CAP. 11

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"Lo que tú tienes muchos lo
pueden tener, pero lo que tú
eres  nadie lo puede ser"


Con solo 3 tocadas a la puerta de la gran mansión, esta se abrió dejando ver en su anterior a la misma mujer que lo recibió el día de ayer.

- Buenas tardes - el castaño hizo una reverencia

- Hola - sonrió la mujer - vienes por el joven cierto?, la señora Jung ya me comunicó todo

- Oh si.. si vengo por Ho...

- HoSeok, el joven HoSeok - la mujer se hizo a un lado dejando pasar a Taehyung quien aun no superaba la belleza de la gran mansión ya que su mirada deambulaba por todo esta

- Está en el jardín trasero - le indicó la mujer y sirvienta principal de la casa

Taehyung se sorprendió un poco, desconocía que las grandes mansiones podían poseer un jardín trasero, pero era de esperarse, en un lugar como este hasta un elefante podría ver aquí .

caminó por los grandes pasillos a paso normal, con un toque de nervios, pero no era problema para controlarlos, llegó al final de los pasillos y tal como se le indicó había un gran jardín, divisó un gran árbol plantado a un lado de este, con hermosas rosas, césped verde, una pequeña fuente de agua y pequeñas piedras que se podía utilizar de asiento y ahí es cuando lo vió.

Él estaba ahí, mantenía un semblante relajado y serio al mismo tiempo, su mirada no expresaba nada, sus delgados y largos dedos jugaban con una pequeña flor mientras mantenía un gesto de estar perdido en sus pensamientos.

TaeHyung contempló el bello perfil del azabache por un momento, no quería interrumpirlo pues se veía tranquilo e inofensivo. Se preguntaba ¿cómo una persona tan bella puede merecer el castigo de perder el sentido de la vista?

- ¿Vas a quedarte allí o vas a venir aquí y presentarte?

El cuerpo del castaño dio un pequeño brinco por aquellas palabras soltadas inesperadamente, apartó la vista del azabache y respiró hondo para luego acercarse a él tímidamente.

- ¿Sabías qué es de mala educación  observar a personas sin su permiso?, más si es una persona ciega ya que estas no se dan cuenta de casi nada de lo que pasa a su alrededor, ¡oh! pero mira...yo si - dijo en tono sarcástico para luego soltar un bufido - puedes sentarte, estar vigilándome  silenciosamente te pudo haber agotar las piernas.

El castaño solo bajó la mirada y se sentó frente a él, estilo indio.

- Bueno, te escucho

- Soy...

- Espera, ¿eres chico? - el azabache dejó de "mirar" la flor para posicionar su atención frente a el, en donde su intuición le dijo que estaba el castaño - vaya, no sé lo que mi mamá esté planeando con todo esto

- Soy Kim...

- Tu voz me resulta familiar, ¿nos conocemos?

- ¡ya!, ¿vas a dejar que me presente?

- Uuh que rudo - sonrió - y pensé que el casca rabias aquí era yo - jugó con la pequeña flor en sus dedos

.°• » Ojos que no ven, Corazón que siente « •Where stories live. Discover now