40.

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Capítulo 40.

Los días siguientes son una maravilla.
A pesar de que sólo una noche niall durmió conmigo, agradezco despertar y verlo en el sofá viendo televisión con mi padre mientras se toman un café, o verlo en la cocina hurgando en la nevera.
Hay momentos en que aún es irreal para mi, me pregunto diariamente cuando despertaré de este hermoso sueño.
Pero eso no ocurre, y es porque él, el chico al cual miraba por TV y redes sociales si esta aquí, si esta sentado a mi lado bebiendose una cerveza mientras ríe mirando un programa de humor.

-Elena.—me llama él derrepente haciéndome salir de mis ensoñaciones. me quedo mirándolo.—¿Estas bien?—me pregunta con el ceño levemente fruncido.—¿Estás aburrida?¿Quieres que cambie de canal?

-¿Qué? No, claro que no. Esta bueno, a menos que quieras ver otra cosa.

-Quiero verte sonreír.—me dice y acaricia mi mentón con su dedo pulgar. Le sonrío.

-Perdón, estaba pensando. Es por eso que no prestaba atención a la tv.

-¿Puedo saber? —me pregunta.—¿En qué pensabas tanto que tu hermoso rostro está confuso? Como si estuvieras en otra dimensión.

Me río.

-Esta bien. Te diré.—le digo.—pensaba en lo mucho que me gusta que estés aquí, y en que aveces es irreal todo esto.

-¿Irreal?.—yo asiento.—¿porque? Llevo días aquí, pensé que ya habíamos pasado esa etapa.—me dice y sonríe.—¿Porque aún sigues creyendo que es no lo se... Un sueño?

-Buena definición.—niall se ríe.

-Respondeme.—me pide.

-Bueno, quizás... —murmuro.—porque llevo tantos años escuchando tú música, la de los chicos cuando estaban juntos, que verte aquí, continúa siendo como lo haz dicho tú, un sueño.

-Uhmm.—murmura mirándome.—pero no lo soy. ¿Que tengo que hacer para demostrarte que no estas soñando?

Puedo sentir como el rubor sube a mis mejillas.

Niall sonríe. Pero no como lo hace siempre, no como lo hace cuando está mamá o papá, él sonríe tan jodidamente sexy que no puedo evitar tener tipos de pensamientos que me suben la presión.

Sin decir una palabra, él se acerca lo suficiente como para no dejar espacio entre nosotros. Con su mano aparta el cabello que me cubre la mejilla y lo deposita detrás de mi oreja, su contacto hace que mi carne se ponga de gallina.

-¿Que quieres que haga?—susurra con sus labios rozando los míos, provocandome. Mi respiración se vuelve irregular.

-Lo que tú quieras.—susurro de vuelta y él vuelve a sonreír de esa manera. Mierda.

-Bien.—me dice para luego darme un corto pero suave beso en los labios.—¿Estás segura?—yo asiento incapaz de hablar.—él vuelve a besarme, pero está vez su lengua lame mi labio inferior.—¿Lo que yo quiera?—no me muevo, ni siquiera puedo asentir.—su boca se posa sobre la mía y comienza a mover sus labios, yo también lo hago, mis ojos se cierran y nos besamos por un rato,mientras que su mano acaricia mi cintura por debajo de mi blusa.—¿todavia crees que estás soñando?.—me pregunta cuando nos separamos, niego con la cabeza y él se ríe.—¿Quieres ir arriba?.—me pregunta.

Ay no, no por favor. Sé que este momento lo soñé, lo imagine mil veces, pero Dios, es diferente cuando realmente está pasando ¿Que se supone que deba decirle?¿Que si inmediatamente?¿Y si piensa que soy una cualquiera? ¿Que me entrego así de fácil? No sé qué hacer.

𝐓𝐖𝐈𝐓𝐓𝐄𝐑 𝟏 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇🥀 Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz