Capítulo 23 "Encuentros cercanos"

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Omnipresente


El transcurso hacia el muelle del lado del que zarpan los ferrys con rumbo a Valencia fue muy incómodo para ambas, el silencio latente en el interior de ese vehículo podía cortarse fácilmente. Tanto Valentina como Pamela tenían muchas cosas que preguntar, pero no era el momento indicado, no cuando Valentina iba en pos de impedir que Juliana se regresara a Los Angeles sin siquiera darle la oportunidad de al fin contarle todo, de al fin esclarecer los mil y un malentendidos que acontecían en el viaje, era el momento de dejar de ser mejores amigas, ya tenía claro que no quería ese status en la vida de la trigueña, quería ese algo más que todas las personas buscamos en esa otra persona con la que queremos pasar el resto de nuestra vida.

Los pensamientos de Valentina se centraban en lo que le diría a Juliana cuando la viera aún sabiendo que cuando sucediera comenzaría a tartamudear, algo que no le sucedió ni siquiera la primera vez que le tocó conducir el noticiero principal de la cadena más importante del estado. Sin embargo no negaba que al menos una parte de esos pensamientos se dirigían a tratar de entender como es que existía una persona idéntica a ella, el por que su familia había ocultado tal información, era más que obvio que Pamela era su gemela, si alguien lo dudaba era porque necesitaba lentes con urgencia.

En tanto la ojiverde no entendía como era posible que su pasado, su presente y su futuro siempre estuvieron conectados haciendo que sucediera lo impensable como que su gemela y la que fue su primer amor ahora estaban casadas. Tenía demasiadas dudas, se suponía solo quería conocer a su hermana y saber el motivo de su separación, pero ahora que se habían visto por primera vez iban juntas con la misión de arreglar lo que parecía una gresca marital.

Ambas vieron a lo lejano unas luces de sirena justo a la orilla del muelle que era su destino, ambas automáticamente se miraron sin decir palabra alguna para luego Valentina pisar el acelerador para llegar con prontitud y saber si esa maldita corazonada que minutos antes la acechaba se confirmaba. Ella rogaba que así no fuera.

El clima había cambiado drasticamente en cuestión de minutos, una tormenta no prevista azotaba el Mar Balcar y los ferrys habían suspendido sus viajes, excepto uno, el único que había zarpado antes de la alerta, justo en el que iba Juliana.

A Valentina poco le valió el mojarse, ella debía saber lo que sucedía, tenía la esperanza de que en alguno de esos ferrys con viaje suspendido era en el que se habría ido Juliana y se encontrara en la pequeña sala esperando por el taxi que llamó para regresarse al hotel.

Pero no siempre sucede lo que queremos.

Es el maldito destino.

Valentina trataba de escuchar algo entre tanto barullo, sin embargo le fue imposible, eran demasiadas voces, solo le quedaba preguntar a una fuente confiable. Venía una gran cantidad de policías, ambulancias y todos se hallaban hablando por radios y preparando unas lanchas rápidas.

— ¡Disculpe! Necesito saber que sucede, ¿por qué hay tantos policías? — pregunto a un uniformado que trataba de calmar a la multitud de personas que buscaba obtener la misma información que ella.

— No puedo decirlo, por favor esperen la rueda de prensa del comisario — el policía ataviado con la ya clásica chamarra negra con amarillo explico para todos en el lugar.

 La británica bajó del auto minutos después que Valentina, sabía que de mojarse podría pescar un resfriado y el llevar mucho años en Edimburgo hacía su sistema respiratorio muy débil ante lo que parecían simples enfermedades para los que estaban en la urbanización. Pero se  arriesgó, se sentía en la necesidad de cooperar para que Valentina hallara a Juliana.

— ¿Qué te han dicho? — Pamela pregunto en inglés a Valentina en cuanto llegó a su lado luego de lograrlo a base de empujones.

—  Tengo que esperar a que el comisario de la información — la ojiazul contestó mientras trataba de acomodar el cabello mojado que le caía sobre los ojos tapándole la visión, su entrecejo estaba fruncido gracias a la impotencia.

El teléfono de Valentina comenzó a sonar, era Ghassan, él se había ofrecido a buscar a Juliana en la sala de espera y en el hotel, seguro ya le tenía respuestas a esas incógnitas.

— Dime que la hallaste — fue lo primero que dijo al descolgar la llamada del árabe.

— Lo siento, Valentina, no está en ninguno de los dos lugares — eso solo logró preocuparle aún más. Tal vez su acción de colgarle sin siquiera agradecer por su ayuda parecería grosera, pero se le había ocurrido algo y debía llevarlo acabo lo más pronto posible.

De la carcasa que protegía a su teléfono Valentina sacó su credencial como corresponsal de NBC News, siempre lo tenía ahí por si fortuitamente le tocaba estar en el lugar de alguna noticia a cubrir. Esta era la ocasión.

— Valentina Carvajal, corresponsal de NBC News, vengo a cubrir la noticia de... — espero a que el policía mordiera el anzuelo.

— Escuche, señorita, no puedo darle información.

— Es su deber como agente de la ley ayudarnos a los civiles a saber si la situación en desarrollo pone en riesgo nuestras vidas, y no pienso moverme de aquí hasta que toda esta gente lo sepa.

— ¡Tiene razón la señorita! Un familiar mío iba a zarpar rumbo a Valencia una hora antes de la tormenta — la señora que decía tal cosa se ganó la atención absoluta de la periodista — ¡Necesito saber si está bien, no lo hallo en la isla y no responde las llamadas!

—Vi que un ferry zarpó, tal vez se quedaron en medio de la tormenta, ¡deben rescatarlos! — un señor de mediana edad también comentó. 

— ¡Eso están haciendo! — el policía dijo ya luego de tanta presión de la multitud —. Por favor vayan a sus casas, la policía y los de rescate se están encargando, no estropeen nuestro trabajo.

Lo dicho por el uniformado dejó totalmente descolocada a Valentina, la corazonada no se había equivocado, Juliana estaba en ese mismo ferry, ella estaba en medio de esa tormenta, la mujer que amaba estaba en peligro.

Una Valentina en estado catatónico se dio la vuelta, algo que Pamela logró notar para alcanzar a tomarla en brazos antes de que cayera desmayada al suelo.

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N.A.: ¿Me extrañaron? ¡Yo sé que si!.. ¡Falta poco par el final de esta primer temporada! ¿Qué más sucederá? ¿Estará a salvo Juliana? ¿Aparecerá Alirio con la bolsita de la señorita? ¿Juliana o Val tops?

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!

BYEEEE

¿Debería quedarse en Las Vegas? [Fic Juliantina AU]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن