Capítulo 13: La tal Alejandra

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Buenas, buenas, buenas.

He vuelto.

Puede que ahora para quedarme.

Estoy de vacaciones, por lo que no tengo ninguna responsabilidad por dos meses aproximadamente.Lo que significa que voy a subir un capítulo por semana. El día será los miércoles. Hoy es miércoles, es decir que empiezo desde hoy. Posiblemente empiecen las clases y aun no haya terminado la novela, así que voy a tratar de adelantar todos los capítulos que pueda. O eso espero, porque haya veces que me puedo poner muy vaga. Pero espero que se queden conmigo durante este verano, esperando un capítulo nuevo cada semana.


Les quiero.


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XOXO;


@alanaguzman89 (Alana)

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Cuando sonó mi timbre me dediqué a maldecir, pero no era mi alarma la que estaba sonando, si no mi celular como tal.

― ¿Qué demonios?

Era un número desconocido por lo tanto no sabía de quién era y me decidí a contestarlo.

― Hola ― hablé soñolienta.

Nadie contestó pero escucho el sonido de la respiración en la otra línea, hablo de nuevo.

― Hola ―prolongo las vocales para ver si llamo la atención de la persona que se encuentra en la otra línea.

De nuevo, no hay resultado. Chequeo la hora, son las 2:37 de la mañana. Me decido por colgar.

Tener una llamada a las dos de la mañana no es normal, pero mucho menos lo que pasó después.

Luego de que colgara el celular sonó de nuevo, era el mismo número. Volví a contestar, pero lo mismo que había sucedido en la anterior llamada pasó. Pero siguieron las llamadas. Una a cada 10 minutos, cuando ya me había hartado, baje el volumen de las llamadas y así pude seguir durmiendo.

Tenía unas ojeras gigantescas y negrísimas cuando me chequeé. Maldita sea el que me llamó a esa hora. Si supiera que fue juro que le pongo un hechizo para que sienta cansancio pero no pueda dormir. Me explico, lo hechizaría, por ejemplo, que no pueda cerrar los ojos, si no cerramos los ojos no podemos dormir. Por lo tanto, la persona sentirá el cansancio pero no dormirá. Pues eso es lo que quiero hacerle a la persona que me llamó tantas veces anoche para molestar. Hoy estaré de mal humor y nadie me caerá bien.


― Buenos días, hija― saludó mi mamá cuando por fin bajé al comedor.

―Uhg― dije y me senté en mi silla.

― Ay, qué actitud― dijo y se acerca donde mí para poner mi desayuno. Cuando me ve su cara pasa de hastiada a espanto ― ¡Ay, qué cara!― me dijo agarrándome la cabeza para mirar mejor.

― Uhg― gruño.

― ¡Rachel Torres te pasaste toda la noche despierta!― me regañó.

― No mamá, no fue eso.

― ¿Y qué entonces?

Saqué mi celular y busqué las llamadas.

― Mira, anoche recibí un montón de llamadas, no me dejaron dormir por un buen tiempo― le enseñé el celular.

Los Gemelos © (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora