¿por qué no? ¿qué es lo que quieres?— Jungkook se cruzó de brazos.

no puedo obtener nada de ti que no tenga ya.— ella sonrió altaneramente, tenía razón, es la princesa de China, reino más grande y rico, no necesitaba algo como eso.

¿entonces?— sentía que sus piernas temblaban pero se mantuvo firme.

porque quiero que estén juntos.— Hwasa admitió, bajando el tono.

Jungkook relajó la expresión y lentamente deshacía el cruce de brazos. Sorprendido.

conozco muchos futuros, conozco muchos amores y nunca había visto uno así, no me refiero a que ambos sean varones, es el sentimiento que pude sentir al tocar la mano de Taehyung, me sorprendió, entre ustedes el amor es tan fuerte, tan sincero y tan dulce que podría llorar.— Hwasa lo explico con un suspiro atrapado en ella, cautivada. —el destino y el universo no se equivoca, ha juntado sus manos con mucha razón, así tiene que ser.—

Jungkook sintió eso como un golpe al corazón y no en un mal aspecto, fue un golpe de seguridad, de amor, él lo sabía, no dudaba de querer a Taehyung para él, no dudaba que ellos estaban hechos para estar juntos. Sonrió y no encontraba las palabras perfectas para hablar.

cuiden lo que tienen, eso es lo que quería charlar contigo.— Hwasa se dispuso a irse, pero Jeon la detuvo, tomándola del guante ya que una idea comenzó a rondar su cabeza. —espera, si puedes ver el futuro, dime qué pasará con nosotros.— puso su mano frente a ella.

Hwasa suspiró. —no me gusta hacer ésto.—

—por favor, necesito saberlo.— Jungkook juntó sus manos, pidiendo.

La princesa rendida, se separó de él y fue a la barra del balcón de nuevo, dónde después de quitarse un guante lo dejó recargado ahí.

Jungkook dejó su mano en la barra.

si sujeto tu mano durante un largo tiempo puedo ver incluso hasta la muerte, eso es horrible y no me gusta verlo en las personas, por eso uso guantes.— Ella explicó antes de tocarlo. —sólo veré un poco, me detendré en algún punto.—

Jeon asintió, nervioso. Ella colocó su mano suavemente sobre la de él, él la observaba, mirando a la nada, quería leer sus expresiones pero no cambiaba el rostro serio, en cambio en un momento ella apretó su mano algo fuerte, después de un par de segundos la levantó como de un brinco, lucía asustada.

¿qué viste?— Jungkook al instante.

Hwasa se humectó los labios. —no debo decirte lo que vi porque no me meto con el destino, sólo puedo aconsejarte.—

¿es todo?— Jungkook pensaba que necesitaba saber.

Hwasa se colocaba de nuevo el guante. —serán muy felices, seguirán juntos si tienen el cuidado necesario, guardando las apariencias pero seguirán juntos, amándose y por cierto, serás un buen padre.—

Jungkook se sintió satisfecho por eso, él podía ser discreto, podía seguir así, podía escucharla. —gracias.—

Hwasa le sonrió y salió de su balcón, aunque dos segundos después regresó para decirle algo más. —cuídate de Jisoo.— advirtió algo seria.

El príncipe frunció el ceño, pero lo ignoró cuando ella volvió a hablar. —y sorprendentemente, tu bebé con Jisoo será la adoración de Taehyung, se ven adorables cuidándolo.— Hwasa dijo con una sonrisa de ternura y por fin salió corriendo se sus aposentos.

Jungkook sonrió ante esa idea, ante la idea de estar bien con Taehyung, ante la idea de tenerlo muchísimo tiempo más con él y poder disfrutarlo. Se quedó pensándolo toda la noche. Los cuidaría, con su vida.

Se quedaba dormido diciéndose a sí mismo una y otra vez que su amor era real, que lo que tenían era amor verdadero como ningún otro.

Por fin durmió.

A la mañana siguiente, prepararon el equipaje de los reyes de China.

aunque estar aquí sin dudas fue una dicha, tenemos que volver, hay un reino por dirigir, cuidar y progresar.— Sying a Namjoon.

a la mediante, volveremos para la boda de Eunha.— Tessa dijo despidiéndose de Tiffany.

El rey de China le agradecía a Namjoon por todo, Tiffany y Eunha hablaban con Tessa, mientras que Hwasa se acercó y le entregó una caja de regalo, pequeña y de color azul marino a Jungkook.

gracias.— El príncipe hizo una reverencia.

Nadie le prestó atención a eso, Hwasa hizo reverencia de vuelta y subió junto a sus padres a la carroza.

Partieron.

Todos regresaron a sus actividades comunes.
Jungkook corrió a su habitación, abrió la caja, había una pulsera muy, muy pequeña de oro puro, con una corona grabada.

El mayor de los Jeon no entendía por qué era tan pequeña, era obvio que no le quedaría.

Había una carta al fondo de la caja.

La leyó. “Vuestro bebé es un varón, será hermoso, blanco cual nieve, cabellos oscuros como la noche y tendrá los ojos preciosos que su padre posee.” Jungkook enseguida vio la pulsera, es para el bebé.

Sonrió, ahora sabía que su bebé era un hombre y que sería como él.



[ Quería comentar que aunque el fanfic tiene un poco de fantasía, no es el tema principal así que sólo denlo por largo, son detalles que me interesó poner ya que época del poco conocimiento y especulaciones sobre la magia.][Hwasa psíquica. ]

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