Prólogo

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~Hombres Lobo~

Lo que se suponía que tendría que haber sido una blanca nevada como otros años, terminó siendo manchada por el color rojo carmesí que azotaba aquel lugar. Un lugar donde una batalla sangrienta entre Hombres Lobo, Vampiros y Humanos se había desatado. Dicha guerra se llevó acabo cuando los Humanos, amenazaban los pueblos de ambas especies, con sus mentes cerradas, su sed de ser superiores y de conquista, la guerra había durado un año, un largo año donde hubo bajas considerables para cada especie, la victoria fue llevada a casa de los mismos Lobos y Vampiros, pese a que los humanos o cazadores como solían decirles, por más armas que llevaran, por más balas que dispararon, no eran tan ágiles y fuertes como sus contrincantes, teniendo así una desventaja.

Tanto lobos como vampiros no solían hacer alianzas ni llevarse bien pero en ocasiones como estas donde el número de cazadores había incrementado, logrando infiltrarse entre los territorios de ambos. La alianza era necesaria para poder acabar con los humanos.

-La batalla terminó- Hablo un Hombre lobo, su nombre era Jared, aparentaba tener unos 60 años de edad, aunque la realidad es que eran muchos más, era alto, cuerpo trabajado, cabellos oscuro al igual que sus ojos, piel clara, para ser exactos el Alfa de la manada Luna menguante, una manada sin duda alguna fuerte, y más cuando solían atacar a su gente -Ya váyanse, el hecho de tener un acuerdo no nos hace amigos- su voz sería podría causar miedo al más fuerte de los humanos, pero jamás a sus amigos-enemigos, los vampiros.

-No tienes que recordar que no somos amigos- hablo de inmediato un Vampiro, el líder de ellos, a diferencia de los Lobos, que solían tener un alfa que dictará todas las leyes o tanta decisiones solo, los vampiros solían tener varios líderes, eran tres casas importantes, con su respectivo líder, y entre todos solían tomar decisiones y hacer lo más conveniente para su pueblo- Créeme que no está en nuestra decisión, quedarnos más tiempo en un lugar que huele a perro- concluyó soltando una risa, provocando un gruñido de parte del Alfa, pues el ser llamados perros era una gran ofensa para ellos.

-Muy gracioso, Zack- dijo Jared con sarcasmo emitiendo un leve gruñido, el Vampiro era un hombre, su cabello largo y negro solía llevarlo en una coleta baja, su piel más que pálida, y sus ojos carmesí, desde que lo conoció cuando fue presentado como el nuevo alfa hace muchísimos años, jamás le agradó ni un poco, su actitud de sentirse superior y ser un chupasangre, eran la mezcla perfecta para no caer bien, más que a los suyos, o ni eso tal vez solo era respeto, al ser el líder de la casa principal.

Zack solo le guiño el ojo, y ordenó con un chasquido de dedos, a los suyos, retirarse del lugar, después de todo, estaban en territorio de los perros como él solía llamarlos, así que el trabajo de limpiar sería de ellos.

Jared observó a los vampiros, hasta que estos desaparecieron de su vista, contando que su vista estaba muy desarrollada, miró a su alrededor, el olor a sangre inundaba el ambiente, el fastidioso aroma de la sangre, sabía que sus Omegas se pondrían a limpiar el desastre apenas él lo ordenará. Los Omegas eran los lobos más débiles de las manadas, incluso la mayoría solo trabajaban como sirvientes.

-¿Por qué no pusiste en su lugar a ese asqueroso chupasangre?- preguntó un joven detrás de él, su hijo, el próximo alfa, un joven alto como él, de cabello negro y ojos, que dependiendo el ángulo y la luz eran el tono que daban, su nombre Adam, la edad de Adam era de casi dos siglos, aunque aún aparentaba tener veinte años.

-Tenemos un acuerdo,y no pienso caer en provocaciones- hablo firme y con un semblante serio.

-Cuando yo sea Alfa, les dejare en claro que no es quien para referirse así a nosotros- estaba harto de que los vampiros siempre se sintieran superiores a toda especie que los rodeará, cuando fuera Alfa, haría muchos cambios para bien y la forma de liderar.

-Primero encuentra a tu Mate, y después veremos lo de ser Alfa- le dio un golpe bajo para su hijo, el Alfa necesitaba de su Mate, su Luna, sabía que solo así su hijo podría llevar una manada más fuerte.

-¿Que pasa si no la encuentro?- preguntó dolido, no era necesario que todo el mundo le recordará que a sus 180 años, no había podido encontrar a su Mate, y menos su padre. Mate, el nombre que recibía la pareja destinada que la Diosa Luna les otorgaba a todos lo lobos, y es que desde niños era lo que primero se les enseñaba a querer buscar a su Mate, su amor eterno, ese ser que sería su otra mitad, y cuando un Alfa encontraba a su Mate, era llama Luna, por él y por su pueblo en señal de respeto.

-Tendrás que emparejarte con la Loba más fuerte de la manada- Le dio una última mirada a su hijo, y se retiró del lugar, no sin antes ordenador que limpiarán el lugar.

Adam miró dolido a su padre, su Lobo le decía que no se rindiera, que estaba seguro que su Luna aparecería pronto, pero su el tiempo y las circunstancias dictaban lo contrario. Su Lobo llamado Evan, era un Lobo grande, Blanco y con ojos de diferente color, uno café y el otro verde, era el único que le animaba a seguir buscando a su Mate, aunque luego terminaban peleando, ya que Adam a veces se negaba a creer aquello.

Dejó el dolor a un lado y le dio alcance a su padre, ninguno de los dos se dirigió la mirada o dijo palabra alguna durante el camino a casa.

Al llegar a casa, una joven Loba de la misma edad de Adam salió a recibirlos en especial a Adam, su nombre Sky, era una Omega, algo alta de cabello largo y algo rizado, color castaño y ojos color miel, piel clara, que vivía en la mansión y trabajaba como sirvienta, solía llevarse bien con Adam ya que ellos de niños solían jugar, y pasar las tardes en compañía. Aunque fuera una Omega, Adam jamás la había tratado como tal y eso provocó que ella quedara enamorada del próximo Alfa y al tampoco encontrar a su Mate, se hizo a la idea que Adam podría tomarla como su Luna.

-¡Adam!- gritó su nombre emocionada de saber que estaba bien, y lo abrazó de inmediato, su abrazo no fue correspondido pero tampoco despreciado, solo que Adam no tenía ánimos de hacer mucho contacto con la gente.

-¡Compórtate Sky!- grito en reprimenda por su acto, la joven fue hija de la ama de llaves de la mansión, cuando esta falleció, Sky se quedó con el trabajo, no era mala en lo que hacia, solo que aveces pensaba que podía tomar decisiones que no le corresponden.

-Si, Alfa, lo siento- se disculpó de inmediato y bajo la mirada, y haciendo una reverencia en muestra de respeto, se alejó de ellos para volver a las mansión a continuar con sus deberes

Adam no dijo nada, solo siguió su camino, hasta llegar a su habitación, donde apenas cruzar la puerta, se tiró a la cama, quería descansar y quería olvidar lo doloroso que era no tener a su Mate.

Gracias por leer, esta nueva historia, pido paciencia, ya que los capítulos tardarán en salir, muchas gracias por su apoyo.

A Lunas De Ti (Cancelada)Where stories live. Discover now