Capítulo 12: Ningún "15 Primaveras", lo mío es "15 Otoños"

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        Claro que estaba emocionada, hoy era mi cumpleaños, como no. Hoy es 27 de octubre y cumplo mis quince otoños. Sí, quince otoños, nada de quinces primaveras, yo nací en otoño, no en primavera. El dicho está mal dicho.  No es que no me guste la primavera, pero prefiero otoño y más que es en esa temporada en la que nací. Lo curioso es que calló lunes, por lo tanto, hoy va ser un  día extraño y algo nuevo.

            Bajo hacia el comedor, como siempre, a desayunar. Se por vivencias previas que mi madre va tener algo bueno allá abajo. No he llegado y ya siento el olor. ¡Tiene tocinetas! Escucho el sonido de alimentos friéndose. Grasa. De repente mi vagancia se esfuma y camino con rapidez, puede que haya corrido.  Encuentro la primera silla.

            -¡Felicidades, mi niña!- me dice mi mama cuando me ve y se acerca con mi plato de comida. Me da un fuerte abrazo cuando pone el plato al frente mío.

            - Gracias mama- le agradecí, por felicitarme y por traerme comida.

            -Son 15 mi niña, estoy tan orgullosa de ti. Te quiero- dice y me vuelve a da otro abrazo.

            -Yo también, mamá, te quiero- le digo.

Desayuno mis huevos fritos, tocinetas y tostadas. Todo un desayuno riquísimo.

Sé que Daniela  sabe que es mi cumple  y los gemelos también, lo que quiere decir que  pude como no  que ocurra algo inesperado, me explico; por mi buena suerte la mayor veces de mis cumpleaños no he tenido que ir  a la escuela por X razón. Extrañamente este año voy a ir a la escuela. Trate de convencer a mi madre de que me dejara en casa, cosa que no funciono, porque no estaba enferma y tenía que ir a la escuela. Mierda. Pero ya, está superado.

            Entro a la escuela como siempre, sin ningún guille y sin nada, ¿qué puedo hacer? Nadie me presta atención como quiera. Sigo mi camino y me dirijo para el salón, ya que como somos de superior no tenemos que hacer formación para luego ir a los salones.

            No veo a Daniela, ni a los gemelos por el camino, yo no los quiero ver, por lo menos no a Daniela. Sé por naturaleza que ella va a hacer de esto una locura y empezará a gritar como loca y yo, bueno, me quedaré ahí, viendo cómo es que ella sigue hablando,  felicitando e haciendo todo esto una noticia de primera plana en toda la escuela. Todo un caos, porque Daniela es así. 

Sigo mi camino, pero mi buena suerte no dura mucho. Daniela. Estaba parada con un regalo y un montón de globos en el salón y una vez me vio fue donde mí y me abrazo.

           

-Oh Dios, Rachel. Felicidades. Felicidades- ¿Qué dije?

Ella siguió gritando y felicitándome, tenía como unos 10 globos con helio y el regalo era unos cuantos libros. Me contó que desde que me conoció y supo cual era mi fecha de cumpleaños fue guardando dinero y comprándome libros. Esperaba que yo no tuviera uno de ellos ya. Para su buena suerte no tenía ninguno.

Luego de unos minutos de pues de que Daniela bajara sus revoluciones y yo examinara los libros llegaron los gemelos, no preste mucha atención, aunque por supuesto era los gemelos. Yo solo seguí viendo mis libros. Lo tuve que dejar de hacer, los gemelos llegaron al frente mío.

Los Gemelos © (Sin Editar)Where stories live. Discover now