fue reprendido, su distracción había dejado que Ron arruinara la poción que habían estado preparando.

Pero al final toda la culpa acabo recayendo en el. Su mirada se había fijado en el hombre aquel. Que dictaba lo que haría ahora. Se veía tenso, diferente a como normalmente actuaba a su alrededor.

—Esta bien Profesor?—

Cuestionó con duda, más aquel ligero estremecimiento de este fue captado por sus ojos. La forma en que por un segundo un ligero pánico había aparecido en su semblante.

Bonito.

Pensó. Por un segundo distraído, había algo diferente en el, más acabó la detención antes de que pudiera detectar el origen de aquella sensación que comenzaba a picar en su pecho lo insistentemente.

Había sido bastante interesante aquel ligero cambio de comportamiento en el, dado que había evitado confrontamientos mientras anteriormente aquel había buscado antes pelear con el, aumentar aquellas detenciones y más un buscaba recordarle lo inútil que había sido su padre. En aquella detención había recibido silencio. Nada más que eso y miradas o ligeros gruñidos de instrucciones.

Aquel crecimiento había despertado nuevos intereses, le había gustado Cho, y por un tiempo Ginny Weasley, pero ahora habían desaparecido de su mente, siendo ahora irritante cruzar miradas con la pelirroja que constantemente agitaba sus pestañas en su dirección. Patético.

No había notado hasta ahora el hecho de que Ron le empujaba constantemente en el camino de su hermana. Había notado las miradas sospechosas que se daban entre si, como buscaban dejarles solos tanto el y Hermione. No le interesaba, no le gustaba y hasta le disgustaba, pero ahora había notado como le alejaban, de sus sesiones de estudio, se callaban cuando llegaban, algo le estaban ocultando y el lo averiguaría tarde o temprano. En tanto...

Sus pensamientos regresaron a su profesor, por un momento considerando como se vería debajo de todo eso, tal vez un baño, un escalofrío le recorrió al imaginar la suavidad de aquel cabello lejos de los valores de aquellas pociones.

Jalarlo, más que ello ver aquellos ojos onix  llenarse de ansia, verles cristalizarse ante la violencia de un jalón para unir sus...

Alejo aquellos pensamientos más no sin antes observar el bulto que comenzaba a formarse en sus pantalones. Aquello era ligeramente vergonzoso, gruño ligeramente, suspirando tomando su toalla y ropa deslizandose al baño, tal vez auyentaria luego aquellos pensamientos ridículos con su profesor. Pero seguramente ahora los disfrutaría lentamente.

Aquel momento en que te perdíWhere stories live. Discover now