1.2 NO

86.2K 2.6K 868
                                    

Larah

Fui a la universidad, donde me encontré con Ian, besó mis labios, yo apenas podía verlo a la cara después de lo que había hecho con Joseph, me separé de él.

—Vamos tarde— Caminé hacia nuestra aula, él me miraba confundido, jamás me había comportado así con Ian desde que lo conozco, antes de decirle que si a nuestra relación éramos mejores amigos, casi inseparables. Él insistió mucho.

—¿Estás bien? Te siento bastante rara. —Se sentó  a un lado de mi.

—Solo me duele la cabeza. —Dije. Fingiendo hacer algunos apuntes.

—Iré por una aspirina a la enfermería. —Besó mi cabello, me sentía horrible. Miré las fotos que habían subido algunos periodistas a internet, en el cumpleaños de Joseph. Había una de él y yo, sonrientes. Exhalé.

Joseph

Llegué a mi oficina, tenía mucho trabajo pendiente, mi secretaria llegó con un sobre lleno de las fotografías de mi cumpleaños.

—Gracias Nina, por favor, dile a Abraham que venga enseguida a mi oficina. —Dije, Nina asintió, Abraham llegó a mi oficina en minutos.

—Buenos días, señor. —Dijo.

—Prepara un contrato, está noche tiene que estar listo para que lo firmen. —Dije, mirando una de las fotografías en las que Larah estaba. Es preciosa.

—Necesito el nombre de la chica. —Dijo Abraham.

—Larah Mateos, también quiero información sobre ella, lo más relevante. —Dije, Abraham asintió.

—En unas horas estará listo señor. —Dijo.

—Ya puedes retirarte... y Abraham, no olvides que esto es estrictamente privado. —Dije.

—Cuente con mi discreción señor. —Dijo retirándose de mi oficina. Continué con mi agenda de hoy, juntas, firmas. Era un día agotador.

Larah

—¿Me estás escuchando? —Preguntó Ian, me perdí por unos segundos.

—Si. —Dije, dándole un sorbo a mi malteada de fresa, estábamos en la cafetería de la universidad, Ian estaba inquieto con mi indiferencia.

—Ya dime de una vez que te pasa Larah. Esta no eres tú. —Dijo acariciando mi mejilla.

—Ian... debemos darnos un tiempo. No... no puedo seguir contigo, no como pareja. —Lo miré. Su rostro se puso completamente serio.

—¿Qué fue lo que hice mal? —Me miró.

—No hiciste nada mal Ian, es solo qué... no funcionamos. —Exhalé.

—Esperaré el tiempo que sea necesario. Esperaré por ti. —Dijo tomando mis manos.

—No lo hagas Ian, no lo hagas. —Me solté, tomando mi bolso, saliendo de la universidad, no entraría a mi última clase.

Tomé mi auto y me percaté que "James" el hombre que Joseph había puesto como mi seguridad me seguía, intenté perderlo pero fue inútil. Llegué a casa justo igual que él, me bajé del auto enojada y fui hacia él.

—Fui muy clara esta mañana, no quiero que estés aquí.—Dije cruzando los brazos.

—Señorita, eso tendrá que decírselo a mi jefe, yo solamente estoy cumpliendo con mi trabajo. —Dijo. Entré a casa y desbloqueé a Joseph del teléfono, marqué a su móvil, respondió enseguida.

—Si estás llamándome es porque hiciste lo que te pedí... ¿terminaste con ese niñito? —

—Estoy llamándote porque no quiero que James me siga a donde voy. No sé a qué estés jugando pero esto no me está gustando. Tienes treinta minutos para pedirle que se vaya de aquí. —Dije enojada.

TóxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora