Capítulo 4: Confesiones.

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(Pov Ian)

Me odio, ¿Por qué?  Bueno la verdad es que no lo tengo claro, solo sé que desde esa maldita entrevista estoy como loco, ni siquiera puedo relajarme ahorita que estoy en este restaurante que para mí es como mi santuario, y sé que se preguntaran porque, este era el restaurante favorito de mi madre, siempre veníamos los fines de semana juntos como familia, pero desde que mi madre murió ya nadie de la familia viene, y los entiendo, es difícil vivir con el recuerdo que a la vez provoca tanto dolor, pero yo he aprendido a hacerlo.

Después de tener mi plática interna, decido que es mejor que empiece a comer, me preparo para cortar el lomillo pero a instante me tenso, no sé por qué, pero tengo un sexto sentido igual que las mujeres y en este preciso instante estoy cien por ciento seguro de que alguien me está observando.

Cuando decido darme la vuelta para ver a la persona que me mira, me quedo pasmado, ¡es la señorita Rose!, grita emocionado mi subconsciente.

¿Por qué te emocionas tanto?

Oh, vamos ambos sabemos que sientes algo por esa mujer.

Claro que no, no seas idiota.

El idiota eres tú, estás hablando contigo mismo en vez de ir con ella, ahora ¡¡ve con ella!!

Y como no, siempre le hago caso a mi estúpida conciencia, así que cuando regreso a la realidad me doy cuenta de que ella ya no está en la entrada, doy una vista rápida a todo el restaurante y gracias a dios la veo sentada a unas 6 mesas de donde estoy yo, así que sin saber cómo, cuándo me doy cuenta ya estoy frente a ella preguntándole que si me puedo sentar. Ella da un respingo por la sorpresa:

-Oh, señor Payne me ha dado un susto de muerte – Suelta una risita nerviosa.

-Perdone por importunarle de esa manera, es solo que llegue al restaurante, pedí lo de siempre, empecé a comer y…. ¡pum! Ahí estaba usted sentada y  entonces me pregunte ¿Por qué no vas y la saludas? Y entonces llegue aquí – Dios ese ha sido un discurso muy largo y  sin sentido, espero que no piense que soy un idiota.

-Sí, le he visto al entrar pero he pensado que estaría esperando a alguien y no quise interrumpirle ¿Quiere tomar asiento?-Pregunta mientras se sonroja, no sé por qué lo hace pero se ve aún más linda de lo que es ¡Ian pero que cosas estás pensando!, solo digo la verdad odioso subconsciente.

- Claro – Le respondo mientras me siento en la silla frente a ella - ¿Puedo saber el por qué está usted sola?

-Bueno, la verdad es que soy una persona muy floja, vivo con una amiga y ella es la que cocina, pero ha salido de viaje y no he intentado cocinar porque sé que soy un desastre, definitivamente la cocina no es lo mío y ¿A quién esperaba? – Ese es un tema que no quiero tocar y lo evitare de la mejor manera:

- ¿Qué le hace pensar que estoy  esperando a alguien?

-Bueno, es una tarde de sábado, hace un día precioso y estoy muy segura de que más de una mujer ha de suspirar por usted – Y como no, termina diciendo esto mientras se vuelve a sonrojar y  yo por la sorpresa me empiezo a atragantar con el agua que estaba bebiendo- ¡Oh. Señor Payne! ¿Está bien? –Cómo puedo le hago señas para que me dé golpecitos en la espalda, cuando por fin se me calma la tos veo que ella me mira muy atenta- ¿Se encuentra mejor?- Pregunta preocupada.

- Si, por supuesto, es solo que su declaración me ha dejado un poco atónito.

-Por favor no me diga que no es consciente de que….-Se calla, creo que ya sé a qué se refiere pero hoy no he reído así  que aprovechare.

- ¿De qué? Señorita Rose.

-Bahh, sabe a qué me refiero y  por favor deje de llamarme de esa forma, me hace sentir como si fuera una vieja de 50 años soltera y llena de gatos, dugh – Cuando deja de hablar estallamos ambos en carcajadas, cuando por fin nos calmamos le digo algo que espere la deje anonadada.  

- Créame Daenerys que no pienso que usted vaya a ser de las mujeres que se queden solas porque sinceramente es una mujer muy, MUY atractiva – Y si, logro el objetivo que esperaba, la dejo IM.PAC.TADA




Los juegos del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora