Dieciocho

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Ese mismo día, horas más tarde. Hyunjin no lo pensó dos veces cuando entró a aquél club que ya conocía bastante bien. Aquél intenso ambiente le recibió de nuevo como muchas veces y a continuación se adentró más en él. La música sonaba demasiado fuerte mientras que las personas no paraban de bailar totalmente extasiadas, la gran mayoría comiéndose la boca en el proceso.

Intentó ignorar cualquier tipo de petición o acercamiento que varios chicas y chicos le hicieron mientras caminaba entre la multitud, no debía desconcentrarse, su único objetivo era encontrar a Seungmin y hablar con él. Más que todo encontrarlo, pues el lugar estaba repleto, ya que era fin de semana, y creía no lograrlo por eso.

Comenzó a preguntar a los meseros si habían atendido o visto a algún chico pelirrojo de estatura media, pero le negaban, justificando que habían varias personas con esa misma descripción en el lugar. Le ofrecieron un shot que después de segundos, decidió tomarlo para liberar tensión y activarse para lograr su búsqueda.

Pasaron los minutos y Hyunjin comenzaba a sentir calor, debido a la presión del lugar, al igual que sentía que Seungmin en realidad no estaba allí.

Se giró sobre sus talones en dirección a la salida, pero justo en ese entonces, en una de las mesas cercanas, vió a Seungmin, con un rostro algo afligido e incómodo. Hyunjin se preguntó el porqué estaba así, hasta que captó que al lado del pelirrojo había un chico que le estaba molestando.

Desde su posición podía deducir que el extraño le estaba pidiendo bailar o algo más pero Seungmin se negaba, sin embargo al parecer ese hombre no estaba aceptando un no como respuesta.

Formando sus manos en puños y frunciendo el ceño, Hyunjin no dudó en comenzar a caminar en dirección a esa mesa.

—Déjalo —espetó con voz firme cuando llegó a su alcance.

El chico dejó de acercarse a Seungmin y prosiguió a mirarle con una mueca de desagrado y confusión.

— ¿Quién carajos eres para darme órdenes? —soltó de la misma forma.

—He dicho que lo dejes, él no quiere estar contigo, ¿qué no lo ves?

—Hyunjin, ¿qué haces aquí? —esta vez habló Seungmin, sorprendido y algo incómodo por la situación.

—Vine a buscarte —respondió con seguridad.

—Espera, ¿A caso le conoces? —habló el desconocido.

—Eso no te incumbe —murmuró Seungmin— Ahora, apártate —le empujó para luego hacer ademán de levantarse, dispuesto a salir de allí. Pero en ese momento es retenido porque el chico le toma del brazo.

—No te vas aún —sentenció el hombre.

Seungmin iba a reclamar pero en ese momento Hyunjin es quién se impone ante ellos y toma al chico del cuello, apartándolo de un tirón de Seungmin en un abrir y cerrar de ojos.

—Él ha dicho que te alejes, imbécil —escupió en su cara con rabia.

El chico quiso reclamar pero la intensa y furiosa mirada de Hyunjin le intimidó de sobremanera, dejándole completamente sin habla y asintiendo con la cabeza.

Hyunjin le soltó de golpe, casi con asco para después buscar a Seungmin quién ya no estaba en su lugar, se había ido. Miró a ambas direcciones desesperadamente, hasta verle caminar con rapidez hacia la salida.

— ¡Seungmin! —le llamó, comenzando a seguirle.

La figura de Seungmin finalmente salió del lugar, desapareciendo de su campo de visión. Así que intentó caminar más rápido entre la gente, hasta que salió del local y se dispuso a buscar al pelirrojo con la mirada. La acera estaba relativamente vacía, a excepción que había un pequeño cuerpo a lo lejos que se alejaba cada vez más y más de prisa.

PRIDE CLUB; [HyunMin] -αdαpтαcιóɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora