Del cumpleaños de Milo

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Aquí les dejo la versión light del cumpleaños del Alacrán, si quieren leer el lemon, entonces lo van a encontrar en Breakout - Lemons.

Alfa Lázcares

1 de noviembre

Milo se encontraba en su Templo junto con Lena, Alfa, Vivien, Dicro y Gabriella. Las chicas se habían ofrecido a ayudarle a planear su fiesta de cumpleaños de ese año. Por el momento habían decidido la comida y habían repartido los platos que llevaría cada uno, además de los alcoholes que se iban a servir y qué llevaría cada quien. Estaban sentados alrededor de la mesa del comedor, y Gabriella era quien estaba haciendo la lista.
—¿Vas a poner un tema este año? —preguntó Vivien
—No sé, se me están acabando las ideas. Ya hice películas, ya hice música, ya hice pecados capitales, nadie secundó mi idea de la WWE, prefiero evitar equipos de fútbol. Ya hice ángeles y demonios, en serio se me están acabando las ideas. Y no sé si tenga que mantenerlo todavía PG-13.
—Saori ya casi es mayor de edad, y de todos modos quién sabe si Shion la va a dejar venir un rato. ¿Va a venir Shion? —preguntó Dicro.
—No. 
—Entonces declaremos oficialmente el final de las fiestas PG-13 —dijo Alfa. —¿Eso expande los horizontes, no?
—Podríamos repetir los pecados capitales, esta vez versión M —dijo Milo.
—¿O sea que todos vengan vestidos de lujuria? —preguntó Gabriella.
—Sería más fácil que vinieran todos en traje de Adán y Eva —dijo Dicro.
—No puedo decir que me molestaría verlas a ustedes, pero no tengo mucho interés en verlos a ellos —dijo Milo.
—Para mi cumpleaños será entonces —dijo Alfa con una enorme sonrisa.
—¡Ja! Mi cumpleaños es antes —dijo Lena.
—Puede ser el tema oficial para todos nuestros cumpleaños —dijo Vivien.
—Qué bueno que lo hayan decidido, pero estábamos con mi cumpleaños —interrumpió Milo.
—Ya. Quieres ver mujeres encueradas pero sin tener que ver a tus hermanos de orden —dijo Alfa.
—¿Es mucho pedir? —preguntó Milo con su mejor cara de inocencia.
—El harem de Milo. Lo veo claro —dijo Vivien mientras ponía cara soñadora y señalaba con la mano un imaginario letrero.
—No suena mal, ¿eh?
—¡Milo! —protestó Lena.
De pronto escucharon que Alfa golpeaba la mesa con la palma de su mano, llamando la atención de todos. La joven tenía una psicótica sonrisa en la cara.
—¡Ya sé! Que el tema sea Grecia Antigua.
Se escucharon unos cuantos grillos de fondo.
—No tengo idea de por qué la Grecia antigua te provoca esa sonrisa —dijo Milo.
Dicro miró a su amiga, luego como que la ratita en su cerebro llegó al queso y sonrió ampliamente.
—¿Y ellos serían... hombres con buen poder adquisitivo, digamos? —preguntó Dicro.
Alfa sonrió más ampliamente y asintió.
—Son Santos de Oro. Y la práctica no es como que sea extraña en estos lugares. Lo sé de buena fuente.
Dicro le pegó a la mesa con la palma de su mano mientras se llevaba a la boca la otra.
—¿Es en serio? ¿Te lo dijo?
—Me admitió una, sí.
—No puedo decir que me sorprende.
—A nadie le sorprende.
—Disculpen, ¿podrían incluirnos en su conversación? —preguntó Vivien.
—Hetairas. Están hablando de hetairas, ¿no es así? —preguntó Milo con una sonrisa.
Dicro y Alfa sonrieron y asintieron. Milo se recostó en su silla.
—Perfecto para mí. Pero ustedes les van a tener que decir a ellos, y que además fue su idea, no la mía. ¿Alguien se opone?
—Evidentemente quien no quiera pues no la vamos a obligar —dijo Dicro.
—¿Por qué no? ¿Implica poca ropa? —preguntó Vivien.
—En realidad implica ropa transparente —dijo Alfa.
—Ah. Okay. Bien por mi.
Milo miró a Alfa con una sonrisa interrogante.
—¿Te admitió una?
Alfa asintió con una sonrisa. 

8 de noviembre

El día de la parranda había llegado. Para crear un mejor efecto, decidieron no decirle al resto de los hombres cuál era el tema de la fiesta, nada más les dijeron una hora a la cual debían de llegar. Y ninguna de las chicas se rajó. Todas y cada una de ellas accedieron al plan... menos Marin. Al final pudieron convencerla pero ella les dijo que iba a llevar puesta su máscara en tooodo momento. Accedieron.
Decidieron entonces reunirse en el Templo de Milo un par de horas antes de los demás para poder cambiarse y arreglarse. El pretexto por supuesto fue ayudarle a Milo a tener todo listo, lo cual no fue en sí mentira. Milo nunca en la vida había tenido a tantas mujeres en su cuarto. Por supuesto lo corrieron del mismo para que terminara de sacar los alcoholes.
El único problema ahora era que tenían todavía un par de Santos solteros: Kanon, Shura y Afro, y no iban a dejar a algún Santo sin compañía.
—Pido a Kanon —dijo Alfa provocando la sonrisa de todas. Por supuesto ya se lo esperaban.
—¿Nos rifamos a Shura y Afro? —preguntó Gabriella. —Si no, yo pido a Shura.
Un muy fuerte coro de gritos se escuchó en la habitación.
—Me quedo con Afro entonces —dijo Helena y todas la voltearon a ver con la boca abierta.
O sea, Afro y Aldebarán tenían cero en común. Es más, lo único que compartían era un nombre que empieza con A. A diferencia de la declaración de Gabriella, esta provocó la reacción contraria.
—¿En serio, Afro? —preguntó Vivien.
—¡Hey, le voy a hacer compañía, no me voy a acostar con él!
—Ah, ¿no es ese el chiste? Qué triste —dijo Alfa.
—No preguntaré si serías capaz, porque evidentemente lo serías —dijo Lena.
—Técnicamente no es como si nunca me hubiera acostado con él. Ustedes saben, Déuteros.
—Nos vas a tener que contar detalles si pasa un buen día de estos —dijo Vivien.
—Ese sí que sería un muy buen día —contestó Alfa.
Más de un suspiro soñador siguió esa afirmación.

01 Breakout One ShotsWhere stories live. Discover now