TLH: Jesse Blackthorn & Lucie Herondale [pt. 2]

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Corrió. Su madre estaba peleando contra una criatura con un candelabro, como si fuera una espada. Lucie sabía que tenía dagas escondidas en su ropa. No le dio tiempo a sacarlas, se dio cuenta.

La criatura no era un demonio, parecía... ¿humano? Tenía una espalda ancha y era bajita. La criatura paró de atacar a Tessa y comenzó a olisquear el ambiente. Había olido su sangre. Se giró como un resorte, mecánico. Mostró sus dientes, sonriendo de una manera cruel y hambrienta. En algún momento de su desgraciada vida había sido humano. Estaba segura de que había sido un hombre.

Un pensamiento fugaz. Tan pronto como llegó, se fue. Se confundió aún más. ¿Cómo había podido entrar esa cosa en el Instituto?

—Te pareces mucho a tu madre, —escupió. Lucie quería vomitar. Era Axel Mortmain.

Él no pudo reaccionar cuando sus dedos tocaron su piel desnuda. Comenzó a gritar. Acto seguido, cayó al suelo. No volvería a levantarse. Estaba muerto. Al fin.

Miró a su madre, aún tendida en el suelo, y fue hacia ella. La abrazó y le dijo que la quería. Le dijo tantas cosas que ya no sabía qué estaba diciendo.

Will, James y Matthew contemplaban la escena. Fueron solo unos instantes, por el shock. Rápidamente los tres, sobre todo Will y James, corrieron junto a Tessa. Bridget estaba muerta, sus vísceras tiradas por el suelo, como una feria de terror. Odió al ser que acababa de matar. Le había arrebatado a Bridget y... Tal vez le hubiera arrebatado a su madre también.

Su madre se estaba arrugando en sus brazos. Se dio cuenta de que había perdido el control del Cambio cuando sus facciones se tornaron jóvenes y vivaces. Era una flor que se estaba marchitando. No.

Miró a su padre, buscando respuestas. Él le dirigió una mirada preocupada y teñida de terror. Dijo que trajeran a alguien, pero ella no lo escuchaba. Ella aún seguía sosteniendo a su madre. Sus respiraciones se estaban haciendo más lentas. Por favor, repetía. No supo que lo estaba diciendo en alto cuando Matthew, a su lado, le dijo que se tranquilizara y le tocó el hombro. Estaba segura de que le estaba diciendo que todo estaría bien. Lucie no lo creyó.

Entonces notó la sangre. No supo qué estaba pasando hasta que vio de dónde procedía. Su madre acababa de perder a su bebé. Ni siquiera sabía que estaba embarazada.

No era capaz de hablar. No era capaz de decirlo. Esperó que los demás se diesen cuenta, porque ella no iba a ser capaz de decirlo. No podía.

—Lucie...

No sabía quién le estaba hablando. Ni siquiera supo en qué momento la tomaron en brazos y la llevaron a su cuarto. No puede ser real. Esto no puede ser real. No puede ser real. Esto no es real. No lo es. No es real. Pero lo era. La vida de Tessa se estaba disipando, como una nube demasiado débil para seguir decorando el cielo.

Sabía que no estaba sola, pero no sabía con quién estaba.

Estará bien, —dijo una voz en su cabeza. Tío Jem.

Lucie abrió los ojos y se levantó de la cama, y corrió a abrazar a su tío. No le importó la tela apergaminada que cubría su cuerpo. Cerró los ojos de nuevo cuando sintió que Jem la abrazaba de vuelta.

Un par de horas más tarde, la muerte de Tessa era oficial. Lucie no había estado presente.

Jem no lloró. Los Hermanos Silenciosos no lloraban. Se dedicó a mirar entre Will y Tessa. Lágrimas corrían por las mejillas del hombre de ojos azules. Su corazón se rompió, quería abrazar a su parabatai. Entendía su dolor, tal y como Will entendía el suyo. Tessa se estaba muriendo. Su Tessa.

—Yo... —fue lo último que salió de sus labios. Murió con los ojos abiertos. Will cerró los párpados de su esposa y miró a Jem. Jem lo abrazó, y Will lloró de nuevo. 

TSC | One ShotsOù les histoires vivent. Découvrez maintenant