Capítulo 1. BAJO EL CIELO DE ASSAM

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CAPITULO 1 "BAJO EL CIELO DE ASSAM"

"En la vida hay amores, amores que solo se limitan a ser una ilusión".

En una oficina, dos hombres seguían negociando desde hace dos horas.

— Es mi última oferta —sentenció el hombre de traje gris poniéndose pie.

— Por favor, señor, es mi hija amada, déjeme ganar algo —comenzó a rogar mientras se arrodillaba ante el abogado.

— ¿Qué más quiere? —Preguntó mirándolo como si se tratase de alguien inferior.

— Quiero lo que usted me ofreció, más las cincuenta cabezas de ganado, solo quiero que se respete el trato que se hizo —manifestó el señor de cabello plateado.

— Es más de lo acordado, pero para su fortuna el señor sultán está dispuesto a poner de su bolsillo —contestó el abogado.

— ¿Entonces es un trato? —Preguntó el infeliz con los ojos brillantes.

— Por supuesto señor Farash —dijo retirando de su saco las sucias manos del hombre.

El negocio estaba cerrado, no había más por agregar, el mercader dueño de la tienda de telas más grande de todo Assam había comprometido a su hija mayor, Rubí Aruni Farash con un desconocido para ella.

De acuerdo al pacto, el señor Farash sería el suegro del gran Nadeem primogénito y heredero de la fortuna Darshan.

Todo mundo conocía la fama de aquella familia porque era una de las más poderosas de todo el país, pues Kiran Darshan fue el presidente de las empresas petroleras y mineras que más dinero generaban a la India y sus proezas seguían estando en la memoria de la socialité. A pesar de que el apellido Darshan era pronunciado por sus logros y relaciones públicas, su vida privada se había mantenido en secreto, pues las identidades de los hijos de Kiran y su esposa eran celosamente reservadas por seguridad. Un día la muerte sorprendió al matrimonio en forma de accidente automovilístico y toda la atención se volcó hacia los tres huérfanos que salieron a la vista del ojo público.

Nadeem fue instruido por su tío, el sultán Abbadon Brunéi, para tomar el cargo de la empresa y hacerse responsable de sus hermanas menores, el día del funeral fue la primera vez que el rostro de las dos hijas fue revelado, sin embargo, el rostro de Nadeem ha seguido oculto bajo un velo color negro que solo deja ver sus penetrantes ojos azules, motivo por el cual lo conocen como "el monstruo". Algunos meses después del sepelio, a ambas hermanas se les permitió salir acompañadas de un séquito de guardias, ellas eran vistas con hermosos vestidos finos y brillantes que contrastaban con la imagen enigma de su hermano mayor.

Algunas personas decían que tal vez el heredero estaba deforme y como sus padres eran muy nobles no lo mataron al nacer, otros decían que talvez Kiran no estaba muerto y ahora cubría su rostro. Cada vez la gente inventaba nuevas historias acerca de Nadeem Darshan, pero en lo único que tenían razón, era que ese enigma se había convertido en el hombre más importante en la vida pública y económica de la India.

En aquella mansión de pilares grandes de mármol y ventanales con detalles dorados, una discusión como de costumbre estaba por empezar.

— ¡No es posible que sigas con esta locura! —Reclamó una chica furiosa entrando a una enorme oficina blanca— ¡Tú no te puedes casar! —Sentenció de pie frente al escritorio con las manos en la cintura.

— Namaste —sonrió el sujeto de rostro cubierto sentado frente a ella— aquí el adulto soy yo —añadió serio— por lo tanto, yo decido que es lo que se hace o no —comentó tranquilo sin dejar de revisar unos documentos.

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