Mírame

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POV ALBA

Me desperté con las piernas de la Mari encima mío y mucho dolor de cabeza.

- Mari por dios quita de encima – dije intentando librarme de ella.
- Ah claro eso me lo dices a mi pero a la morena de ayer no ¿verdad?
- Calla Mari.
- Cuéntame qué pasó.
- Nada Mari, unos besos y ya.
- Mentirosa, tu no traías ayer cara de unos besos y ya. Si el pobre Carlos yo creo que entró en depresión...
- Qué exagerada eres...

Me levanté hacia la cocina a ponerme una aspirina y un café.

- Venga hombre si todo el mundo sabe que Carlos está enamorado de ti desde primero de carrera...
- Estas fatal.
- Ah, que ahora vas a decirme que no crees que le gustas ¿no?
- Pues quizás un poco, pero, ¿a qué viene esto Mari?
- A que me cuentes qué te hizo la morena en el baño...
- Qué pesada eres...
- ¿Lo hace bien?

Me giré a servirme el café y me quedé mirando la taza.

- Lo hace muy bien...

Cuando María se fue a su casa yo me tiré en el sofá a ver los stories de ayer en Instagram... por dios, qué vergüenza... Alfonso hizo uno cuando estábamos bailando y lo vi como tres veces seguidas hasta que me di cuenta de que al fondo, apoyada en la barra estaba Natalia muy atenta a la zona en la que estaba yo. Me mordí el labio pensando en lo de anoche. De repente me sonó el móvil.

- Alba mi amor ¿qué tal?
- Muy bien mamá, ¿qué tal vosotras? ¿Todo bien?
- Si, si, todo fenomenal cariño. Estamos en la playa.
- Luego os llamo. Mándame alguna foto.
- Claro, ahora mismo.
- Te quiero.
- Y yo a ti.

Se me había pasado el dolor de cabeza así que me vestí y me fui a dar una vuelta por el centro. Entré en alguna tienda y me compré unos vaqueros. Luego me entré en un Starbucks que estaba en frente de mi edificio a comprarme un café. Lo pedí y fui a esperar al final de la barra.

- ¿Alba? – escuché a mi lado y me giré levantando la mirada para encontrarme a Natalia.
- Natalia – dije sorprendida.
- Vaya, estás casi más guapa que ayer... - dijo mordiéndose el labio.
- Gracias... tu también estás muy guapa.
- ¿Has venido sola?

En ese momento la chica dijo "Natalia" dándole un café.

- Si, estaba dando una vuelta y justo iba a coger un café ya de vuelta a casa.
- Pues si te apetece sentarte conmigo...
- Claro, encantada.

Nos sentamos en una mesa en una ventana y nos pusimos a hablar un rato.

- ¿Y dónde vives?
- Pues, ese es mi edificio – señalé el edificio.
- Que guay, esta zona es muy bonita.
- Si, a mi me gusta mucho. ¿Tú vives cerca?
- A unos 10 minutos andando, así que si, bastante cerca.

Estuvimos hablando durante dos horas, la verdad es que Natalia era una chica super interesante. Había viajado, había vivido en varias ciudades... su familia vivía en Pamplona.

- Oye, yo me muero de hambre, ¿te apetece cenar algo conmigo?
- ¿Me estás pidiendo una cita Natalia?
- Bueno, una cita me parece un atraso después de lo de anoche... pero si – ambas reímos.
- Pues yo también me muero de hambre, así que acepto. Pero soy vegetariana.
- Sin problema. Conozco un sitio muy bueno al lado de mi casa que seguro que te gusta, Bump Green.
- Ay nunca he ido pero quería ir.
- Pues vamos – dijo mientras se levantaba y salíamos hacia el restaurante.

Dimos un paseo hasta llegar, pasamos por delante de su portal y tardamos 1 minuto en llegar al restaurante.

- Madre mía, si yo viviera en tu casa, me arruinaría viniendo aquí todos los días... está todo buenísimo.
- Si que lo está si – me guiñó un ojo.
- ¿Siempre dices tantos piropos?
- Solo a las que los merecen – dijo acercándose a mi y guiñándome el ojo de nuevo.

Todo o nada // AlbaliaWhere stories live. Discover now