Un dia especial.

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Su sonrisa nadie se la podía quitar, el salón estaba en caos por culpa de sus hermanos, quienes le estaban "ayudando" para lucir perfecto, era el día de su boda.

Yo creo que se vería mejor con un moño negro.— opino España sosteniendo aquel accesorio.
Con corbata negra y se acabó.— le dijo Venezuela.

Soy tu padre y me respetas.—

—Soy un mamahuevo y me vale.— le tiro dedo, la pelea se hizo presente de nuevo.

México se levantó de su lugar, nadie noto eso, se fue al baño y se colocó una camisa a botones negra junto con su saco y pantalón blanco.
Weyes, dejen de pelear pendejos, parece que tienen gusanos en las nalgas.—

Después de casi una hora, estaba listo, su familia no hizo mucho que digamos, pero contando el apoyo moral, fue mucha ayuda.

Mira aweonado, si el weón ese te hace algo, le wo a dar uno golpe'.— sonrió ante el comentario de Chile, sabía que era capaz de eso.
Hey, hey, hey, dejen de hablar chavales, es hora, mi Nueva España.— las lágrimas del hispanohablante mayor cubrían sus ojos, México le sonrió con dulzura y le dio un fuerte abrazo.

Las grandes puertas de madera dura fueron abiertas, dejando notar un salón de color blanco completamente con rosas de color rosa pastel colgando en el techo y un gran candelabro de cristal resaltaba en todo el lugar.

La nieve caía fuera de aquel cálido salón, habían decidido casarse en algún lugar de Rusia, Moscú para ser exactos.

El eslavo tenía un bello traje de color negro junto con una corbata blanca, le quedaba perfectamente, su gran pecho parecía que en algún momento rompería la camisa.

Una alfombra de color roja llegaba hasta donde su próximo esposo estaba.
La canción comenzó a sonar y con ello, con su ramo en mano, camino lentamente hasta su prometido.

Hoy, estamos reunidos para juntar a esta dos almas en santo matrimonio, por lo tanto, pregunto, Rusia, México ¿Han venido aquí a contraer matrimonio por su decisión y sin que nadie los presione?— el padre ( el cual fue muy difícil de encontrar, todos estaban en contra de su matrimonio), sonrió con dulzura ante la mirada de amor entre ambos países.

Si, vengo por mi decisión.— dijeron ambos al unísono.

¿Se comprometen a ser fieles y amarse por toda su vida?—

—Si, aceptamos.— al mismo tiempo dijeron tales palabras de nuevo.

¿Están dispuestos a recibir responsablemente los hijos, fruto de su amor y a educarlos en la fe de Cristo?—

—Si.—

Entonces, unan sus manos y expresen su consentimiento ante Dios y la iglesia.— Ambos países se giraron para verse el uno al otro, con una sonrisa, se tomaron de las manos, las cuales encajaban perfectamente, pues Rusia cubría por completo las de México.

Rusia fue el primero hablar.
Yo, Rusia, te acepto a ti, México, como mi esposo y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y le enfermedad, te amaré y respetaré el resto de nuestros días.— dio un suspiro al ver el bello rostro del latino, a veces se preguntaba cómo había podido enamorar a tal persona tan perfecta.

Yo, México, te acepto a ti, Rusia, como mi esposo y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, te amaré y respetaré el resto de nuestros días.— el mexicano sentía que sus lágrimas querían salir a chorros por tal felicidad.

El señor confirme con su bondad este consentimiento que han manifestado ante la iglesia y cumpla con ustedes su bendición. Y lo que Dios acaba de unir; que nunca lo separe el hombre.— el sacerdote, quien era algo viejo, veía enternecido la mirada de amor que se daban el uno al otro.

Tomo los anillos y los Rocío con agua bendita para después entregárselos a los prometidos.
México, te entrego este anillo como signo de mi amor y de que siempre te seré fiel. En el nombre del padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.— Rusia le coloco con cuidado el anillo a México

Rusia, recibe este anillo como signo de mi amor y de que siempre te seré fiel. En el nombre del padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.— el latino hizo lo mirando con el eslavo.

Ahora, puede besar al novio.— Rusia tomo con cuidado el rostro de México y unió sus labios en un pasional beso.

Todo el lugar aplaudió ante los recién casados.

Oye Jatzi.— Ethan llego al lado de su amiga.
Cuando yo sea grande y tú también, ¿Haremos lo mismo?— pregunto el niño de apenas 6 años.

¡Si, si! ¡Acepto!— abrazo a su amigo fuertemente, cerrando así, una promesa que perduraría por muchos años...

Haciéndose realidad.











Fin.












Bueno...

Este es el final de esta historia, espero y les haya gustado, espero les haya sacado una sonrisa, espero y les haya gustado saber cosas sobre mí.

Sin más que decir, gracias.

¡Lxs amo!


LOBO «RusMex»Where stories live. Discover now