Súper Oli

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POV ALBA

Llegó el cumple de Oli y con el el momento en el que Natalia conocería a mis padres y a Marina. Estaba nerviosa pero emocionada por presentársela. Estaba con Natalia en casa, decorando todo para el cumpleaños. Habíamos puesto la mesa del salón a modo de candy bar, lleno de chucherías todas rosas y amarillas, galletas personalizadas, una tarta de dos pisos decorada en los mismos tonos, chocolatinas, botellas de agua con etiquetas personalizadas, vasitos de zumo con pajitas también personalizadas... Natalia se lo había currado muchísimo. Había regalitos para todos los niños, antifaces rosas y amarillos y unas cajitas llenas de chucherías. Habíamos puesto guirnaladas, globos, luces de colores... estaba todo lleno de decoración y a Oli le iba a encantar. Cuando ya teníamos todo listo mi madre me avisó de que estaban abajo.

- Estoy nerviosa Albi - me dijo Natalia.
- Tranquila Nat, les vas a encantar, ya verás - le di un beso y ella se tranquilizó.

Llamaron a la puerta y efectivamente eran mi madre, mi padre y Marina.

- ¡Mami! - dije abrazándola - hola papá - dije dándole un beso y otro a Marina.
- Hola hermanita - me dijo Marina.
- Bueno, os presento a Natalia - dije dejándoles pasar - Natalia, ella es mi madre, Rafi, mi padre Miguel y mi hermana Marina.
- Encantada de conoceros - dijo ella seria.
- Ay pero no estés nerviosa cariño - le dijo mi madre - ven aquí dame un abrazo - tiró de ella y la abrazó fuerte ante lo que Natalia rió.
- Asi de intensa es la Rafi Natalia - dijo Marina - ya la irás pillando - se acercó y le dio un beso en la mejilla - encantada de conocerte, mi hermana no deja de hablar de ti.
- Calla boba - le di un golpe en el brazo.

Pasamos todos al salón y entonces llamaron de nuevo a la puerta, era Oli con María y Marilia.

- Hola Mami - dijo Oli entrando por la puerta y salió corriendo y gritando cuando vio a sus abuelos y a Marina.

Cuando se separó de ellos miró todo lo que había y se le iluminó la cara.

- ¿Te gusta bebé? - le pregunté.
- ¡SI MAMI! ¡MUTISIMO! - dijo correteando por toda la habitación.
- ¿Te quieres poner tu disfraz? - le dijo Natalia y la pequeña salió corriendo hacia ella.
- Si, si, si, ven comigo - le dijo arrastrándola hasta la habitación.
- Que bien se llevan ¿no? - dijo mi madre.
- Se llevan super bien, Natalia es un amor con ella, y Oli la quiere muchísimo.
- Doy fe, cuando está Natalia solo quiere estar con ella... - dijo Maria.
- Pues cuánto me alegro mi amor - dijo mi madre abrazándome - ya te lo merecías.
- Gracias mami.

A los pocos minutos Natalia volvió con Oli en brazos disfrazada de Súper Oli. Al rato empezaron a llegar sus amigos del cole con un montón de regalos. Oli se lo estaba pasando genial. Natalia no dejaba de hablar con mi madre y con Marina, se habían caído muy bien. La miré mientras ella bebía de un vaso y me guiño un ojo. Estaba tranquila por fin.

- Oye tú - se acercó María - ¿que bonito todo no?
- ¿A qué si? Ha sido Natalia, lo ha hecho caso todo ella...
- Pues es polifacética la chica ¿no? - me guiñó un ojo.
- Mari.... estamos en un cumpleaños infantil.
- Ya, ya. Pero no dejáis de comeros con la mirada. Cortaos un poquito que hay niños delante.
- Es que me encanta Mari.
- ¿No jodas? No me había dado cuenta - dijo sarcástica.
- Eres muy tonta eh... anda tira que vamos a soplar las velas.

Cogí la tarta y la puse en la mesa para que todo el mundo se acercara. Le di mi móvil a María para que me grabara con Oli y la cogí en brazos.

- Vamos a soplar las velas Oli, yo te ayudo - dije poniéndome delante de la tarta con ella en brazos.
- Mami Nalia tambén - dijo de repente y todos miraron a Natalia que me miró sorprendida.
- Pues claro, Natalia también - me sonrió y se acercó a nosotras poniéndose detrás de Olivia. Agarró mi mano con fuerza mientras todos cantaban cumpleaños feliz y después las tres soplamos las velas.

Oli aplaudió emocionada y se puso a abrir los regalos que le habían traído. Natalia también le hizo un regalo, una muñeca de Lady Bug con la que a Oli se le iluminó la mirada. A mi en cambio se me iluminó al ver el abrazo que le dio a Natalia cuando lo abrió. La gente se fue yendo, los últimos mis padres y nos quedamos solas Natalia y yo, que acostamos a Olivia porque estaba agotada.

- Gracias por todo Nat - dije abrazándola - ha sido precioso y sin ti no habría sido ni la mitad de bonito. En serio gracias...
- De nada Albi, me ha encantado estar aquí, y tus padres son un amor.
- Mi madre te adora, quiere adoptarte - las dos nos reímos.
- Oye Albi, quiero decirte una cosa - dijo seria.
- Vale dime.
- No te enfades por favor - fruncí el ceño - es que el otro día, cuando me fui a casa para terminar el artículo que te dije - asentí - en realidad me fui porque me agobié con la pregunta de Oli sobre su padre. Lo siento por irme así y por mentirte pero me pilló por sorpresa y no supe cómo reaccionar - la entendí perfectamente - ¿te enfadas?
- Pues claro que no Nat, entiendo que te agobiaras. Yo también me agobié cuando me preguntó... no te preocupes no pasa nada.
- Te quiero Alba, mucho - me dijo besándome tiernamente.
- Yo mucho más... - contesté.

Natalia me cogió en brazos y me llevó hasta mi habitación. Sentía su mirada fija en mis labios y su sonrisa me atraía a besarla. Y eso hice. Fue un beso tierno, apasionado, lleno de amor, de deseo, de promesas de todo lo que íbamos a hacer esa noche. Yo solo disfrutaba de la suavidad de sus manos sobre mi piel, recorriendo mi pecho, mi torso, mis piernas... perdí la noción del tiempo y el control total de mi cuerpo. No podía casi ni moverme y Natalia se encargó de desnudarnos a las dos. Recuperé la razón segundos después de notar su lengua sobre la piel de mi cuello, abrí los ojos y le agarré la cara para verla. Dios, era preciosa. En ese momento su mano se adentraba en mi entrepierna y yo me mordía el labio de placer. Natalia sonrió al ver la excitación que causaba en mi, que era mucha. Me hacía enloquecer. Noté dos dedos introduciéndose con lentitud en mi interior y un movimiento sobre mi clítoris que me hizo arquear la espalda.

- Natalia... - gimo sin poder decir un sola palabra más.

Pensé que iba a correrme de un momento a otro, mientras movía las caderas para sentir a Natalia de una forma más profunda. Joder, quiero decirle todo lo que me hace sentir pero no me salen las palabras. Natalia empezó a mover más rápido los dedos mientras su boca atrapaba mis labios y yo ahogaba mis gemidos en ella. Me agarré a su nuca cuando sentía que iba a explotar, mientras mis gemidos iban en aumento y entonces me hizo llegar al clímax más absoluto. Entonces Natalia se abrazó a mi y su mano trató de calmar con caricias mis espasmos.

- Dios nadie me ha hecho sentir lo que tú Natalia... en la vida - dije mirándola cuando se tumbó a mi lado.
- Pues la noche acaba de empezar rubia... - dijo pícara.
- Y ojalá nunca acabase... - dije poniéndome sobre ella y besándola tiernamente.

POV NATALIA

Acomodé a Alba sobre mi cuerpo y nuestros centros se rozaron, haciendo que las dos soltáramos un gemido. Alba empezó a acariciarme antes de llevar sus besos a mi entrepierna. Agarró mis muslos fuerte con sus manos y los separó todo lo que pudo. Su lengua dejaba pequeñas caricias que me erizaban la piel y me hacían gemir de placer. Su lengua empezó a moverse en círculos al rededor de mi clítoris y sus dedos jugueteaban entrando y saliendo de mi interior.

- Joder Alba... hazlo más rápido - le supliqué.

Alba aceleró sus movimientos y mis manos fueron a parar a su pelo, donde mis dedos se enredaron con sus mechones. El placer se me iba acumulando, entre la sensación de haberle dado placer a Alba y el tenerla entre mis piernas me estaba volviendo loca y no iba a tardar en correrme.

- Natalia córrete - me dijo mirándome desde mis piernas y yo eché la cabeza hacia atrás. No podía aguantar más. Su lengua me acariciaba, sus labios me succionaban y sus dientes me mordían suavemente haciendo que mis gemidos fueran cada vez más constantes. Tardé poco en gemir gritando el nombre de Alba y correrme en sus manos y en su boca.

Después de dos orgasmos, me dormí notando las caricias de Alba sobre mi brazo y respiración sobre mi pecho, oyendo cómo me decía que me quería y yo le decía lo mismo. Antes de quedarme profundamente dormida me vino a la mente la idea de una vida juntas, con Olivia. Y era una vida feliz. Ojalá algún día...

Todo o nada // AlbaliaWhere stories live. Discover now