¿Debería quedarse en Las Vegas? [Fic Juliantina AU]

Capítulo 3 "La impostora real"

Juliana POV

Hasta hace unos segundos creí que lo más difícil que he hecho en mi vida fue presentar de manera retórica mi tesis sobre el principio de jurisdicción internacional frente al rector de la universidad y demás personas importantes de mi disciplina.

Hay algo peor que eso: el tener a la persona de la que llevo enamorada por casi 10 años y que me pida olvide que muy probablemente tuvimos sexo duro al grado de terminar destruyendo una habitación, lo peor es que me pida que termine algo con lo que tanto he soñado como casarme con ella. Todo esto mientras me pone cara del Gato con Botas, ¿acaso podría resistirme a eso? No puedo decirle no.

— Juls... — me quita de la ensoñación momentánea para levantar y colocar frente a su rostro su mano derecha con el meñique moviéndolo — Meñiquín se siente solo.

— Perdón, solo... me distraje en algo estúpido, cosas del trabajo — me acerco para entrelazar nuestros meñiques —. Esto se queda en Las Vegas.

Y así es como logré controlarme y no gritarle a la cara todos mis sentimientos. Sé que no es el momento adecuado para hacerlo, ni como amiga podré tenerla. Prefiero seguir siendo su mejor amiga que perderla por completo gracias a esta estupidez.

Llegar a dónde la oficialía no nos toma mucho tiempo, es un lugar al que he venido varias veces por el mismo asunto que voy a tratar justo ahora. Valentina no hace más que mover a un compás rápido su pierna izquierda, es notable el nerviosismo que la invade, yo estoy igual pero no lo demuestro, sé controlar bastante bien el como comportame en situaciones de estrés.

— ¿Y si nos dicen que no podemos divorciarnos? — Val corta el silencio que nos rodeaba en el auto.

— No pueden negarnos a hacerlo — respondo sin dejar de mirar el camino —, esto es de común acuerdo, será muy fácil y rápido el trámite.

— Eso espero, aunque... ¿sabes? ahora que lo pienso, nuestros apellidos juntos no se oyen tan mal — de soslayo la veo hacer gestos de estar pensando — Carvajal Valdés. Auch, nuestros hijos serán de los primeros en la lista, así que exijo que sea Valdés Carvajal...

¡Detente Valentina! Deja de decir todo eso, solo me haces sufrir más sin darte cuenta. Ni squiera me permito mirarte porque soy capaz de estamparte un beso aún corriendo el riesgo de que choquemos. Las manos me sudan a una velocidad estrepitosa haciendo que el agarre del volante no sea el mejor.

El edificio se distingue a la distancia, no tardo mucho en aparcar el auto rentado en uno de los espacios ya designados.

— Bien, vamos a terminar con esto, tenemos todos los papeles en regla — saco las carpetas de la guantera dándole a Val los suyos.

Me dispongo a salir del vehículo cuando ella me detiene tomando mi brazo derecho y regresándome a la silla de piloto. La volteo a mirar, la ojiazul no muestra expresión alguna en sus facciones, está seria, la conozco y ya sé que dirá.

— ¡Fue lindo haber estado casada contigo! — lo dice para luego salir corriendo del auto mientras las risas la ahogan.

Lo ven, ya sabía que diría una estupidez, pero así me encanta, toda aniñada que nunca se tomará nada en serio, eso la hace atractiva.