OyT - El comienzo. CAP 15

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Orgullo y tradición – El comienzo. CAP 15


Las luces nocturnas del planeta Koor vibraban con intensidad. El bullicio en sus calles de noche era comparado al de la hora pico en la tarde, no había descanso en el pequeño planeta. La ubicación de Koor fue lo que ayudo a que no fuese destruido en la época del imperio del gran Freezer, ya que le servía como lugar de paso a su ejército, en donde se abastecían de combustible y provisiones. En infinidad de ocasiones, los soldados se vieron obligados a pasar una o dos noches allí, motivo por el que los nativos tomaron provecho, creando hoteles, bares, tiendas y por supuesto una de las diversiones predilectas de los soldados, burdeles.

La vida nocturna de la capital cercana a la base espacial, siempre se encontraba abarrotada de extranjeros, la diversidad de entretenimientos había atraído más turismo, especialmente el de tipo sexual, ya que presumían tener una vasta variedad de hembras y machos que brindaban dicho servicio.

Ahora que ya no existía el imperio del gran Freezer, con el tirano muerto y su ejército desintegrado, había bajado el turismo por un momento, principalmente porque los esclavos se vieron libres de sus verdugos más poderosos y crearon una rebelión. Algunos regresaron a sus planetas de origen, mientras que aquellos, cuyos planetas fueron invadidos o destruidos, se establecieron en Koor. La rebelión duró poco tiempo a comparación de otros planetas en donde aún continuaban en conflicto. Ser un planeta de pasada fue lo que le salvó de quedar en total abandono y anarquía.

La vida nocturna se reestableció ante la necesidad de atraer de nuevo a los clientes y su oro, principalmente. El cual ahora abundaba después de la rapiña que se llevó a cabo en los planetas que ocuparon en su momento Freezer, su padre y sus soldados más fieles; quienes habían acumulado el valioso metal en monedas y lingotes que ahora circulaban por toda la galaxia.

La casa del placer, era uno de esos burdeles que continuaban brindando sus servicios a pesar de haber perdido una considerable cantidad de hembras, principalmente las esclavas más jóvenes, eso no impidió que el negocio continuara en pie.

El príncipe de los saiyajines salió de dicho burdel, se detuvo afuera de la puerta y luego de un largo suspiro se dispuso a regresar caminando hacia la nave, la cual se encontraba resguardada en el hangar para visitantes de paso. Con las manos en los bolsillos de su chaqueta color negra, caminó sin prestar atención al bullicio que se extendía por lo largo de la calle principal de la ciudad capital.

"Debo regresar a la tierra lo antes posible y finiquitar el asunto de mi descendiente"

Al llegar a la nave se dirigió directo a la ducha, el olor a mujerzuela en su piel lo hastiaba. El agua con jabón se llevó cualquier rastro de la joven y exótica alienígena, esa que le sirvió para bajar la tensión que se le acumuló en el cuerpo después de su transformación.

Entonces... apareció la imagen de Bulma en su traicionera mente.

-Esa maldita hembra- gruñó entre dientes al sentir su miembro reaccionar ante la imagen de la terrícola.

"No debería pasarme. Acabo de fornicar a la hembra más cotizada del maldito planeta. Inclusive es mucho más joven que la vulgar terrícola, hasta su color de piel es lo más similar mío, lo que nunca antes había visto en un maldito burdel... no le pide nada a ella"

Cerró el grifo con enfado. Se quedó así unos minutos más, escuchando las gotas caer mientras pensaba en lo recién vivido. Buscando una explicación convincente para justificar su insana fijación por la científica.


**FLASHBACK**

Las delicadas pero experimentadas manos de la joven hembra despojaron al guerrero de su ajustada playera, dejando al descubierto el trabajado pecho del guerrero, luciendo con orgullo cada profunda cicatriz, prueba irrefutable de la resistencia y fiereza de su raza.

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