MOONLIGHT | bucky barnes [moonstone series #4]

V E I N T I C I N C O

Luna sabía que tenía razón, pero era demasiado terca como para dejar ir la oportunidad.

—Llegará —aseguró Luna, como si quisiera aferrarse a eso—. No puedo perder esta oportunidad, Bucky.

Luna volteó a ver a Bucky, y supo que estaba a un pie de caer por el borde por cómo la miraba. Él ya la estaba viendo, sus ojos azules como el cielo a punto de llover, tan tristes y melancólicos como si no perteneciera a esa época. No decía nada, solo la miraba. La estaba consumiendo, y seguramente ni siquiera se daba cuenta.

La máscara le tapaba parte del rostro, dándole un aire de misterio que hacía sus piernas temblar. Luna relamió sus labios.

—Una canción —pidió suavemente, su acento francés deslizándose accidentalmente como pasaba cuando no pensaba lo que decía—. Baila conmigo una canción —añadió al notar la expresión confundida de Bucky.

—Creí que eso estábamos haciendo —respondió éste en voz baja, casi como si le estuviera contando un secreto. Luna sonrió.

—Baila conmigo de verdad.

—La misión...

—El mundo no se va a acabar en cuatro minutos, James. Baila conmigo —diciendo esto, pasó sus manos alrededor del cuello de Bucky, acortando la distancia entre ellos.

Bucky titubeó, pero finalmente asintió, casi imperceptiblemente.

Ni un segundo se dejaron de ver a los ojos. Sus pies se movían al ritmo de la canción, casi por instinto, pero ambos eran conscientes que solamente un suspiro los separaba.

Por un momento, Luna se dejó a sí misma fantasear al respecto. Solo una canción, se dijo a sí misma. Se permitiría ser feliz cuanto durara la canción. Pensó en un mundo donde él no fuera el soldado del invierno, con una sombra cayéndole pesada en los hombros, arrastrando la condena de lo que fue. Soñó con un mundo donde el destino del universo estuviera colgado sobre su pecho en forma de gema, donde no tuviera que huir, donde no tuviera que siempre cuidar su espalda. Pensó en un mundo donde pudiera estar con Bucky Barnes.

—¿Qué estamos haciendo? —preguntó Bucky, como si no pudiera apartar la vista de ella, con voz ronca.

—Bailando —contestó Luna suavemente, sonriendo—. Lo hemos estado haciendo desde hace tiempo.

Luna se alzó de puntillas, casi nada, lo suficiente para alcanzar el oído de Bucky. La canción iba a terminar, la voz de Ella Fitzgerald muriendo en las bocinas lentamente.

—You took my lips, you took my love so tenderly —cantó suavemente en su oído, dándole un suave beso en la mejilla.

Le estrechó la mano, y caminó fuera de la pista, retomando la misión, dejando a Bucky solo en la pista.

Daniel Nik había considerado todas las opciones excepto una. Pensaba que Luna no era tan tonta como para enamorarse de su compañero. Claramente estaba equivocado. 

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Para ese punto, Luna debía de haber sabido que la misión saldría mal. Debía de haber sabido que Warner estaba observándola, esperando el momento en que bajara la guardia para comenzar su plan.

—¿A quién? —preguntó Taylor Red, su mejor amigo, su mano derecha. Marcus sonrió, ojeando desde el piso de arriba a los dos hombres con los que había llegado Artemisa.

—A Daniel Nik —dijo Marcus—. Mata a Daniel Nik.